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‘The Good Fight’: vientos de revolución en la era Trump

Cuando a principios de mayo de 2016 se emitió el último episodio -tras siete temporadas- de ‘The Good Wife’, el vacío fue tremendo. La serie protagonizada por Julianna Margulies, en el papel de Alicia Florrick, marcó una era en la cadena CBS por todo lo que representó. Esta producción sobre abogados, pleitos, litigios, demandas, denuncias, etc. no podía estar más apegada a la realidad; incluso, adelantarse a la misma. En una línea autoconclusiva, es decir, cada capítulo abría y cerraba un caso, no cejaba en su intento de mostrar su sello de calidad semana tras semana, hasta convertirse en una de las ficciones más queridas de la parrilla americana tanto para público como para crítica. Esta semana, no hablaré de ella, sino de su ‘hija’, ‘The Good Fight’, proyecto que surgió tras acabar la original.

‘The Good Fight’ surge con los mismos genes y propósitos que su mamá -’The Good Wife’-. La magia vuelve a estar en manos de los creadores Michelle y Robert King que ya demostraron toda sus excelsas habilidades durante los más de ciento cincuenta episodios que duró ‘The Good Wife’. Creada para ‘CBS All Access’, el nuevo servicio bajo demanda de la cadena, sortean así la censura impuesta por la televisión pública; aunque, realmente, ésta nunca fue un verdadero problema para los King, ya que fueron bastante ingeniosos para de alguna manera “saltársela”. Esto dará al matrimonio una bola extra para ser más incisivos y críticos durante los diez episodios que contendrá esta primera temporada.

La serie no está protagonizada por una mujer, ni por dos, sino por tres grandes actrices: Christine Baranski, que tras su papel en ‘The Good Wife’ vuelve para capitanear este spin off; Rose Leslie (‘Juego de Tronos’), la voz rasgada que sabía muchísimo más que Jon Snow; y, Cush Jumbo, compartió cierto protagonismo con Julianna Margulies en la última temporada de la ficción de Alicia Florrick. Ellas, con cierto aire provocador y reivindicativo, son el alma de ‘The Good Fight’ y, están destinadas -aunque sea en una plataforma de pago- a romper con todos los estereotipos y tabúes; además, guarda un cierto aroma anti-trump y, posiblemente, y más conociendo el modo de trabajar de los King, sea un mazo crítico contra el nuevo presidente de los Estados Unidos.

La historia de ‘The Good Fight’ retoma un año después de los hechos finales de su predecesora, a días de la jubilación de la abogada Diane Lockhart (Christine Baranski). Sin embargo, se ve salpicada por una estafa piramidal que la deja al borde de la bancarrota. Tras anunciar su retirada, los socios del bufete “Lockhart, Decker, Gussman, Lee, Lyman, Gilbert-Lurie, Kagan, Tannebaum, & Associates” rechazan su regreso tras estar implicada en el escándalo. Esto, le unirá a Maia Rindell (Rosie Leslie), hija de uno de los culpables del suceso, y a Lucca Quinn (Cush Jumbo), antigua junior de Diane, que ahora está en un bufete compuesto solamente por personas de color, que se especializa en litigios de brutalidad policial.

¿Se puede disfrutar sin haber visto ‘The Good Wife’? Sí, totalmente, no tendrías ningún tipo de problema. Esto me gustaría dejarlo claro, ya que he citado varias veces durante este artículo a su predecesora y, quizás, he dado a entender que es obligatorio verla. Pues no, ‘The Good Fight’, es una serie con la misma esencia pero con un toque más gamberro, crítico y ácido.

Lo más difícil será despegarse del pasado y conseguir ser un ente autónomo e independiente, desde luego, ingredientes no le faltan para conseguirlo. En estos cinco episodios que lleva ‘The Good Fight’, ya ha demostrado potencial para seguir explorando el universo creado por los King; además, el clima actual de Estados Unidos, hace que esta sea verdaderamente relevante. El matrimonio ha conseguido elevar a la quinta esencia la abogacía y, a través de ella, realizar una exploración social, cultural, política y económica de la última década y, con esta última creación, lo seguirán haciendo. Por eso, es tan necesario que ficciones de este tipo existan en la parrilla televisiva.

