“Si Laura volviera a nacer, estoy segurísima de que repetiría el acto de generosidad, de bondad y humanidad que tuvo”. Así de contundente se muestra María Chamón, la madre de Laura del Hoyo, que habría cumplido 28 años este domingo 22 de octubre, un día antes del inicio de la vista oral del juicio que se seguirá en la Audiencia Provincial de Cuenca contra Sergio Morate, el presunto autor de su asesinato y el de Marina Okarynska.
Un juicio que la familia de ambas afrontan “de manera muy dolorosa, porque esto es horrible, es volver a revivir y a recordar todo como el primer día”, admite Chamón, quien, al igual que el resto de su familia, asegura tener “la desolación debajo de la piel”.
Este domingo ha llevado al cementerio 28 claveles blancos y otro centro de flores con una inscripción que recuerda “que por Laura haremos justicia y por ella seguimos viviendo, hacemos todo y estamos aquí”.
“Laura es la que nos está dando fuerzas para vivir”, resuelve, espetando que “nadie” puede ponerse en su piel “ni imaginárselo” y convencida de que su asesino “lo tenía todo muy premeditado y muy calculado”.
Estas jornadas recuerda cómo Laura celebraba su día “con su alegría y felicidad, porque era feliz con muy poco”. “Ahora ya no tenemos nada que celebrar, porque para nosotros ya no tiene nada ni luz ni color, estamos aprendiendo a sobrevivir sin ella y es muy duro y muy triste”, asegura.
Como el primer día
“Estamos como el primer día”, confiesa, precisando que, especialmente en la previa al inicio del juicio, la familia de Laura está “muy alterada y nerviosa”. “No se puede expresar con palabras y no se lo deseo a ningunos padres”, porque es “una tristeza y un dolor muy grande, tan duro y difícil de vivir”. Para sus conocidos supone un “dolor inmenso no verla, no oírla, no tener su sonrisa, su alegría, su felicidad y llevar esta cruz y este dolor para el resto de nuestra vida”.
Su hija salió de casa a las 16.55 horas del 6 de agosto de 2015 “llena de alegría, vida y felicidad para tomar algo con Marina y yo ya no la volví a ver porque a las seis ya estaba muerta”, relata.
“Aquí la verdad solo la saben ellas y no nos la van a contar y también él, que creo que no lo va a decir”, por lo que le pide que, al igual que fue “valiente para matarlas, lo sea para decirnos la verdad”. “Quisiera saber el motivo y la razón de por qué mató a mi hija cuando ella no le hizo a él ni a nadie nada, pero no me lo va a decir”, critica, a la espera de tener la oportunidad “de verle la cara y decirle asesino”
También critica la actitud de las personas a las que, presuntamente, Sergio Morate habría confesado los crímenes, ya que, de haberlo puesto en conocimiento de la policía, “nos habrían ahorrado mucho sufrimiento y trabajo”.
Chamón necesita la verdad, aunque a Laura “no la vayan a devolver”, por lo que adelanta que será “muy duro” ver a su presunto asesino, “porque no sabes cómo tu mente y tu cuerpo puede reaccionar”. “Nadie sabe lo duro y triste que es tenerle que ver la cara al asesino criminal que mató a tu hija y en esas condiciones y de esas formas”.
La pequeña de sus tres hijas era “bondadosa, buenísima, con unos proyectos y unas ilusiones que Morate le arrebató”. “La tendremos allí toda la vida y tendremos esta cruz y este dolor para mientras vivamos, porque esto nos ha marcado para toda la vida”, subraya, para confirmar que el año que viene se casa una hermana de Laura, “a la que no podrá cantar, peinar y maquillar, como ella quería”.
Pide una justicia “dura, rápida, eficaz y contundente”
Según su criterio, “no hay derecho a que un asesino criminal mate a dos personas en la flor de la vida y les arrebate su vida en esas condiciones”, por lo que pide una justicia “dura, rápida, eficaz y contundente” porque su asesino “solo tiene derecho al dolor y al sufrimiento, como tenemos las familias, porque nos ha destrozado”.
“Nos sentimos fatal, con ganas de que termine esta pesadilla”, dice la madre de Laura, que exige que su asesino “cumpla la máxima pena, que caiga sobre él todo el peso de la ley después de ser juzgado como se merece, como un asesino criminal, que es lo que es”.
“Las dos familias tenemos el mismo dolor, la misma desolación, y pedimos lo mismo, justicia”, comenta, reconociendo que la “justicia” que realmente desearían, “lógicamente, no la va a tener”. Si pudiera, la madre de Laura del Hoyo Chamón llevaría al asesino de su hija “a aquel maldito camino donde él las dejó enterradas con cal viva y hacerle lo mismo”.
“Eso”, reconoce, “no lo vamos a tener, con lo cual pedimos que no vea más el sol en su vida”, así como “que sufra y sea maltratado y condenado con la misma dureza tal y como él hizo con mi hija y con Marina”.
“Por parte de mi familia, Sergio Morate jamás tendrá el perdón”
Chamón afirma no necesita el perdón de la familia Morate Garcés, de la que critica que no hayan tenido “ni la dignidad” de pedirlo, por lo que, de sus amigos y familiares, no quiere “saber nada”.
“Por parte de mi familia, Sergio Morate jamás tendrá el perdón, porque no se lo merece”. “Se merece sufrir cada día y cada segundo de su vida”, continúa.
“No sé si este demonio asesino hablará o no”, afirma, para, a continuación, recordar que este es “el momento de que hable el jurado popular”, a cuyos integrantes pide “que se pongan en la piel de las familias, que comprendan que, ante todo, hay que ser humanos para calificar a este asesino criminal”.
A ella y a su familia, no les queda “ya nada más que pensar en la justicia, aunque en España tenemos una justicia muy blanda y quisiera una justicia más dura para este tipo de asesinos criminales”.
Respecto a los profesionales de la justicia, les exige que hagan “su trabajo y piensen, por un momento, que este asesino criminal no merece ni estar suelto ni vivir”, dado que “no va a pagar nunca lo suficiente el daño y el dolor que nos ha hecho”.
Y es que, a su juicio, ni Cuenca ni los conquenses “merecen que haya dejado esta imagen de Cuenca y necesitan que se sepa la verdad”, por lo que agradece el apoyo y el cariño que las familias siguen recibiendo desde el Ayuntamiento de la capital, Mármoles Granero, Guardia Civil y Policía Nacional, a quienes, al igual que al resto de España, las familias sienten “muy cerca”.
“Mi hija merecía vivir porque amaba la vida”, insiste Chamón, preguntándose “con qué derecho un asesino criminal la mató y enterró” sin dar a su familia la oportunidad de despedirse de ella “y, al menos, darle un beso”. “Nosotros no tuvimos ni eso, porque no pudimos ni verla” dado el estado de los cuerpos “después de siete días y siete noches metidos en una bolsa, cubiertos con cal y en pleno agosto”. “Es para volverme loca, aunque cada mañana le pido a mi hija que me de fuerzas”, explica, sentenciando que será “su voz hasta el último día” de su vida y luchará “por que su asesino cumpla, porque no tenía ningún derecho a hacer lo que hizo”. “Merece lo peor por su crueldad y sangre fría, porque es cruel y malo desde que nació”, finaliza.