Francisco Núñez, candidato a suceder a Cospedal en el PP de Castilla-La Mancha, tiene una amplia trayectoria política dentro del partido regional: fue presidente de las Nuevas Generaciones y se ha mostrado siempre como acérrimo defensor de María Dolores de Cospedal. También es parte de la Ejecutiva de Pablo Casado como miembro nato del Comité Ejecutivo Nacional del PP.
Su figura no ha estado exenta de polémicas. Núñez fue muy criticado por las palabras que pronunció el pasado 8 de marzo de 2017, durante la celebración de un acto con motivo del Día de la Mujer en la localida de Almansa, de la que es alcalde. “En ellas están reflejadas todas y cada una de las mujeres que pasan las noches sin dormir para cuidar a sus hijos, que se levantan para que esté todo listo. Que van al colegio, que vuelven, que trabajan, que preparan la comida. Que cuidan de toda la casa y toda la familia. Que son buenas esposas, buenas madres y buenas compañeras de viaje y que hacen posible que esta sociedad avance”, decía en su intervención, algo que la valió las críticas de cargos políticos del PSOE castellanomanchego.
Su paso por las Cortes de Castilla-La Mancha no ha sido más discreto. Hace poco más de tres meses era expulsado del Parlamento Autonómico por acusar a miembros del Gobierno de defender a asesinos de ETA. Una acusación que provocó su expulsión del pleno y la suspensión de la sesión durante más de una hora.
No ha sido lo único llamativo que le hemos visto decir en las Cortes. En febrero de este mismo año, y como defensa de la ley de caza de Cospedal, afirmaba durante su intervención que “el cazador de cada pueblo es el mejor ecologista que hay”.
Una de las polémicas que le ha acompañado a lo largo de toda la legislatura es el caso Giba Cars, una empresa suiza que llegó a la localidad de Almansa, donde llegó a presentar el modelo de vehículo que iba a fabricar en un acto donde participaron Núñez, Cospedal y el entonces ministro de Industria, José Manuel Soria, en 2015.
Fue apenas unas semanas antes de las elecciones municipales y autonómicas cuando la empresa en cuestión realizó entrevistas de trabajo a cientos de personas que nunca consiguieron un empleo porque la empresa no se llegó a instalar en Almansa. Esto se tomó como un acto electoral por parte de la oposición tanto en el municipio como en el resto del territorio regional.
Hace poco menos de un año se descubrió que la empresa jamás solicitó financiación para instalarse en Almansa.