Juan Ávila (alcalde de Cuenca): “Cuenca será la ciudad verde de Europa la próxima década”

Juan Ávila es un alcalde 'peculiar'. Viajamos a Cuenca para entrevistar al actual alcalde y de nuevo candidato a la misma por unanimidad de su partido para conocer su proyecto electoral, del que se muestra ilusionadísimo y expectante. Lejos de recibirnos en un despacho del Ayuntamiento, nos lleva a conocer la ciudad, a dar una vuelta por las calles de la ciudad 'Patrimonio de la Humanidad' y a explicarnos en persona cómo Cuenca planea convertirse en la ciudad verde de Europa con un proyecto único que creará empleo, energía renovable, abaratará el coste de la energía a los conquenses y revitalizará el casco antiguo.

Lejos de lo apartado que viven algunos alcaldes con su ciudad, Ávila vive en una casa alquilada en el casco histórico de la ciudad, con su pareja, y no tiene hijos: “se podría decir que mi hijo es Cuenca”. No nos lleva a enseñarnos licitaciones, contratos o a 'vendernos' sus logros, sino al hostal restaurante La posada de San José, a ver las vistas de una ciudad que se erige entre lo imposible y lo impresionante. “Este es un lugar especial para mí. Aquí estaba cuando me dijeron que había ganado las elecciones y sería el próximo alcalde. Fue el mayor logro de mi vida”.

Me gustaría hacer un repaso cronológico por Cuenca. Es alcalde de esta ciudad desde 2011, ¿cómo era Cuenca en aquel entonces? ¿Cómo se la encontró?

¿La ciudad o el Ayuntamiento? La ciudad hace cuatro años era una ciudad que tenía la sensación que había vivido una legislatura 2007-2011 desaprovechada. Digo desaprovechada porque sí que hubo oportunidades de hacer cosas, lo digo principalmente por los fondos que llegaron a Cuenca. Por poner un ejemplo: en la legislatura pasada en dos años llegaron quince millones y medio del 'Plan E' que desgraciadamente para la ciudad fueron en su inmensa mayoría muy mal invertidos. La gente creo que tenía la sensación de que se habían perdido cuatro años. Nosotros conseguimos generar la confianza para que nos dieran su confianza, precisamente. A partir de ahí lo que nos encontramos es una situación económica en el Ayuntamiento de Cuenca muy mala. Haciendo una comparación, Cospedal habla muchas veces de la herencia, yo no he hablado de la herencia. Incluso los míos me han criticado por no abrazar ese discurso tan victimista que parecía que le podía dar cierto rédito político a Cospedal, aunque después se ha demostrado que no.

El Ayuntamiento estaba muy mal, bastante peor que la Junta. Vimos que había que ponerse manos a la obra para evitar sencillamente y llanamente la ruina. Eso nos ha costado tres años de un trabajo arduo y muy poco vistoso, que consiste en intentar cuadrar las cuentas. Por fin, en el año 2013, conseguimos que no hubiera déficit, un pequeño superávit. Eso también va a pasar en 2014. Hacía muchísimos años que esto no pasaba en el Ayuntamiento, pero es que en la legislatura pasada el déficit fue brutal. Cerramos el año 2011, cuando llegamos, con un déficit de 23'5 millones de euros; en el año 2012 lo bajamos a 2'5 millones y en el año 2013 ya damos un superávit de unos 350.000 euros. A partir de ahí la ciudad empieza a tener una situación cada vez peor, fundamentalmente por los recortes de Cospedal. Aquí se pierde mucho empleo público, fundamentalmente en el sector sanitario, educativo y de servicios sociales, algo que es común a toda la comunidad autónoma. Pero por lo que es la estructura sociolaboral de esta ciudad aquí se hace más daño.

Hace tiempo que los conquenses hemos llegado a la conclusión de que Cospedal nos desprecia. Aquí es donde más y de una manera más dura, de una manera casi yo diría sádica, ha recortado. Conforme se van produciendo esos despidos la ciudad va entrando en una profunda crisis económica. La política de Cospedal, la política indiscriminada de los recortes, esa forma de gobernar desalmada que da la sensación de que las decisiones hay que tomarlas en base a cifras y no en base a lo que es verdaderamente importante que son las personas, esa política ha hecho mucho daño en todos los rincones de Castilla-La Mancha pero donde más daño ha hecho ha sido en la provincia de Cuenca y específicamente en la ciudad de Cuenca.

