En 2008, la ciudad de Almansa (Albacete) tenía más de 25.000 habitantes, un número que actualmente ha bajado, otra muestra de como la crisis ha afectado directamente a las localidades españolas más pequeñas. Fue en ese año en que un grupo de amigos decide que era el momento para crear una asociación LGTBI, la primera en Castilla-La Mancha fuera de las de las capitales provinciales o ciudades más grandes. Almansa Entiende nace gracias al ejemplo de colectivos de Albacete o Alicante, explica Rocío Martínez, fundadora y también la primera presidenta de la asociación.
“Nuestra idea era juntarnos varios amigos de Almansa que veíamos que existían estas asociaciones y que funcionaban como una red de soporte en la que poder encontrarse entre semejantes, una red de apoyo con recursos en caso de tener algún problema. Por eso nos decidimos, porque era necesario visibilizar la realidad de la local”, recuerda Martínez. Gracias a Ablesgay, organización de la capital provincial, con los que contactaron para iniciar los trámites de inscripción y registro, pudieron constituirse finalmente como asociación.
Fue “rompedor”. Ese es el resumen que hace Rocío: “hay que verlo en un contexto, la Almansa de la 2008 no es la de ahora y era muy chocante que una persona saliese en los medios y dijese soy lesbiana, soy gay, en definitiva soy LGTBI”, recalca Martínez. Las primeras acciones fueron de visibilidad, porque creían que era lo más necesario, utilizando los lugares más importantes de la localidad para informar a la población de que la asociación existía y cuales eran sus objetivos. Entre otros, organizaron campañas de prevención de Enfermedades de Transmisión Sexual o ciclos de cine LGTB, y también la celebración del orgullo, pero no en un espacio abierto sino en un bar.
Así pasaron tres años, trabajando hasta que la organización se ve forzada a quedarse en una suerte de 'standby'. “Nos tuvimos que marchar fuera, a estudiar y a trabajar. La mayoría de la asociación éramos menores de edad o no teníamos más de 20 años, así que se paraliza alrededor de 2010, 2011”, recuerda Martínez. Sin embargo, la actividad se retoma en 2015, también con el retorno a la localidad de algunos de los miembros. Entonces, deciden volver a organizar la celebración del Orgullo, pero de manera “totalmente diferente”. “Lo hicimos en el medio del Jardín de los Reyes Católicos, un lugar muy público”, explica.
La idea era llevar la celebración en un “punto neurálgico” de la localidad albaceteña, que contó con varias actividades, bailes, actuaciones musicales, micro abierto y también un micrófono abierto. Desde entonces, es en esos jardines donde se celebra el Orgullo, que cada año ha seguido una temática diferente, al igual que en el resto de la comunidad autónoma: en 2016 por la visibilidad bi, en 2017 por la visibilidad transexual y este año para llamar la atención del llamado sexilio.
Es “especialmente difícil” en el entorno
“La migración por motivos de orientación sexual o identidad de género es algo que pasa mucho en la región, en entornos rurales o ciudades no muy grandes. En estos entornos puede ser especialmente difícil vivir si eres gay o lesiana y ya todavía más si eres transexual o no te identificas como cis”, reflexiona Rocío. De este modo, recuerda que en 2008 la recepción fue una mezcla “de esto qué es”, “bueno, a ver cuéntamelo” y poca aceptación. “La realidad era totalmente desconocida o había cierto rechazo pero nunca sufrimos agresiones o así en ningún caso, aunque sí hubo algún sector que nos mandaron cartas larguísimas citando pasajes de la biblia. Diez folios”, recuerda.
Ahora, sin embargo, notan que la aceptación de sus actividades es cada vez mayor, especialmente en la celebración del Día del Orgullo. En redes sociales, explican, también tienen cada vez más apoyo, y quieren aprovecharlo para tener más tirón entre los más jóvenes del pueblo. “Es fundamental, porque los institutos siguen siendo un entorno de bullying lgtbfóbo en los institutos y est es uno de los objetivos, que nos conozcan, que vean la realidad”.
Nueva etapa
Así lo señala también el nuevo presidente de la asociación, Juan Zornoza, que se incorporó más tarde “a la lucha de la asociación”, a partir de 2015. “Entramos a formar parte la mayoría de los que estamos hoy en día la asociación, de los fundadores quedaron tres únicamente y el resto somos gente nueva, que lucha contra el sexilio, uno de los problemas que tenemos”, explica. Y es que recalca que existe una serie de “miedos y reparo” y que la mayoría de los miembros de la asociación han sido víctimas de ello.
En los diez años que llevan de historia, Almansa Entiende ha crecido pero “tampoco una barbaridad”, hasta llegar a las 15 personas que son ahora mismo. Incluso ahora, muchos de ellos viven y trabajan fuera, pero mantienen la organización viva a través de las nuevas plataformas y los fines de semana realizan las actividades en el pueblo. Este año han empeado con las charlas en colegios e institutos, una tarea que no es fácil, asegura Zornoza. “Son temas que pueden quedarse abstractos, por lo que hacemos dinámicas con los niños para explicar los roles de género de manera dinámica para que los niños puedan aprender que existe una gran diversidad”, explica.
También organizan charlas para los padres que realizan intervenciones más largas, en un contexto más teórico, por ejemplo, para la Asociación de Padres y Madres de Almansa. “Hay una respuesta muy buena en Almansa, la gente responde. Sí es verdad que los padres que más vienen son los que se ven tocados por el tema”, explica Juan. Como ejemplo, padres que ven que “su hijo no juega al fútbol” y se preocupan. Por otra parte, Almansa Entiende quiere empezar a trabajar con el Ayuntamiento para luchar, entre otras cosas, contra la transfobia y para ello quieren contar con las instituciones. Para ello están trabajando también con el Instituto de la Mujer, para “institucionalizar” la asociación.