A dos meses de las elecciones autonómicas, el Gobierno de María Dolores de Cospedal ha decidido sacarse de la manga otra encuesta sobre la valoración que los usuarios castellano-manchegos hacen de la sanidad. El diagnóstico es un notable alto, según los datos hechos públicos hoy por el consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz, quien ha presumido de esta nota, pero ha decidido no hacer referencia a otros informes, valoraciones y cifras que poco tienen que ver con esa fotografía sanitaria de Castilla-La Mancha.
El consejero ha desgranado los datos de la segunda encuesta de Calidad y Satisfacción del SESCAM, en la que, según ha dicho, los más de 5.600 encuestados dan un notable alto a la asistencia sanitaria, en entrevistas telefónicas grabadas y efectuadas entre los meses de septiembre y diciembre, “de forma aleatoria”.
El Gobierno regional se congratula, sobre todo, de las altas notas que ha sacado en la valoración en atención en urgencias, en el trato recibido por los pacientes durante la hospitalización, en la facilidad para trámites administrativos en consultas externas y en atención primaria.
Se trata de una realidad que poco tiene que ver con el último informe del Defensor del Pueblo, que señala que la mayor parte de las quejas tramitadas con las administraciones sanitarias y autonómicas se realizan con Madrid y Castilla-La Mancha. Concretamente, el informe señala al SESCAM como tres de los organismos que mayor número de investigaciones concentraron en el último año, y donde más se denunciaron quejas de listas de espera de toda España. Es más, teniendo en cuenta el número de quejas que describe el informe, la región, con una población del 4,4% sobre la media nacional, tiene el 36% de las quejas recibidas.
Igual de demoledora resulta la memoria nacional del Defensor del Paciente correspondiente al año 2014, que afirma que Castilla-La Mancha “va de mal en peor” desde la llegada de Cospedal. Denuncia que su estrategia se ha cimentado “en recortar derechos, más copagos, cierre de camas hospitalarias y 4.000 sanitarios menos.” Este estudio llama la atención sobre el hecho de que en 2011 fuera una de las mejores autonomías en este aspecto, y “pasados tres años, se haya convertido en la peor”.
Tiempos de espera y externalización
En el mismo se apunta que hay 150 días de tiempo medio de espera para operaciones y casi 45.000 pacientes aguardando ser intervenidos durante el año pasado. Situación que contrasta con la externalización de servicios, quirófanos cerrados en hospitales públicos, camiones de empresas privadas realizando resonancias magnéticas en las puertas de algunos centros sanitarios o el envío de pacientes a otras regiones.
El Defensor del Paciente también se hace eco del hecho de que el SESCAM comenzara en 2014 a derivar pacientes con largas demoras para ser intervenidos a clínicas privadas de la Comunidad Valenciana o Madrid, porque según ellos es “más económico”. “Un negocio en toda regla, regalando dinero público a sociedades privadas”, añade.
En definitiva, la encuesta hecha pública hoy refleja todo un mapa de notas al alza que contrasta de manera singular con otros referidos a la transparencia del SESCAM a la hora de publicar mes a mes la lista de espera para cada una de las especialidades de los hospitales de la región. Una labor que viene haciendo de forma tardía en la mayoría de ocasiones, con datos calificados de inciertos por colectivos sanitarios o por partidos políticos que hacen sospechar de su veracidad.