Recortes como por ejemplo en el área sanitaria y en el hospital 'Virgen de la Luz' de Cuenca.

El área de salud de Cuenca cuyo hospital de referencia es el 'Virgen de la Luz' pierde 90.000 usuarios que se derivan a otros hospitales de otros lugares. Esto lo que significa, aparte de que se ha usado como coartada para perder servicios en el hospital, significa que cada año vienen 36.000 personas menos a la ciudad. Porque cuando deja de venir una persona a este hospital que era su hospital de referencia ya no es que deje de venir una persona, que igual desde el punto de vista económico no tiene más incidencia, pero son sus familiares que vienen a visitarlo, que una vez que vienen a la ciudad van a los comercios de Cuenca, que una vez que están aquí comen en Cuenca. Todo eso, perder 36.000 personas que visitan la ciudad, es un palo tremendo.

Y vamos sumando. Se despiden centenares de empleados públicos, que se van o reducen al mínimo su consumo. Como consecuencia del hospital dejan de venir 36.000 personas al año. Todo esto va rompiendo la actividad económica de la ciudad.

Así que mientras vosotros os dedicáis a hacer el 'trabajo sucio' de cuadrar las cuentas, un trabajo no vistoso, la Junta 'ataca' la ciudad haciéndoos perder servicios públicos que son los que la gente percibe en la calle.

Los servicios básicos los descuadra Cospedal. Los servicios sociales, por ejemplo, se llevan desde los Ayuntamientos pero con la mayoría del dinero que pone la Junta. La Junta deja de poner dinero y entonces el problema con los servicios sociales lo tienes tú. No me gusta la palabra del 'trabajo sucio' pero sí que nos toca esa labor ingrata. Ahora bien: también hacemos eso con políticas muy diferentes a las de Cospedal. Por ejemplo nosotros hemos conseguido cuadrar las cuentas mucho mejor que Cospedal, pero no hemos despedido a ni un interino, ni hemos privatizado ningún servicio. Que las cuentas cuadren es algo imprescindible. Eso sí: te tienen que dar el margen para que esa operación de cuadrar las cuentas, si lo que te interesan son las personas, no haga demasiado daño por el camino. Las cuentas hay que cuadrarlas, eso no lo discute nadie. ¿Pero cómo se alcanzan esos objetivos? Ahí es donde entra en juego la política.

Con toda humildad creo que es otra forma de cuadrar las cuentas. No sé si es un ejemplo o no. Hay datos que dicen que la estabilización del Ayuntamiento de Cuenca se ha hecho de manera muy diferente a como ha hecho Cospedal.

La ciudad crecer no ha crecido. La hemos mantenido. La gente que ha despedido Cospedal se ha ido de la ciudad, porque su trabajo lo ha perdido. Si no hubiera estado Cospedal de presidenta sin lugar a dudas a Cuenca le hubiera ido muchísimo mejor. Probablemente también a Toledo, a Ciudad Real, a Guadalajara y a Albacete, pero a Cuenca le hubiera ido muchísimo mejor. No solo no hubiéramos tenido esas zancadillas constantes y esos desprecios sino que estoy seguro que habríamos recibido ayuda. Igual menos ayuda que en otros tiempos de ayuda económica, pero habríamos recibido ayuda. El trato que recibió esta ciudad con un alcalde del PP y un presidente del PSOE fue infinitamente mejor que el de ahora. También desde la Diputación, por orden de la que manda, Cospedal.

Llegamos a 2015. Tras parar esta 'sangría' económica, ¿cuáles son los planes de Cuenca para estos próximos cuatro años si sigue como alcalde?

Que las cuentas estén saneadas no quiere decir que tengamos dinero para invertir. Pongo este ejemplo: cuando alguien se está desangrando, lo primero que haces es parar la hemorragia. Una vez la paras lo que consigues es que el peligro de muerte desaparezca, pero eso no quiere decir que el paciente esté para que le den el alta y haga una vida normal, requiere una convalecencia larga. Ahora que hemos cuadrado las cuentas hemos podido empezar a hacer pequeñas inversiones en la ciudad, muchas de pequeña cuantía además de porque no había dinero, por una cuestión muy de principios. Porque hay que mirar muy bien en qué se gasta cada euro que es el dinero de los conquenses que cuesta mucho conseguir y es un esfuerzo que hacen con sus impuestos. Vimos que había que hacer lo contrario que se hacía antes que era gastar mucho dinero en cualquier cosa. Es una obsesión por pensar mucho, muchísimo, cualquier inversión que se haga. También consensuarla con los vecinos, con los ciudadanos. Y hemos podido empezar a hacer pequeñas cosas mirando siempre las zonas que más lo necesitaban.

