En Cuenca han pedido a las administraciones “más compromiso” para recuperar el río Júcar. Así se ha puesto de manifiesto en una conferencia organizada por la Asociación de ‘Amigos de los ríos de Cuenca’ en la que participaron dos expertos en gestión y biología de los ríos.
La portavoz de la asociación organizadora, Tatiana Musitu, explica que la iniciativa partió de la prohibición del baño en el río “debido a la contaminación” en la playa artificial de Cuenca y en El Chantre.
Una contaminación que se extiende a otros lugares del curso alto del río como Tragacete, Villalba de la Sierra y Huélamo que son, según los datos de Ecologistas en Acción, los pueblos con más problemas de vertidos debido a la falta de depuración.
“La contaminación se produce debido a los vertidos de aquellos municipios que no disponen de depuradoras y de las industrias. Si a eso le sumamos que no hay lluvias y que las hidroeléctricas hacen una gestión algo equivocada de las aguas, al río no le da tiempo a limpiarse”, explica Musitu, quien aboga también por la importancia de la educación ambiental para evitarlo.
La conferencia desbordó las previsiones de asistencia. “Hay preocupación por el Júcar que, en teoría es uno de los ríos más limpios si lo comparamos con el desastre del Tajo, pero al que perjudican estos puntos de contaminación y lo único que queremos es que se cumplan las leyes”.
El éxito de esta convocatoria les ha llevado a pensar en una nueva cita para el 16 de octubre en la que esperan la asistencia de los organismos públicos vinculados con la gestión del río. “Queremos convertirlo en foro de debate en el que se pongan soluciones sobre la mesa”.
“Las exigencias deben ser mayores para un río que discurre por un parque natural”
La Asociación Amigos de los ríos de Cuenca se fundó en 1995. Uno de sus impulsores fue Carlos Villeta, de Ecologistas en Acción, que participó en la conferencia como ponente para repasar de forma “somera” los elementos que impactan sobre el río.
“La calidad del agua, los caudales y las especies invasoras son las cuestiones más importantes”, recalca, para referirse también al condicionante de la presa de La Toba, explotada por Gas Natural Fenosa “que altera los caudales del río y es una hipoteca importante que habría que revertir, aunque es complicado por la concesión tan larga que tiene la empresa”.
Villeta recuerda que el curso alto del Júcar discurre por el parque natural de la Serranía de Cuenca “y por eso las exigencias deben ser mayores”, según recoge el decreto del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de la Serranía de Cuenca que data de 2006. “Ahora mismo el estado del río no está en consonancia con los requisitos de conservación”.
En su opinión, “lo bueno que tiene un río como el Júcar es que, si se revierte esa situación, si se depuran las aguas y hay un régimen de caudales más acorde con la naturalidad del río en dos décadas podría volver a un estado mejor”.
Además, subraya que “desgraciadamente, el nivel medio de los ríos en Castilla-La Mancha es muy malo. Los que pasan por Tarancón, por ejemplo, son auténticas cloacas a cielo abierto”, sentencia, aunque se muestra optimista con la posibilidad de cambiar la situación: “Parece que ahora la gente empieza a mirar al río”.