Los hospitales de la provincia de Ciudad Real viven dos días de colapso tras la vuelta de las vacaciones, con un repunte de pacientes que no tienen servicios ya que muchos de ellos siguen cerrados desde Navidad para ahorrar costes. En todos los hospitales se está viviendo en mayor o menor medida una situación que sorprende a la vez que indigna a los pacientes que no entienden cómo pueden estar esperando horas mientras plantas enteras están cerradas.
Así, 25 personas están tanto en el hospital de Ciudad Real como en el hospital La Mancha-Centro de Alcázar de San Juan en urgencias a la espera de ser tratadas u hospitalizadas porque no hay camas libres. En el caso de Alcázar se hace mientras una planta entera del centro está cerrada (hasta el 12 de enero) y otras decenas de camas están cerradas por los recortes. Por su parte en Ciudad Real se han abierto todas las camas y servicios disponibles, incluidos los que estaban cerrados por Navidad o antes, algo que el Sindicato de Enfermería SATSE ha calificado como “falta de previsión por parte de la Gerencia”.
En Puertollano se vienen abriendo y cerrando camas durante la Navidad, siendo cerrada la planta de Cirugía del 30 de diciembre al 7 de enero provocando acumulación de pacientes en esa semana llegando a su punto álgido el día 8. En función de la saturación la Gerencia del centro ha ido habilitando esa planta o cerrándola.
Los criterios de estos cierres son económicos, ya que los trabajadores toman sus vacaciones y no se suplen sus puestos de trabajo, decidiendo en su lugar cerrar servicios para ahorrar, repercutiendo en el estado de los pacientes. Desde SATSE critican que no se tengan en cuenta las necesidades asistenciales del servicio y el error en las previsiones que realizan los centros en estos días, que señalan han quedado demostradas.
En Valdepeñas ha estado cerrada la Unidad de Hospitalización B y ha cesado la actividad de Cirugía Mayor Ambulatoria en las fiestas, ingresando en la Unidad Materno Infantil a los pacientes de Medicina Interna independientemente de su edad, estado, patología y sexo, duplicando además las camas en las habitaciones individuales.
Además de los pacientes que viven las esperas y los posibles problemas clínicos de estos cierres, otros de los perjudicados de la situación son los propios trabajadores de los centros, que tienen que asumir más carga de trabajo para hacerse cargo de todo el mundo así como para suplir a los compañeros que no están. También indican, desde SATSE, que ello aumenta la posibilidad de errores al llevar al límite la situación laboral de los trabajadores y la clínica de las personas.