En ‘The Good Fight’ vuelve a espolear esa elegancia de su predecesora. Su ritmo y tensión mantiene ese toque mágico que antaño triunfó. La narrativa tiene ese ansia reivindicativo y reverente que le da estar en una plataforma de video bajo demanda lo que, sin duda, la hace más interesante y demoledora. El texto recae en el diálogo elaborado e inteligente al que tiene tan acostumbrado el equipo King; junto con el contrapunto cómico, que tan efectivo les resulta, aliviarán la carga dramática. El lenguaje, no solo es más tosco e hiriente, es que el discurso tiene un tono más duro y contundente.

Se apostará por la más rigurosa actualidad y en la época de Trump material no les va a faltar; de hecho, ‘The Good Fight’ comienza con un gravísimo escándalo de corrupción y con la violencia policial como cabecera, temas muy candentes en Estados Unidos. Sin duda, esta serie volverá ser -o lo es ya- referencia para entender y reflexionar los conflictos más actuales.

Otra de las claves de esta nueva ficción de los Kings es que busca trascender a través de tres mujeres -una de raza negra y otra lesbiana- que trabajan en un contexto que no les resulta propicio -y más con la llegada de Trump-. La coralidad traerá una narración poliédrica repleta de matices y tonalidades, siendo un verdadero acierto. Ahora que en todos los ámbitos de la sociedad se buscan cambios, ‘The Good Fight’, va ser canto de sirena para ellos. En sus manos queda romper definitivamente con lo establecido y dar un pasito más hacia la diversificación de personajes y temas.

Quien haya visto ‘The Good Wife’, sabrá perfectamente que los secundarios y los personajes episódicos son marca de la casa; aportan tanto o igual que los protagonistas y son una verdadera goza para el espectador. En ‘The Good Fight’ regresarán algunos de su predecesora y otros nuevos siendo un complemento de lujo al reparto regular.

Una temporada de solamente diez episodios que, a mí parecer, le sentará muy, muy bien. Ya que se quita el inconveniente de la irregularidad que, a veces, se palpaba en las temporadas de veintidós o veintitrés capítulos que tenía la emisión de ‘The Good Wife’.

En plena emisión, solo me han hecho falta cinco episodios para instar que veáis ‘The Good Fight’. La disfrutaréis y, seguramente, os enamoreis de ella. En España, se puede ver a través de Movistar+ a ritmo estadounidense.

Cuando a principios de mayo de 2016 se emitió el último episodio -tras siete temporadas- de ‘The Good Wife’, el vacío fue tremendo. La serie protagonizada por Julianna Margulies, en el papel de Alicia Florrick, marcó una era en la cadena CBS por todo lo que representó. Esta producción sobre abogados, pleitos, litigios, demandas, denuncias, etc. no podía estar más apegada a la realidad; incluso, adelantarse a la misma. En una línea autoconclusiva, es decir, cada capítulo abría y cerraba un caso, no cejaba en su intento de mostrar su sello de calidad semana tras semana, hasta convertirse en una de las ficciones más queridas de la parrilla americana tanto para público como para crítica. Esta semana, no hablaré de ella, sino de su ‘hija’, ‘The Good Fight’, proyecto que surgió tras acabar la original.

‘The Good Fight’ surge con los mismos genes y propósitos que su mamá -’The Good Wife’-. La magia vuelve a estar en manos de los creadores Michelle y Robert King que ya demostraron toda sus excelsas habilidades durante los más de ciento cincuenta episodios que duró ‘The Good Wife’. Creada para ‘CBS All Access’, el nuevo servicio bajo demanda de la cadena, sortean así la censura impuesta por la televisión pública; aunque, realmente, ésta nunca fue un verdadero problema para los King, ya que fueron bastante ingeniosos para de alguna manera “saltársela”. Esto dará al matrimonio una bola extra para ser más incisivos y críticos durante los diez episodios que contendrá esta primera temporada.