El Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, entre las provincias de Ciudad Real y Albacete, es el resultado de la acumulación de las aguas caídas sobre el campo de Montiel que se infiltran en el acuífero 24. Su rebosadero natural en esta zona da lugar al nacimiento del Guadiana Alto o Río Pinilla. Estas aguas, extraordinariamente ricas en carbonatos, han formado impresionantes presas naturales que originan espectaculares cascadas entre una laguna y otra.
En total son 16 lagunas (aunque los expertos prefieren hablar de “remansos” fluviales) que fueron declaradas en 1931 como Sitio Natural de Interés Nacional y en 1979 se convirtieron en Parque Natural. Se extiende entre las provincias de Ciudad Real - en los municipios de Ruidera, Argamasilla de Alba, Alhambra y Villahermosa- y la de Albacete (Ossa de Montiel).
José Antonio Pizarro, director del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, explica que solo en los meses de julio y agosto de 2016 fue visitado por casi 270.000 personas. Y es que, es en la época estival cuando más visitantes recibe, con una media anual en torno a los 500.000. Los turistas aprovechan para bañarse en sus aguas. “Intentamos desestacionalizar el turismo para evitar picos en determinadas épocas del año, sobre todo en verano, que no podemos absorber”.
Ese será, entre otros muchos, uno de los objetivos del Plan Integral que el Gobierno de Castilla-La Mancha prepara para esta zona de la región. Se trata de un parque natural muy singular, cuyo mayor atractivo -o quizá el más conocido- son unas lagunas muy sensibles a la sequía.
El futuro plan integral de Ruidera, que la Junta se plantea como un objetivo de esta legislatura, persigue no solo poner fin a la falta de regulación específica para este complejo natural sino también optimizar sus recursos y convertirlos en destino turístico. De hecho, hay que recordar que, dentro de los límites del parque se encuentran también el castillo de Peñarroya, las ruinas del castillo de Rochafrida, las ruinas de la Real Fábrica de Pólvora y la Casa del Rey en el pueblo de Ruidera, diseñadas por Juan de Villanueva, el arquitecto del Museo del Prado) así como la literaria Cueva de Montesinos que aparece en ‘El Quijote’.
Manuel Miranda, director provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural en Albacete explica que el plan integral “hace falta” y que “hay muchas cosas por hacer de una vez por todas porque es uno de los espacios naturales más importantes en la región”.
Su ordenación y regulación requerirá la implicación de cinco administraciones competentes, entre ayuntamientos, Junta de Castilla-La Mancha, diputaciones provinciales de Ciudad Real y Albacete, subdelegaciones del Gobierno y Confederación Hidrográfica del Guadiana.
Crear un Consorcio y un Centro de Interpretación
La coordinación del plan se realizaría a través de la puesta en marcha de un Consorcio en el que se impliquen todas las instituciones, incluyendo las aportaciones económicas necesarias, que acompañe la labor que ya realiza la Junta Rectora del parque, presidida por Enrique Calleja. Una Junta Rectora que, explica Manuel Miranda, sería la encargada de “priorizar” las actuaciones.
De momento, y a la espera de la definición del plan, ya se trabaja en el cambio de la señalética del parque, con carteles explicativos que sean “más gráficos y didácticos” y también en una aplicación para dispositivos móviles (app). Entre los proyectos para potenciar las visitas, se encuentra la creación de un Centro de Interpretación del Parque que se ubicaría en la localidad albaceteña de Ossa de Montiel, aprovechando un antiguo albergue.
El director provincial albaceteño explica que también hay que trabajar en la regulación de los aparcamientos, uno de los mayores problemas del parque, sobre todo durante los fines de semana así como en regular la instalación de los establecimientos hosteleros o la propia actividad urbanística. “Hay que evitar el desorden que había hasta ahora”, comenta.
Precisamente, una de las reiteradas denuncias de los ecologistas tiene que ver con lo que califican de “deterioro” del parque debido a la “urbanización descontrolada”, al uso público indebido y a la escasez de caudales. Manuel Miranda coincide en el diagnóstico. “Ha habido un desarrollo desordenado y poco regulado. Se trata de poner orden para que todo su valor salga a luz” y, de paso, evitar otras acciones añadidas como la práctica del fracking, la extracción de hidrocarburos.
Miranda cree que la futura ley de Castilla-La Mancha, que pretende declarar a la región ‘libre de fracking’, “va a imposibilitar” su desarrollo en la zona de influencia de Ruidera y por tanto, también “se evitará la afección a las lagunas”. El futuro plan integral, en opinión del director provincial, “será un reclamo para la actividad socioeconómica sostenible que necesita el medio rural que contribuya a fijar población y a crear empleo”.