Siete jugadores, tres tipos de pelotas y un montón de escobas voladoras son el sello del quidditch, el deporte mágico que es insignia de la saga literaria de Harry Potter. Desde 2005, sin embargo, el deporte mágico es una realidad en el mundo de los 'muggle', gracias a la iniciativa en una universidad de Estados Unidos. En 2012, la difusión del deporte era ya tal que se fundó la Asociación Internacional de Quidditch, lo que ha permitido hacer de la práctica una con reglas establecidas y que cuenta con campeonatos a nivel mundial y europeo.
Ahora, practicar quidditch será también una realidad en la localidad alcarreña de Azuqueca de Henares, gracias a la iniciativa de un grupo de jóvenes entre los que se encuentra Tamara Bejarano y todo surgió gracias a Twitter. “Me empezó a seguir un equipo de Galicia y fue esto lo que me picó el gusanillo. Así empecé a informarme y descubrí que se trataba de un deporte con reglas de género muy interesantes, ya que siempre es mixto y que es un deporte de verdad. No son tontos volando, como puede pensar todo el mundo”.
De hecho, este año 2018 se celebra la cuarta edición del mundial y será en Florencia, en Italia. Ahora mismo hay cerca de una decena de personas interesadas en formar parte de esta iniciativa en la localidad azudense, y se ha ido reclutando de a poco y mayormente gracias al “boca en boca”. “Los que nos hemos juntado, decidimos acudir a un programa de juventud que se llama LibrEspacio para montar nuestra iniciativa”, explica Bejarano. “Nos han estado ayudando muchísimo”, añade.
La segunda quedada quidditch estaba programada para este viernes y ya contaban con suficientes personas como para formar un equipo, que requiere de siete jugadores, pero siguen buscando más gente porque saben que todavía es un deporte “muy nuevo y desconocido”. Básicamente, explica Tamara, se trata de una mezcla de rugby, balonmano y el 'balón prisionero' americano, con las mismas posiciones que se celebran en los libros, además del 'snitch runner' que lleva el símil de la pelota dorada.
Por un lado están los tres cazadores, que intentan meter la pelota 'quaffle' en tres aros. También están los golpeadores, que juegan con las 'bludgers', que se asemejan a las pelotas utilizadas en el 'balon prisionero americano'. Estos jugadores, se dedican a ir eliminando a los del bando contrario. Por último está el buscador, que debe correr detrás del 'snitch runner', que lleva una suerte de pelota de tenis anclada al pantalón. Los jugadores, sin embargo, no pueden tocar a este participante. Ese es el hándicap. No llevan capas, explica Bejarano, sino que usan uniformes deportivos normales.
Agradecen el apoyo institucional que les ha brindado el Ayuntamiento, a pesar de que la idea que presentaron era “muy poco definida”. “Directamente nos presentamos diciendo 'queremos jugar al quidditch', y ellos simplemente nos respondieron, vale que qué queríamos hacer”, relata Tamara. El trabajo del Consistorio les ha ayudado a dar difusión y a preparar la iniciativa para echarla a andar. “Muchos nos han dicho que es como tontería pero cuando lo ofrecí en Juventud desde el primer momento nos celebraron. Siempre nos han estado apoyando”, concluye.