La catedrática de Derecho del Trabajo, María José Romero, ha sido recientemente nombrada como delegada del rector en políticas de igualdad de la UCLM. Es la “primera vez” en la que un rector asume “como propias” las responsabilidades que suponen las políticas de igualdad en la Universidad de Castilla-La Mancha, explica la catedrática, que resalta que “el programa de gobernanza de Julian Garde es comprometido, inclusivo, exigente y excelente en materia de políticas de igualdad”. “La igualdad entre hombres y mujeres resulta una prioridad para el actual consejo de dirección de la UCLM, lo concibo como una cuestión de democracia y de justicia social”, afirma a este medio.
A esto añade que también en los campos de la investigación y la innovación, la igualdad “es una necesidad imperiosa”. “El talento no tiene género, y aún así las brechas de género en el ámbito universitario español son muy llamativas como recientemente hemos podido conocer del informe elaborado por el Ministerio de Ciencia, 'Científicas en cifras'”, resalta. Por eso, abordar las políticas de igualdad “desde la óptica de la transversalidad en la perspectiva de género en la UCLM resulta necesario para visibilizar la presencia de mujeres y hombres respecto a diferentes ámbitos como la docencia, el acceso al conocimiento, la investigación, los órganos de responsabilidad, la corresponsabilidad o la gestión”. “El talento no tiene género en la UCLM ni en ninguna universidad, por supuesto, y debemos trabajar para que ser mujer no sea un hándicap para quieres quiere contribuir al máximo a la ciencia, la tecnología y la innovación con su dedicación y conocimiento”, afirma.
Romero también recalca que las universidades públicas trabajan desde 2007 en “necesarias e integradoras” formas de abordar las políticas de igualdad de género. “Hasta ahora la desnudez y banalidad de la igualdad en esta institución, en mi opinión, ha sido muy visible”, afirma.
Diversos pilares en los que trabajar
A partir de ahora, explica, son “muchos” los ámbitos en los que se pueden trabajar las políticas de igualdad en la UCLM. “Debemos definir en primer lugar las competencias y en segundo lugar la estructura, pues la UCLM viene arrastrando unos déficit muy visibles y reconocidos en el ámbito universitario nacional que nos sitúa a la cola de la universidades en materia de igualdad”, señala. Así lo ha mostrado, por ejemplo, el XIV Encuentro de Unidades de Igualdad de Género para la Excelencia Universitaria organizado por la Universidad de Murcia en el que participó como delegada del rector para políticas de igualdad en la UCLM.
Distintos son los pilares en los que proyecta sus labores como delegada. Por un lado, crear las herramientas necesarias para difundir los valores de igualdad entre los miembros de la comunidad universitaria. También, vigilar el cumplimiento de la legislación vigente en materia de igualdad y violencia de género, a la vez que se incorpora la perspectiva de género en la docencia, la investigación, la innovación y la transferencia del conocimiento del forma transversal y permanente y en todos los órganos de gobierno de la UCLM. “Y lo que me parece de una necesidad imperiosa es establecer el marco de actuación y estructura orgánica de la Unidad de Igualdad de la UCLM cuya obligación constitutiva data de 2007”.
“La UCLM es una institución comprometida y vinculada con la sociedad, es una institución que trasmite valores y respeta los derechos y libertades, es promotora del progreso en la docencia, investigación, en la transferencia de conocimiento y en la transformación y estrategia digital y por ende debe incorporar la igualdad entre mujeres y hombres como un principio fundamental para perfeccionar el compromiso con los valores que impregna la justicia social, el desarrollo intelectual, humano, perfectamente compatible con el objetivo de mantener las tasas tan elevadas de empleabilidad de nuestros estudiantes”, afirma.
Plan de Igualdad
Entre las tareas más urgentes, señala la necesidad de informar en el Consejo de Gobierno UCLM del Plan de Igualdad aprobado por unanimidad el pasado 16 de noviembre, registrarlo, y comenzar en la mesa de dialogo social con los sindicatos un trabajo “continuo y fructífero” para exigir a los diferentes órganos de gobierno de la UCLM la aplicación de las medidas de igualdad estructuradas en 12 potentes e innovadores ejes y 85 medidas.
Por otro lado, trabajará en constituir orgánicamente la estructura de la unidad de igualdad con la elección de la persona que la dirigiría, dotarla de presupuesto y de actuación administrativa. “Todas las universidades cuentan con esta unidad que se crea en cumplimiento de la normativa vigente en materia de igualdad de género entre mujeres y hombres en el ámbito universitario”, relata. “Me sonroja que no tengamos unidad de igualdad, cuando su existencia es obligatoria desde hace 14 años por Ley Orgánica 4/2007”, afirma la experta. La normativa señala que “las universidades contarán entre sus estructuras de organización con unidades de igualdad para el desarrollo de las funciones relacionadas con el principio de igualdad entre hombres y mujeres”.
“Su creación es urgente pues son tareas básicas de las unidades de igualdad de todas las universidades velar por el cumplimiento de la normativa en materia de género, elaborar informes diagnósticos que muestren la presencia y el pensamiento de hombres y mujeres en la UCLM, y proponer, a los órganos que correspondan, la aprobación, revisión, actualización de Planes de Igualdad”, asegura.
Cultura machista
A pesar de los avances, Romero advierte de que “aquietarnos en el avance por la igualdad supondría un retroceso veloz”. “La cultura machista en el mundo académico y científico existe, las brechas de género en ciencia y en ramas científicas STEM son una realidad, como es una realidad el bajo numero de mujeres catedráticas en relación con catedráticos varones”, describe. Pero también señala que, ya que se conocen las causas, también se pueden corregir estas desigualdades. “Conocemos los instrumentos legales para ello tan solo hay que ponerlos en práctica, pero mientras las decisiones de poder estén regentadas por hombres que no estén comprometidos con la igualdad, con la obligación legal de incorporar la perspectiva de género en todos los ámbitos de la gobernanza universitaria, los avances en igualdad serán costosos y dolorosos para la mitad de la sociedad, las mujeres”, afirma.
El informe de Mujeres Científicas 2021, explica, es “revelador” y señala tres “grandes brechas de género” en relación a las mujeres investigadoras. Por un lado, en atraer el talento de las mujeres, en particular en los ámbitos de la ingeniería y la tecnología; en este sector, recuerda, “”se van a concentrar los empleos de calidad del futuro“, pero las mujeres siguen representando menos del 30% del personal investigador. Por otro lado, se trata de retener el talento, planteando una carrera investigadora más estable ”y eliminando obstáculos, como los sesgos de género o las dificultades en la corresponsabilidad, para que las mujeres contribuyan a la ciencia con todo su potencial y su estabilidad laboral y/o funcionarial no se vea dañada“. Por último, señala que todo esto se debe apoyar con herramientas legales si fuera necesario a través de las acciones positivas ”para que las mujeres alcancen los escalones más altos de la carrera, las cátedras universitarias“.