Cada nuevo dato referente al desempleo en la región, ya sea procedente del Ministerio de Empleo o de la Encuesta de Población Activa (EPA) sigue confirmando el aumento del paro entre los jóvenes castellano-manchegos menores de 25 años. Si en julio se constató que esta región seguía liderando el ranking de comunidades autónomas con mayor tasa de desempleo juvenil, las cifras del paro registrado correspondientes al mes de agosto siguen marcando una tendencia al alza. Concretamente, el número de jóvenes parados creció un 0,4% con respecto a julio, pasando de 21.440 a 21.525.
En realidad, es un porcentaje similar al del crecimiento del paro en la región en ese mes con carácter general, pero resulta más destacable debido a que de ese total de jóvenes desempleados, la mayor parte (8.659) forman parte del colectivo sin empleo anterior. Después de ellos, es el sector servicios el más afectado, con 8.591 jóvenes desempleados; seguido del agrícola, con 2.476.
En total, los desempleados menores de 25 años en Castilla-La Mancha siguen suponiendo en torno a un 10% del total de parados, un porcentaje que apenas se ha modificado desde principios de año. La mayor incidencia de ese porcentaje se encuentra en la provincia de Toledo, con un total de 7.535 jóvenes parados; seguida de Ciudad Real, con 7.073; Albacete, con 2.047; Cuenca, con 1.554; y Guadalajara, con 1.315.
Los últimos datos del paro registrado no solo constatan la cuestionada eficacia de la medidas del anterior Gobierno de Castilla-La Mancha, sino que, según los sindicatos, hacen aún más urgente el Plan de Choque por el Empleo puesto en marcha por el actual Ejecutivo de Emiliano García-Page.
De hecho, entre las medidas más destacadas de este nuevo plan se encuentran las destinadas a combatir el paro juvenil en tres ejes. Por un lado, se capacitará un programa para la adquisición de competencias básicas para el aprendizaje de los menores de 30 años, para que accedan a la titulación de la ESO o a un certificado de profesionalidad. Otra de las alternativas es la de entrar a un programa de formación y aprendizaje, para quienes sí tienen formación escolar pero no cualificación profesional, y, finalmente, la modalidad del 'contrato puente' para los jóvenes que sí tengan cualificación y puedan acceder a un primer empleo de “calidad”.