Y si conseguimos la confianza de los conquenses otros cuatro años tenemos en mente proyectos muy ambiciosos, singulares y rompedores.

¿Unos proyectos más destinados a las personas que a obras en sí?

En parte, para todos. El mayor proyecto que tenemos en mente, que ya está empezado, tiene que ver con el desarrollo sostenible. Me explico: queremos ser una ciudad que, no solo como estrategia a cuatro años sino como desarrollo futuro, vaya en la línea que han marcado la ONU y la Unión Europea que es la lucha contra el cambio climático. Planteando cosas concretas para reducir las emisiones de CO2, porque los fondos europeos en el periodo 2014-2020 van a estar muy orientados a eso. Entonces si tú te sumas a esta estrategia, lo que estás es aumentando la posibilidad de que te llegue dinero de Europa, de los pocos sitios donde en los próximos años puede llegar dinero. ¿Y qué tiene Cuenca para poder hacer eso, es factible, qué tiene Cuenca que pueda cumplir esas condiciones? Sí lo es, porque Cuenca tiene, y en esto es una ciudad única en España y creo que en Europa, la ciudad tiene, y todos los conquenses somos propietarios de 53.000 hectáreas de pinos.

Entonces hacemos una apuesta por la biomasa. Queremos seguir con la explotación sostenible que se ha hecho de estos bosques pero con eso, producir 'pellets' y microastilla, no solo eso porque seguimos con nuestro aserradero pero eso como producto nuevo, y ya hemos firmado el contrato para que se instale la planta. Entonces a través de lo que se llama en inglés 'district heating', queremos ofrecer agua caliente a los vecinos de Cuenca que les cueste a los vecinos al menos un 30% menos de lo actual. Eso supone puestos de trabajo para limpiar el monte, hacer los pellets, gestionar todo el sistema de redes de calor... en una iniciativa público-privada que haga la puesta en marcha menos costosa. No menos costosa sino no asumir todos los costes y así poder asegurar que esa reducción en la factura será de un mínimo de un 30% y no un 5 ó 10%. Está pensado para que, con nuestro patrimonio forestal, nos beneficiemos los conquenses.

Muchos proyectos de biomasa apuestan por crear electricidad de esto. Yo digo que no, porque esta electricidad al final no les cuesta más barata a los conquenses y de ello se benefician las compañías eléctricas. Así todo esto repercutirá en la rebaja de la factura de la gente, a la vez que puestos de trabajo.

Y así, si me dan la confianza, quiero que Cuenca sea la ciudad de Castilla-La Mancha que lidere la lucha contra el cambio climático y ser uno de los referentes en España.

Algo que no pasa solo por la planta de biomasa que hará muy sostenible energéticamente la ciudad.

No, mucho más. Convertir cambiar en el plazo de tiempo necesario los autobuses de transporte urbano que ahora funcionan con gasoil por una batería eléctrica y por tanto no emitan CO2; favorecer el vehículo privado eléctrico, el coche eléctrico, tenemos previsto también cambiar la iluminación de los edificios públicos municipales y las calles por un sistema más eficiente que ahorre energía. En la depuradora, donde se producen lodos que ahora son un problema, que tenemos que pagar para que se lleven los lodos, pues con esos lodos producir energía eléctrica para el autoconsumo de la depuradora y además generar calor que nos va a permitir ese agua caliente. Una línea de subvenciones para las pequeñas y medianas empresas de Cuenca que quieran apostar por la lucha contra el cambio climático y reducir las emisiones de CO2; seguir apostando por peatonalizar zonas de la ciudad. Todo esto, además, va a hacer que aquellos territorios y ciudades que se marquen estos retos y desafíos tengan bonificaciones de dinero público, y yo lo que quiero es que los objetivos que cumpla Cuenca en estos campos para el año 2020 y el año 2030 sean del doble de lo que marca la Unión Europea.

Todo esto genera dinero y puestos de trabajo, que se invierte en Cuenca que de manera indirecta genera más puestos de trabajo. Pero es que además precisamente porque es imprescindible luchar contra el cambio climático y el calentamiento global, esta es la gran estrategia planetaria, las ciudades que apostemos por esto son ciudades que van a ganar desde el punto de vista de marca. Mi sueño es que dentro de pocos años Cuenca sea conocida como una ciudad Patrimonio de la Humanidad y como ciudad referente a nivel europea en emisiones de CO2. Para una ciudad que vive principalmente del turismo eso aumenta exponencialmente la imagen de marca. Una estrategia muy pensada, no es una ocurrencia. Es un plan muy ambicioso.

