Yahya, Asmaa y su familia abandonaron Siria hace casi seis años debido a los numerosos bombardeos que asolaban la ciudad noroccidental de Idlib, a tan solo 60 kilómetros de Alepo. Se trata de una de las localidades donde actualmente se libran continuas batallas entre los combatientes de Uzbekistán y China con el ejército sirio. Un auténtico polvorín. Este matrimonio consiguió cruzar la cercana frontera con Turquía, donde recibieron asilo en un campo de refugiados.
Hasta cinco años han pasado allí, junto con sus cuatro hijos menores y la abuela paterna. En tierras turcas nada ha sido fácil. La política de acogida a refugiados de este país ha sido muy cuestionada y aunque no hablan de ello, su sufrimiento es detectable.
El dolor y la devastación tras ese período de apátridas, de expulsados de su tierra, de sus orígenes, de su vida cotidiana, está muy presente en sus miradas y en sus apenas perceptibles palabras. En octubre llegaron a España directamente desde Estambul. Ahora residen en Toledo. La ONG ACCEM, junto con las administraciones públicas, ha conseguido que formen parte de su programa de acogida de refugiados. Están en la primera fase del proyecto de integración. Un mundo absolutamente nuevo para ellos.
Han decidido además abrir las puertas de la vivienda de acogida para recibir a los medios de comunicación. Es un caso insólito. No quieren que afecte a su intimidad ni a su proceso de construcción de una nueva vida, pero tampoco quieren dejar pasar la oportunidad de enviar un mensaje a la ciudadanía española y europea: “Por favor, que paren la masacre en nuestro país”. Así lo denuncia Yahya, abrumado por las cámaras y los periodistas. “Están siendo asesinadas miles de personas. No sabéis lo que diariamente está pasando, la continuas masacres. Solo pedimos que Europa haga algo, que juegue su papel para parar estas muertes”.
Que Europa se implique
Denuncia asimismo las actuaciones del Gobierno sirio en un conflicto que ya parece eterno. Según afirma este padre de familia, el Gobierno de este país está utilizando armas químicas contra los civiles. Hasta ahora no han podido denunciarlo ante los medios, por estar en el campo de refugiados, pero ahora quieren hacer oír su voz. Pide Yahya que los gobiernos europeos se impliquen, que cojan las riendas y ofrezcan soluciones. Y concluye dando las gracias al Gobierno español, al autonómico y a “todos los españoles”.
La familia se encuentra actualmente en la primera fase del proceso completo de integración, tal y como ha explicado Braulio Carlés, responsable territorial de ACCEM. Son seis meses en los que comienzan a aprender el idioma, se revisa su situación jurídica, los niños se incorporan al colegio y se les da acceso a la sanidad y a la formación. Estos son los pilares fundamentales para que después, en un segundo periodo de otros seis meses, sean más autónomos y puedan acceder al mercado laboral.
ACCEM dispone de plazas de acogida en su centro de Sigüenza, Albacete y en Toledo. En este último caso, dispone de 36, de las cuales 31 están ocupadas por personas procedentes de Siria. La ONG se centra sobre todo en que la familia de acogida consiga su integración en la sociedad en un periodo que suele prolongarse entre los 18 y los 24 meses. El objetivo final también es que obtengan su estatuto de refugiados políticos, a la espera de que puedan retornar a sus países de origen. “Es verdad que esto a veces es complicado pero evidentemente nosotros lo trabajamos continuamente y es una de las posibilidades que nunca desechan, por la esperanza de volver a su lugar de origen”, afirma Carlés.
Bajo esos preceptos trabajan también otras asociaciones en Castilla-La Mancha como Cruz Roja o Movimiento de la Paz. De hecho, según ha podido saber eldiarioclm.es, en las próximas semanas llegarán a la región otros 140 refugiados sirios. No es suficiente, sin embargo, para cumplir con las ‘cuotas’ a las que se comprometió el Gobierno español en el marco de la Unión Europea. Actualmente, el nivel de acogida en el país no supera el 11%.
Así lo recuerda la consejera de Bienestar Social, Aurelia Sánchez, quien también ha pedido una mayor implicación de las administraciones pero ha celebrado que esta familia haya abierto las puertas de su casa. Ha aprovechado también para precisar que en los últimos dos años han llegado a la comunidad autónoma 555 personas refugiadas, el 32% de las mismas procedentes de Siria. “Cuando una familia vive estas situaciones tan graves en su país, hace que se tengan que desplazar por motivos ajenos a su voluntad y debemos mostrar nuestra solidaridad y ayudarles”, ha remarcado.
“Queremos una plena integración. Eso no solamente es este hogar y la ayuda mínima para vivir, sino que los niños estén en el colegio y en el comedor escolar, que todos estén atendidos por la Sanidad y que tengan el apoyo de las prestaciones sociales que puedan solicitar”, agrega la consejera. Destaca igualmente que el Gobierno regional también trabaja en acciones humanitarias en origen desde 2015 tanto en Siria como en países colindantes donde hay refugiados, como Líbano o Jordania. Las subvenciones que destina a entidades colaboradoras están dirigidas principalmente al abastecimiento de estos campamentos, al acceso al agua, a a prestaciones médicas como ginecología y a la educación de los niños.
Finalmente, Aurelia Sánchez llama a la “responsabilidad internacional” en este problema. Reitera que España está muy por debajo de los compromisos de acogida y por eso insiste en ofrecer la comunidad autónoma y la colaboración del Gobierno regional para contribuir a una mayor acogida.