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TOLEDO

De la Mancha a los Goya: el éxito del corto 'Nacer' que quiere poner a la región en el centro audiovisual de España

Roberto Valle atiende la entrevista desde su casa de Consuegra, su casa “de toda la vida”. Es desde esta casa que junto a su hermano Carlos, y todo el equipo técnico, se crea 'Nacer', el cortometraje inequívocamente manchego que ha añadido una nominación a los premios Goya en la categoría de mejor cortometraje animado. 'Nacer' cuenta la historia de Carlos, un niño de un pueblo que se parece indudablemente a Consuegra, que se enfrenta al reto emocional de tener un hermano. Colores pasteles, referencias directas a la vida de una pequeña localidad y una ausencia total de diálogos marcan la ternura de un cortometraje que habla de lo que mejor conocen ellos.

Los hermanos Valle Casas no son ajenos al éxito. En 2015 ya habían llegado a Cannes con su corto 'La silla de la vida', y fue justamente en el famoso festival que cambiaron sus roles: Roberto se dedicaría a la dirección y Carlos a la producción. “Desde 'Segundito' nos hemos ido tomando más en serio este rol”, explica Roberto. “Lo natural ha sido siempre lo de trabajar juntos, siempre hemos estado muy unidos, gracias a los valores que nos han inculcado nuestros padres. Ojalá todo el mundo tuviera esta suerte de poder trabajar tan fácil y tan bien con tu hermano”, recalca Carlos. “Es un gustazo haber crecido en este ambiente, y en el que salga todo tan natural”, afirma Roberto.

'Nacer' muestra más que un apego a las raíces de estos dos creadores audiovisuales manchegos; es más bien una reivindicación de los orígenes, de que se puede hacer también cine desde los lugares más recónditos de la geografía española. “Para que la historia sea honesta y funcione, lo mejor es contar lo que te pille cerca, lo que puedas sentir de verdad. Es como en 'La silla de la vida', un corto sobre nuestra tía y nuestra abuela, fue algo que era parte de nosotros y siempre va a ser mejor algo así”, afirma Carlos. Lo mismo ocurrió con 'Segundito', que muestra la vida de una familia que vive en un reloj: “Son nuestro padre y nuestra madre, pero también pueden ser el padre y la madre de cualquiera. 'Nacer' también es una historia universal, pero contada desde nuestra familia, desde las calles de nuestro pueblo y eso le da más realismo”, afirma Valle.

“Hablar de lo que conoces es la forma de aportar más valor y honestidad al trabajo y, por tanto, a las personas que llegas con él. Lo que hemos hecho con 'Nacer' es tan peculiar que o salía súper mal o salía súper bien. Pero era una oportunidad única, hablar de nuestra familia con el cerro, el castillo, los molinos... Si no hacíamos esto, no habría una obra artística con estos colores, estas formas y esta luz. Por eso, tenemos que luchar por aportar más, para que el cine no sea sólo hablar de Madrid, Barcelona o los típicos lugares de Estados Unidos”, reflexiona Roberto. Por suerte, la apuesta les ha salido bien.

El valor del cine animado

“Me da mucha rabia que la animación no esté tan bien considerada como el cine de imagen real. Nos ha tocado competir en festivales con obras de imagen real, porque no había categoría de animación y siempre perdíamos. Yo creo que es porque inconscientemente la gente considera que la animación está en segunda liga”, reflexiona Carlos Valle. Por eso, señala, su trabajo es algo “arriesgado” pero, a la vez, “lleno de magia”. “Nosotros vamos a seguir haciendo animación y lo haremos le pese a quien le pese, porque hay historias que necesiten de una imagen especial”, afirma.

Roberto amplía la idea de su hermano: “Muchas veces yo creo que la gente no lo dice a mal, pero te dicen que si haces 'dibujines'. La animación se asocia más bien a un lado quizás más infantil o más cerca de una fantasía. Pero fue precisamente por eso que decidimos hacer 'Nacer' en animación, para romper también con el pensamiento, con la idea que se puede tener de la animación. Esto no es un género que sólo sirva para contar mundos imaginarios y con personajes imposibles. No. Era muy importante para nosotros contar esta historia tan real y tan sencilla, precisamente en animación, porque le da esa magia de ser algo muy real y muy cotidiano. Quizás con nuestro trabajo podamos hacer entender a la gente que no sólo se trata de contar historias infantiles, sino también de historias tan puras y reales como esta”, afirma.

La nominación a los Goya, recalcan los hermanos Valle, ofrece una nueva dimensión al trabajo que llevan realizando desde su casa natal en Consuegra. “Es un escalón importante, porque ya la candidatura empezó a traernos buenas noticias, y pues la nominación más todavía. Ya hemos conseguido vender el corto a alguna televisión importante, te ofrecen puestos de trabajo, tienes más visibilidad. Sales en todos los sitios”, reflexiona Carlos. Roberto, señala, “seguro que recibe más encargos de trabajo” con su productora 'Auntie'. Este tipo de apoyo, afirman, es fundamental para el largometraje en el que están trabajando actualmente, también de animación.

“Te da muchos puntos para conseguir ayudas, a todos los niveles, te allana el camino de una manera brutal”, recalca Valle. Los hermanos también agradecen el apoyo que han recibido desde la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha a lo largo de los cinco años en los que llevan trabajando en este proyecto, especialmente desde la entrada de la actual viceconsejera de Cultura, Ana Vanesa Muñoz. “Tanto ella como Mike Villanueva de la Film Comission nos han ayudado desde que esto era un proyecto en desarrollo, hasta la nominación. También hemos tenido muchísimo apoyo desde la APACAM, la asociación de productores audiovisuales de Castilla-La Mancha, que llevan muchísimos años trabajando para conseguir que nuestro sector pueda prosperar”, afirma Carlos.

Los hermanos reflexionan en cómo ha ido cambiando la industria audiovisual en los últimos años en la región. “Ha habido una serie de factores que ha llevado a que el audiovisual crezca en Castilla-La Mancha que tenga más poderío y más credibilidad, son todo cosas buenas. Creo que también esto en concreto que nos ha pasado, la nominación de un corto de animación, le va a dar un impulso al género que está como muerto en Castilla-La Mancha”, concluye.

“Esto es algo muy importante y que estaba desaparecido, no existía. Creo que es importante no sólo hacer un trabajo inspirado en la tierra, porque parece que no existe nadie que se dedique a esto. Por eso, aparecemos nosotros, y llama la atención. Mucha gente piensa que no lo hicimos aquí, pero nosotros lo hicimos desde nuestra casa, financiándolo con nuestras empresas, con financiación privada, porque es importante luchar y arrancar algo así desde casa. No sólo se puede tener éxito desde Madrid. Ahora nuestro sueño es levantar un estudio para poder hacer la película en Toledo y que vengan los artistas para darle visibilidad y poder crear esta magia. Nos hace ilusión”, termina Roberto.