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El histórico y legendario Fondo Kati mira hacia Toledo

Corán copiado en Ceuta en 1198 / Fundación Fondo Kati

Alicia Avilés Pozo

En 2018 se cumplirán 550 años de la salida de Toledo del juez musulmán Ali ben Ziyad al-Qutil, perseguido tras la sublevación sangrienta el día de los fuegos de la Magdalena. Consigo portaba los primeros documentos de lo que actualmente es considerado uno de los fondos histórico-culturales más importantes del mundo, con sede nuclear en Tombuctú (Malí). En 2013, Ismaël Diadié, descendiente de aquel juez y actual presidente de la Fundación Fondo Kati, se vio obligado a sacar del país africano una parte de los legajos debido a los ataques yihadistas. Precisamente, ahora el Fondo Kati tiene como objetivo divulgar el contenido de estos manuscritos bajo el deseo de la familia de protegerlos por el deber resumido en los lemas “memoria, tolerancia y paz”.

En la actualidad, un total de 12.714 manuscritos componen esta valiosa biblioteca. Entre ellos, textos sobre la historia de al-Andalus, del sur de Francia, y de los imperios de Gana, de Malí y del Songhai. Una pequeña parte de ella viajará por todo el mundo durante el año que viene, un hito en el que Toledo puede jugar un papel relevante como posible espacio permanente de la misma.

Los lazos de la ciudad de Toledo con el custodio de los textos de la familia Kati se estrecharon hace más de dos años cuando el Ayuntamiento concedió a este fondo la Medalla de Oro de la ciudad. Según Ismaël Diadié, esta iniciativa supuso un revulsivo para la biblioteca, que se consagró el pasado mes de enero cuando el fondo fue reconocido dentro de la Coalición Internacional de Sitios de Conciencia, junto con lugares tan representativos como el campo de concentración Auschwitz o Robben Island, donde estuvo preso Nelson Mandela.

Ahora ha llegado el momento de “abrir los manuscritos al mundo” y para ello la Fundación está elaborando su digitalización a través de la asociación Protección y Puesta en Valor de los Manuscritos Antiguos y Defensa de la Cultura Islámica (Savama-DCI) de Bamako, capital de Malí. Entre los textos digitalizados se encuentra ‘Tarik-El-Fettash’ o ‘Crónica del Viajero’ escrito por Mahmud Kati, una auténtica joya de la biblioteca.

Esos textos saldrán del país en una exposición itinerante que llegará a París o Nueva York, pero que tendrá un calado especial en aquellas ciudades de España por las que el juez toledano pasó en su viaje hacia África o aquellas en las que nacieron o en las que dejaron su huella a través de los siglos los miembros de la familia Kati y que ahora ampara la Fundación junto con la empresa DKV Seguros.

En ese recorrido, el papel de Toledo puede ser el de mayor relevancia, no solo como parte de esa muestra “de gira” internacional, sino también como espacio permanente de la misma. El deseo de Ismaël Diadié es que esta ciudad sea un punto de exposición de la historia de la familia Kati desde Toledo hasta Tombuctú, para lo que ya se han iniciado conversaciones con el Ayuntamiento, la Junta de Castilla-La Mancha y la Fundación Tres Culturas de Andalucía, bajo cuya titularidad está la biblioteca de Tombuctú que fue dispersada en 2013.

Para elegir los documentos que acogerá la exposición, la Fundación ha decidido utilizar un criterio de representatividad. “Hemos seleccionado aquellos que recorren prácticamente toda la historia de la familia y su diversidad. Tenemos manuscritos del juez toledano, de su hijo, de sus nietos y bisnietos casi hasta el siglo XIX y paralelamente a eso hemos elegido también algunos textos cristianos de exploradores y también de comerciantes judíos, de forma que quedan representadas las tres culturas”, explica Ismaël. 

La postura del Ayuntamiento del Toledo, no obstante, todavía no es definitiva. Fuentes municipales precisan que ha habido reuniones con los responsables de la colección, mostrando su interés en estudiar el contenido de esos fondos y determinar de qué se componen. No se ha determinado qué lugar podría albergar la colección y el Consistorio quiere primero conocer el valor de la misma. Por este motivo, va a plantear la colaboración de la Junta de Castilla-La Mancha para que se determine hacer una valoración técnica de los fondos.  

Se da la circunstancia de que acaba de producirse el relevo de la consejera de Cultura, Reyes Estévez, a la que sustituirá el exconcejal de Cultura de Toledo Ángel Felpeto, conocedor del tema y muy activo en cuestiones de esta índole y proyección.

Por su parte, Aurelio San Emeterio, exconcejal de IU en el Ayuntamiento, partido que impulsó la concesión de la Medalla de Oro cuando Diadié tuvo que exiliarse de Malí, defiende su “compromiso indudable” con Toledo. Según apunta, el descendiente de la familia Kati siempre ha expresado su deseo de que ese legado regrese a la ciudad donde todo comenzó y proteger con ello la biblioteca, decantándose abiertamente además por que sea espacio permanente. San Emeterio recuerda que ya el pasado mes de julio miembros de la Fundación expresaron su voluntad de que Toledo también albergara otros fondos de arte africano que también están catalogando y que, con más de 2.000 piezas, se está convirtiendo en los “mejores de España”.

Mientras, el custodio del legendario Fondo Kati insiste en que con esta iniciativa quiere expresar el contenido y la “verdadera filosofía” tanto de la biblioteca como de la familia Kati, donde “se han cruzado cristianos, musulmanes y judíos”. No será la primera vez que los manuscritos salgan de Tombuctú –tres de ellos viajaron recientemente a Sevilla de forma temporal- pero sí será un hito su viaje por todo el mundo.

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