“Luces y sombras” en la actividad emprendedora en Castilla-La Mancha

“Castilla-La Mancha superó en 2019 las 128.000 empresas activas y suma cinco años consecutivos de natalidad empresarial, habiendo sumado más de 5.000 sociedades activas desde la llegada al Gobierno regional”. Así lo ha subrayado la consejera de Economía, Empresas y Empleo del Ejecutivo autonómico, Patricia Franco, que ha remarcado también el hecho de que, pese a la ralentización en el crecimiento, se crearon más de 2.700 nuevas empresas en la región el año pasado.

La consejera ha participado en la presentación del Informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM), que cumple su séptima edición en la región y cuyos resultados se han expuesto en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Castilla-La Mancha en Albacete.

Patricia Franco ha señalado la importancia de contar con herramientas como el Informe GEM, impulsado por el Gobierno regional, la Universidad de Castilla-La Mancha y la Fundación Horizonte XXII de Globalcaja. Este informe, que cumple su séptima edición en la región, “pone las luces y también las sombras en el camino a dibujar para favorecer el emprendimiento”, ha dicho Patricia Franco sobre un documento que evalúa la actividad emprendedora del territorio y la pone en relación con la incidencia de esta actividad en el entorno.

La actividad emprendedora bajó en Castilla-La Mancha

Entre otras cuestiones, el Informe muestra algunos avances importantes en la actividad emprendedora en la región, como que se haya reducido el miedo al fracaso o que la cultura emprendedora haya calado mucho más entre la población, aumentando su presencia. Las conclusiones que arroja el trabajo encabezado por el catedrático Juan José Jiménez, que junto con Francisco J. Sáez ha presentado los resultados del informe, “serán un elemento determinante a la hora de terminar de dibujar el nuevo Plan de Autoempleo, Creación de Empresas y Emprendimiento, que verá la luz en el mes de abril”, ha señalado Franco.

El informe se sustenta en dos encuestas, una sobre los valores y actitudes de la población adulta y otra que recoge la opinión de expertos sobre el contexto, las condiciones y los factores del entorno relativos a la actividad emprendedora y empresarial. El resultado es el indicador definido como ‘Tasa de Actividad Emprendedora’ (TEA), desagregado en cuatro componentes: emprendimiento potencial, emprendimiento naciente, nuevo emprendimiento y empresa consolidada.

El profesor Sáez ha dado cuenta de algunos de los resultados del Informe, señalando que la TEA ha decrecido en la región con respecto al año anterior, situándose casi un punto por debajo de la media nacional. “En cualquier caso, estamos en la séptima región en emprendimiento naciente (en proceso de creación o con menos de 42 meses en el mercado), por detrás de Galicia y por delante del País Vasco”. Por otro lado, la tasa de abandono se ha reducido desde 2017, situándose la tasa de abandono efectiva al mismo nivel que la media nacional.

Según explicó, el emprendedor castellanomanchego sigue siendo mayoritariamente un varón, aunque se ha reducido mucho el gap de género, de entre 45 y 54 años y con estudios de Secundaria. En cuanto a la motivación para el emprendimiento, crece el número de emprendedores que crean sus empresas por necesidad, si bien la principal motivación es la identificación de una oportunidad en el mercado.

Por sectores, el de mayor actividad de las nuevas empresas es el de servicios orientados al consumo (54,7 %), seguido del transformador (24%). Destacan por encima de la media nacional las empresas que se crean en sector primario (agricultura y energías renovables). Comparadas con la media nacional, las iniciativas emprendedoras presentan mayor proporción de empresas sin empleados (60,7 %).

Por otro lado, la mayoría son empresas tienen carácter poco innovador, baja intensidad tecnológica y operan en sectores con mucha competencia. Además, un porcentaje muy alto no exporta y en torno a un 85% no tiene previsto expandirse en los próximos años. Esta es, precisamente, unas de las debilidades sobre las que los autores del Informe GEM quieren llamar la atención de las instituciones y de los medios de comunicación.

Reducir las distancias entre el emprendimiento femenino y el masculino, mejorar la imagen del emprendedor y la cultura emprendedora, son algunas de las recomendaciones que realizan los expertos. También es preciso mejorar la competitividad de las empresas que se crean, para las que se precisa “mayor innovación y mayor capacidad de exportación para reducir la tasa de abandono”.