Una iniciativa ciudadana persigue rehabilitar el antiguo Convento de los Carmelitas en Budia, un municipio conocido porque en sus calabozos durmió Camilo José Cela en su viaje por estas tierras alcarreñas.
Poco más de 200 habitantes cuenta este municipio que posee “todos los servicios”. Lo explica Cristina Guijarro, quien a título personal, ha lanzado una campaña de recogida de firmas para que el edificio, de propiedad municipal, y que ahora se encuentra en ruinas, pueda ser restaurado y se convierta en reclamo para las visitas gracias a actividades al aire libre, conciertos o exposiciones. No se ha puesto plazo. En apenas unos días ha conseguido recabar más de 300 firmas y cuenta con el apoyo de la recién creada Asociación de Turismo de Guadalajara.
“Veo que el convento se va deteriorando, nadie hace nada por él y es una maravilla”, explica esta enfermera madrileña, con orígenes en este municipio de Guadalajara y que ya gestiona en redes sociales el perfil ‘Budia directo’ con el que pretende dar a conocer a esta localidad del entorno de la cabecera del Tajo, en plena Alcarria y cuyo lema es #Budiliziate
Invita a visitar lo que queda de la iglesia conventual. “Es muy bonita y es una pena que tengamos que entrar con miles de ojos. No puede entrar todo mundo, y está llena de zarzas”. Relata cómo es un edificio “muy querido” en el pueblo, entre otras cosas porque allí está el cementerio municipal.
Cristina Guijarro cree que no es una cuestión económica. “Dinero hay, el de la nuclear, pero bueno eso son ya cuestiones políticas”, apunta. Y es que, esta localidad se encuentra en el área de influencia de la nuclear de Trillo y muy cerca de la ya desmantelada ‘José Cabrera’ en Zorita de los Canes.
“Voy a presentar las firmas al Ayuntamiento y si no, iré hacia arriba. No voy a parar, soy muy pesada porque es una maravilla”, afirma enérgicamente Cristina Guijarro, quien reconoce que no busca la “utopía” de su restauración integral pero, al menos, “haciéndole cuatro cosas, no es una inversión espectacular y teniendo en cuenta que todo en Budia está nuevo, hasta las calles…Puede hacerse”.
Un rescate “pendiente” que ya reclamaban hace tres décadas
El edificio data del siglo XVII con un interior del que apenas quedan unos muros muy deteriorados. Como convento funcionó hasta 1835 y en él se fabricaron buena parte de los paños que vestían a la Orden religioso-militar de Castilla.
El cronista provincial, Antonio Herrera Casado, ya lo consideraba un “rescate pendiente” en los años 80 del siglo XX –como tantos otros edificios del olvidado patrimonio de esta provincia- y relata cómo fue ‘objetivo’ de los franceses durante la Guerra de la Independencia española.
“Ante las noticias de su inmediata llegada, y los desmanes de brutal salvajismo a que sometían a ciertos sectores de la población, en especial del estado religioso, decidieron los carmelitas de la Concepción de Budia abandonar su convento, dejando únicamente a dos miembros de la comunidad entre sus muros. Llevaban los frailes cálices y custodia, resignándose a perder algunas cosas, como altares, sagrario, copones, etc., que destrozaron los invasores nada más llegar”, explica el cronista en uno de sus artículos.
Con el convento en realidad no acabarían los franceses sino la desamortización de Mendizábal que, dice Herrera Casado, “dio la puntilla y llevó a la ruina esta fundación religiosa”. En 1847 el edificio pasó a manos privadas, aunque la propietaria lo cedió a la Iglesia para el culto y como cementerio que hoy permanece. El propio Camilo José Cela retrató al municipio en su ‘Viaje a la Alcarria’ como “un pueblo grande, con casas antiguas, con un pasado probablemente esplendoroso”, el que ahora se quiere recuperar para el turismo.