Emprendedoras, libres y luchadoras. Esos son los valores que retratan a las Mujeres de ‘la Campiña’, una asociación que nació hace 30 años en la localidad de Cabanillas del Campo (Guadalajara) con un firme horizonte: dar visibilidad a la mujer y defender su liberación de un corsé patriarcal que la había relegado hasta entonces a las labores domésticas y a la familia.
Julia Moratilla, presidenta de la Asociación de Mujeres ‘La Campiña’ desde hace más de dos décadas asegura a eldiarioclm.es que “había una necesidad de liberar a las mujeres y sacarlas de sus casas porque, según admite ”su vida era dura y se limitaba a trabajar y trabajar recogiendo patatas en el campo y cuidar de su hogar“.
Ese anhelo por “despertar” y lograr su propio espacio social llevó a un grupo de cabanilleras a crear una comunidad para reivindicar la independencia de la mujer y protegerla de la discriminación y del aislamiento social. “Éramos un grupo de nueve mujeres atrevidas que sin dinero ni sede nos juntábamos para practicar gimnasia con falda, porque los pantalones significaban modernidad”, recuerda con alegría Moratilla.
Durante aquellos incipientes años de principios de los 90, las mujeres de la Campiña fraternizaron en torno al deporte, la artesanía, las jornadas de cocina y los viajes por la provincia de Guadalajara, pero también tuvieron que soportar el rechazo de los hombres de la localidad a una realidad nueva y hasta ese momento ajena: “Nos veían en el bar y nos decían que mejor estaríamos fregando o recuerdo como algunas compañeras deseaban conocer sitios y se encontraban con la negativa de sus maridos porque tenían que dormir fuera de casa”, explica Abilia Requena, otra veterana de la asociación.
La conciencia compartida de disfrutar de su tiempo, tomar decisiones y reflexionar sobre los problemas sociales que sufría la mujer germinó en el nacimiento de la Asociación de Mujeres ‘La Campiña’, en 1994. Un movimiento femenino que tomó su nombre de la tierra fértil que la rodea y que siempre ha forjado su identidad enraizada en la cultura del territorio campiñero.
Treinta años de amistad y de solidaridad que han estimulado a muchas mujeres a superar vivencias traumáticas como maltrato, depresión y a reconstruir sus vidas. “Ha sido una experiencia intensa, positiva y bien acogida por el pueblo con la que hemos logrado juntas liberar a la mujer de ataduras y mejorar su vida”, subraya la presidenta.
La historia de las mujeres que conforman ‘La Campiña’ comparte algo en común: el esfuerzo por prosperar y sobreponerse a un clima machista que las excluía. La vida de Abilia fue dura desde el principio. Natural de Casas de Fernando Alonso, un pequeño pueblo de Cuenca, creció sin su madre desde los 11 años y se vio forzada a ocuparse de las tareas del hogar y a trabajar desde la juventud. La marcha del pueblo a los 15 años supuso para ella su primera liberación, porque, según, recuerda “el ambiente del pueblo era asfixiante, te controlaban y te critican en cuanto te salías de la norma”. Hoy, después de 30 años viviendo en Cabanillas, de criar a sus hijos y de haber trabajado “incansablemente” estima que la asociación le ha aportado “seguridad en sí misma”, sobre todo para superar los prejuicios que existían contra las mujeres en el pueblo. Solo echa de menos dos cosas. “No haber podio estudiar y no tener carné de conducir”.
Para Damiana, extremeña de 73 años, la vida también ha estado marcada por el sacrificio para sacar adelante a su familia. “A las mujeres de mi generación no se nos valoraba en nada y solo trabajábamos, pero como mujer creo que he sido libre y estoy contenta de haber alcanzado mis metas personales”. De su experiencia en la asociación asevera que “me acogieron con mucho cariño en un momento en el que habían muerto mi marido y mi padre y aprendí a valorarme y a confiar en mi misma”.
En la actualidad, el colectivo, integrado por cerca de 600 miembros entre mujeres y hombres, mantiene su actividad deportiva, educativa y cultural en la sede del Centro de la Mujer de Cabanillas. Además participa activamente en la celebración de las fiestas y tradiciones de la localidad como la Cabalgata de Reyes, el Encuentro de Bolilleras o la Semana de la Cultura.
A cerca del futuro, Julia Moratilla considera que “nuestra asociación se ha hecho mayor y gracias a colectivos como este algún día dejaremos de hablar de desigualdad entre hombres y mujeres”, aunque, reconoce que “la realidad de la mujer ha cambiado totalmente y el hecho de que hoy trabajen, y estén informadas complica la continuidad de estas asociaciones tal como las hemos vivido nosotras”.
Legado
El libro “Mujeres de La Campiña: 30 años por la igualdad”, que conmemora la trayectoria de tres décadas de activismo de la asociación, se enmarca dentro del proyecto “Juntas Reduciendo Brechas II: Mujeres de La Campiña, 30 años extendiendo la sororidad”, cofinanciado por el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Cabanillas y la misma asociación de mujeres.
La obra, escrita por la socióloga argentina experta en cuestiones de género, Fernanda Gabriela Ponce, se propone dar visibilidad a la labor que este colectivo ha desarrollado durante 30 años en defensa de la mujer de Cabanillas. Para ello, recorre la historia de la asociación desde sus comienzos, a finales de los 80 hasta la actualidad.
Además realiza una introspectiva sobre cómo ha influido la asociación en el progreso de la población y su contribución al empoderamiento de la mujer. Y lo expresa, a través del testimonio personal de muchas de sus protagonistas que relatan lo que ha significado para ellas colaborar con Mujeres ‘La Campiña’ durante su historia.
El manual incluye también una selección de imágenes que esbozan su vivencia de compañerismo y sororidad, mediante los viajes e iniciativas en las que ha colaborado la asociación. “Es el legado de nuestra lucha durante tantos años que dejamos a las nuevas generaciones”, concluye Requena.