Proyecto muy ambicioso que dejaría a Cuenca a la vanguardia incluso mundial y que han ojeado de hecho otras ciudades

¡Y es que además da dinero y es rentable! He tenido la oportunidad, y creo tanto en esto, que ya hemos dado pasos. Por ejemplo, a finales del año pasado se celebró en Cuenca una reunión de un comité de la ONU que trabaja contra el cambio climático. Estuvieron cinco ex-ministros de asuntos exteriores y dos ex-primeros ministros de los cinco continentes. Vinieron a Cuenca porque Miguel Ángel Moratinos, buen amigo, tenía que celebrar una reunión en España y eligió Cuenca. Pero sobre todo porque yo quería contarles a estas personas que Cuenca tiene un proyecto concreto. Y se quedaron, con toda humildad, altamente impresionados. Tuve la oportunidad de contarle el proyecto a Jeffrey Sachs, la persona a la que el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, le ha encargado que lidere todo este proyecto dentro de la ONU para luchar contra el cambio climático, y me dijo que era uno de los mejores ejemplos, bien estudiados, con cosas concretas para aportar en este objetivo. Es que esto crea actividad económica, la apuesta por la economía verde muchos dicen que es dejar de hacer lo que se hacía antes para hacer cosas nuevas, y en estas cosas nuevas es donde se puede generar empleo. Está pensado como una vía para estimular la actividad económica.

No es la panacea, hay que seguir apostando por el turismo, pero es algo con un potencial enorme que además llama la atención de otros políticos de la región, de España y mundiales. Lo hacemos porque tenemos pinos, si tuviéramos un desierto quizá habríamos tenido que haber apostado por plazas solares. Lo inteligente es aprovechar lo que tenemos: los pinos no hay que buscarlos, los pinos están ahí. No debe ser una mala idea cuando la ONU está volcada en ello, ¿no?

Y todo ello revierte a lo más importante para la ciudad que seguramente sea el turismo sin descuidar tampoco la importancia de la cultura

Evidentemente. Del ahorro energético que podamos ofrecer a los hoteles y a los restaurantes se va a potenciar nuestra imagen de marca como ciudad ideal para hacer turismo. La cultura junto con nuestro patrimonio cultural es otra de las señas. Para ofrecer una buena oferta cultural, porque la cultura es muy importante como industria. Antes de ser alcalde, hablaba antes de cultura que desarrollo sostenible, porque no había pensado o no me había dado cuenta de que al final todo está ligado. Es una ciudad con carencias, claro, como todas, pero que tiene un patrimonio natural increíble, una oferta cultural como ciudad y como provincia que hay que explotar. Queda mucho por hacer en ese sentido, hay que explotar el desarrollo turístico de la ciudad mucho más, hay que hacer en eso una gran labor con la iniciativa privada y el apoyo público y unirnos todos para generar unas economías buenas para los empresarios. Aprovechando que ahora estamos mejor comunicados que nunca, con el AVE que ahora a 50 minutos está Madrid, una región donde viven siete millones de personas, y a 55 Valencia, con otros siete millones. Ahí tenemos que hacer un esfuerzo, una ciudad preciosa que quien la visita queda sorprendido y agradado pero que es poco conocida. Ahí tenemos que unirnos todos los cargos públicos para hacer fuerza, especialmente con la serranía. Usar el atractivo turístico de toda la provincia.

No hay nadie que diga “voy a pasar un fin de semana a Castilla-La Mancha”. La gente va a Cuenca, a Toledo, a Alcázar de San Juan, a Pastrana...quiero decir que visitan las ciudades. Por eso la Junta tiene que 'vender' las ciudades, no Castilla-La Mancha, porque nadie visita Castilla-La Mancha. Y el dinero gastado en la legislatura por la señora Cospedal para promocionar turísticamente Cuenca ha sido de cero euros.

El primer ejemplo de promoción turística lo hace el propio alcalde cuando terminamos de charlar, donde nos invita a la Semana de Música Religiosa de Cuenca que se celebra actualmente y que tiene más de 50 años de antigüedad como evento. Una invitación que es lo de menos porque en su paseo por la ciudad enseña que Cuenca está por descubrir y que es un diamante en bruto para Castilla-La Mancha.