“Las macrogranjas son la cara más peligrosa del 'low cost' alimentario”
Con motivo de la charla informativa que se ha celebrado en Maranchón por parte de los colectivos en contra de la instalación de macrogranjas porcinas, el eurodiputado de Equo, Florent Marcellesi, ha elaborado un vídeo, que se proyectó a los asistentes a esta cita, en el que apoya la lucha de estos movimientos ciudadanos y ecologistas contra las decenas de autorizaciones que se están concediendo en la comunidad autónoma.
Según apunta el parlamentario europeo, la industria 'low cost' de carne es “un peligro para nuestro campo, nuestra salud, el medio ambiente y los animales”, que queda reflejada en la “aparición masiva” de macrogranjas en toda España, pero principalmente en Aragón, Castilla y León y Castilla-La Mancha. Destaca que en esta última comunidad autónoma se ha solicitado la autorización de 200 instalaciones de este tipo entre 2016 y 2017.
Subraya que los impactos son “tremendos”, algo que ya se está denunciando ante la Comisión Europea. A nivel ambiental, destaca la contaminación de las aguas, la alta concentración de purines en el suelo y el gran gasto en agua; y a nivel social, tacha la macrogranjas como “máquinas de despoblamiento del campo que hacen huir también la economía sostenible, destruyen empleo y generan cuatro veces menos puestos de trabajo que las pequeñas explotaciones”. También se refiere al sufrimiento animal “por las condiciones de hacinamiento al que están sometidos tantos seres vivos”.
“Continuar con la vía del 'low cost' alimentario generará daños irreparables en el medio rural. Necesitamos un nuevo modelo agrícola y alimentario que pase por revisar de arriba abajo la Política Agraria Común para que sea una herramienta a favor de la agricultura ecológica, de las pequeñas explotaciones y de la fijación de población en el campo, privilegiando la producción y el consumo ecológico de proteínas vegetales y apoyando la ganadería extensiva”, argumenta.
Asimismo, el eurodiputado de Equo propone reducir el consumo de carne por lo menos hasta mitad para incentivar la dieta mediterránea y una alimentación “sana y sostenible”. Concluye ofreciendo a los colectivos todo su apoyo desde el Parlamento Europeo: “Juntos y juntas podemos parar las macrogranjas y construir un modelo que proteja nuestra salud, el medio rural, el clima y los animales”.