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‘Girls’: diseccionando a una generación

Corría el mes de abril de 2012 y una nueva creadora saltaba a la parrilla de los domingos por la noche en la HBO. Se trataba de Lena Dunham y por aquel entonces poco o nada se conocía de ella pero, sin duda, la exigencia y presión eran máximas al tratarse de una de las cadenas más prestigiosas de la historia de la televisión. Su irrupción en el mundo del 'showrunner' vino de la mano de Jennifer Konner y Judd Apatow (‘Freaks and Geeks’) que también la acompañarán en la escritura de algunos de los episodios de la serie. Ahora, tras seis años, seis temporadas y 62 episodios de ‘Girls’, nadie pone en duda que Lena Dunham es uno de los mayores talentos del universo televisivo.

Seguro que Lena Dunham cuando pensó y creó ‘Girls’ no tenía entre sus ideas convertirse por aclamación popular en “la voz de su generación”; cosa que se ha encargado la misma autora de matizar varias veces a lo largo de estos años. Su serie no hace más que reflejar su sentir hacia una (su) generación, los millennials, hiper retratada, estudiada, analizada y representada tanto en cine como en televisión.

Su relato se asoma al abismo de los millennials a través de cuatro amigas veinteañeras que viven en Nueva York. Ellas se encuentran en ese límite en el que tienen que empezar a tomar sus propias decisiones y, a través de estas, coger las riendas de sus vidas lejos del seguro hogar familiar. Hannah (Lena Dunham), Marnie (Allison Williams), Jessa (Jemima Kirke) y Shoshanna (Zosia Mamet) poco a poco se irán dando cuenta que la vida no es exactamente de color de rosa sino que está llena de fracasos más que de triunfos.

El camino de cada uno de ellas es una experiencia vital, una forma de enfrentarse y entender el mundo. Las diferentes bifurcaciones en sus respectivos tránsitos hacia la madurez, de los que somos testigos durante estas seis temporadas, son los que han conseguido dar complejidad y matices a ‘Girls’. Lena ha sabido desarrollar una narrativa inteligente y cercana a la realidad lejos de idealismos. Una lectura correcta -para mí- que retrata las inquietudes de una generación que está siendo golpeada por un mundo hostil enfatizado por la crisis.

Lena Dunham lograr tender puentes entre las protagonistas y nosotros, donde a priori hay un pequeño abismo de status económico, para universalizar las inquietudes y problemas de una generación; de ahí, uno de los secretos del éxito de ‘Girls’. Todos sus personajes se han enfrentado a lo largo de las seis temporadas a dificultades que han tocado -y tocan- muy de cerca al espectador.

‘Girls’ ha representado una forma de entender las relaciones sentimentales, la amistad, el amor, el trabajo o la madurez, entre otras cosas; pero, sobre todo, a comprender las dificultades y vicisitudes del complicado paso a la vida adulta y, con ello, interiorizar que se deja de lado una etapa que ya no volverá; donde, a partir del momento que cruzas esa línea todo cambia de alguna manera u otra. Quizás exagero, pero creo que Lena Dunham en parte nos ha enseñado a hacernos mayores, sobre todo aquellos con edad similar a la de las cuatro protagonistas. Ya que prácticamente se ha crecido al mismo ritmo que ellos.

Los 62 capítulos de ‘Girls’ han sido una auténtica montaña rusa de emociones, de talento y calidad. Ya que seguramente la ficción no pase a la historia como una de las mejores pero, sí un gran intento de representar a una generación de una manera inteligente y compleja. Lena ha conseguido que cada temporada tenga su calado en mayor o media; y, si además, se mezcla con la cercanía de sus historias, ahí, es donde radica la grandeza de la serie.

Porqué ‘Girls’ ha sido un espejo muy sincero donde mirar, reir, llorar, odiar y sentir. Un traqueteo de golpes directos a la mandíbula que han sacudido a una generación. Tan duro y doloroso ha sido vernos reflejados que a veces su creadora nos ha exasperado, por saber cincelar con tanta precisión ciertos aspectos. Todo ello a través de la evolución de un grupo de cuatro amigas que inevitablemente se va deshaciendo por las circunstancias de la vida y de sus diferentes caminos.

La serie ha dejado grandes capítulos, secuencias, escenas, diálogos y personajes para la posteridad pero, sobre todo, hemos sido testigos del gran talento y singularidad de Lena Dunham y de su visión del mundo; de su legado. Por eso, ‘Girls’, dejando de lado sus imperfecciones, en cómputo general, merece mucho la pena su recomendación. Así que si eres uno de los que no la ha visto aún, tienes seis temporadas por delante para disfrutar.

Hasta siempre ‘Girls’. Gracias Lena Dunham.

Corría el mes de abril de 2012 y una nueva creadora saltaba a la parrilla de los domingos por la noche en la HBO. Se trataba de Lena Dunham y por aquel entonces poco o nada se conocía de ella pero, sin duda, la exigencia y presión eran máximas al tratarse de una de las cadenas más prestigiosas de la historia de la televisión. Su irrupción en el mundo del 'showrunner' vino de la mano de Jennifer Konner y Judd Apatow (‘Freaks and Geeks’) que también la acompañarán en la escritura de algunos de los episodios de la serie. Ahora, tras seis años, seis temporadas y 62 episodios de ‘Girls’, nadie pone en duda que Lena Dunham es uno de los mayores talentos del universo televisivo.

Seguro que Lena Dunham cuando pensó y creó ‘Girls’ no tenía entre sus ideas convertirse por aclamación popular en “la voz de su generación”; cosa que se ha encargado la misma autora de matizar varias veces a lo largo de estos años. Su serie no hace más que reflejar su sentir hacia una (su) generación, los millennials, hiper retratada, estudiada, analizada y representada tanto en cine como en televisión.