Este domingo se cumple la primera semana desde que Francisco Núñez fuese elegido, con cerca del 93% de los votos, nuevo presidente del PP en Castilla-La Mancha. En estos días ha restado importancia al hecho de que un tercio de los compromisarios no se pronunciasen en el Congreso que le nombró nuevo líder, ha presentado a su nueva Ejecutiva, a sus colaboradores más cercanos -dejando a su rival en primarias, Carlos Velázquez, fuera de puestos de relevancia- y ha dejado entrever algunas de las líneas del que puede ser su programa político con el que aspirar a la Presidencia de la región.
1.-La idea de España y de Castilla-La Mancha
Francisco Núñez ha dejado en esta primera semana algunos destellos de lo espera que sea nuestro país cuando felicitaba, el 12 de octubre “a todos los que sienten de buena fe con pasión la bandera de España”. El nuevo presidente de los ‘populares’ castellano-manchegos decidía pasar el 12 de octubre en su pueblo natal, Almansa, para recibir un homenaje de la Guardia Civil en el que ha sido uno de sus últimos actos (si no el último) como alcalde.
Ha hablado de sanidad para decir que su modelo es “público, universal y gratuito” y aclarar, porque dice que fue un error, unas declaraciones en las que apostó por una gestión privada de la sanidad. También se ha referido al empleo, aunque para conocer su proyecto habrá que esperar: primero se sentará “con todos los agentes sociales y sindicatos” en próximas semanas.
¿Y la educación? Su intención es buscar la “excelencia” desde la base de “la libertad de elección y protegiendo todos los modelos educativos” en un claro gesto a la concertada.
El PP también apuesta por la tauromaquia como “parte de nuestro patrimonio cultural, de nuestra historia, nuestras tradiciones y nuestra cultura”, como “seña de identidad” porque “el mundo de los toros representa nuestros valores universales en los pueblos de la región”. Eso decía la nueva secretaria general del PP regional, Carolina Agudo este sábado quien además lo calificaba como “espectáculo arraigado que pone en valor la libertad”.
2.- Un presidente (y un partido) cercano y familiar que apuesta por la participación de las bases
Estar “cerca de la gente” detectando sus problemas y gestionándolos, fomentar la participación de las bases en la toma de decisiones del partido y hasta llamar “anticuado” al presidente de Castilla-La Mancha o “carcamales” a socialistas y miembros de Podemos frente a la “frescura” y “modernidad” del nuevo PP.
Se proyecta la imagen de un partido joven y renovado, “sangre nueva”, que decía el nuevo presidente del Consejo Territorial del partido, Lorenzo Robisco y con gente -como la secretaria regional de la formación, Carolina Agudo- de la que, dice, “no le importa pisar el barro, pegar carteles o morder el polvo”.
Es otra de las consignas de la semana entre los colaboradores de Francisco Núñez, trasladando una imagen de cercanía, alejada de la que proyectó Cospedal con su continuo cordón de seguridad en todos sus actos públicos. Y eso se ha trasladado, incluso, a los perfiles públicos del propio presidente ‘popular’ con fotos de su familia (incluyendo la de su hija que esta semana cumplía cuatro años)
El líder de los ‘populares’ dice querer escuchar más y hasta Ciudadanos ha calificado de “bueno” que “por fin” haya un “interlocutor en Castilla-La Mancha del PP”, frente a María Dolores de Cospedal que, a su juicio, “no pisaba muy a menudo la región”.
3.-El agua, nadar y guardar la ropa
Otro de los mensajes que ha lanzado Francisco Núñez ha sido el relativo al agua, y en particular al trasvase Tajo-Segura. Se ha mostrado partidario de elevar a 600 hectómetros cúbicos la lámina mínima de agua en los embalses de Entrepeñas y Buendía pero nada ha dicho de cerrar el grifo a Levante. Núñez no se moja con las reivindicaciones de los municipios ribereños aunque su propuesta para elevar la reserva no trasvasable haya recibido las críticas de su homólogo murciano.
Y mientras, 'su' PP acusa a Emiliano García-Page de ser el presidente “más trasvasista de la historia de Castilla-La Mancha” aunque quien aprueba los trasvases -que la Junta viene recurriendo en los tribunales uno tras otro- es el Gobierno de Pedro Sánchez y, paradójicamente, lo hace en virtud de lo que permite el Memorándum del Tajo, un documento avalado por la que fuera presidenta de la región, Dolores de Cospedal, hasta el punto abrirse un conflicto entre el gobierno de García-Page y el de Pedro Sánchez que este lunes se reúnen en Madrid y está previsto que hablen del tema.
Este semana se ha producido la primera reunión de la legislatura entre el PP y el Gobierno de García-Page para hablar del Pacto regional del Agua, actualmente en vías de negociación. El mensaje de los ‘populares’ no difiere del que vienen manteniendo en los últimos diez años: calidad y cantidad de agua para Castilla-La Mancha, pero si hay que hablar del trasvase hay que hacerlo en un Pacto Nacional.
4.-El PSOE y los ‘populistas’
De las declaraciones de su portavoz regional, la toledana Claudia Alonso, se deduce que el nuevo Partido Popular de Castilla-La Mancha continuará con el ‘estilo Cospedal’, al poner en el foco de su estrategia la demonización de la coalición PSOE-Podemos en el Gobierno regional, la primera y única de España de estas características.
Además, la portavoz dice que “las necesidades de la región no son una prioridad ni para Page ni para Sánchez porque solo están preocupados en pactar con los populistas”, extrapolando así al ámbito nacional la misma idea.
Una estrategia que rema a favor del nuevo líder nacional, Pablo Casado al trazar un paralelismo entre lo que hace Emiliano García-Page en su relación con Podemos y lo que practica Pedro Sánchez con la misma formación a nivel nacional.
5.-El guiño a los agricultores
Tampoco ha faltado en esta primera semana el ‘guiño’ al sector agrario, todo un clásico en el PP castellano-manchego que, hasta la fecha, ha sido uno de sus más importantes caladeros de voto.
La primera acción parlamentaria anunciada bajo el mandato de Paco Núñez ha sido que se va a volver a presentar una Proposición No de Ley para que en Castilla-La Mancha se declare plaga de conejos, algo que rechaza el Gobierno regional por “el coste que supondría para los agricultores” y que tiene pocos visos de salir adelante.