- Este colectivo organiza una nueva caravana de vehículos el 27 de mayo en contra del trasvase hacia la cuenca del Segura
La Asociación de Municipios Ribereños de los embalses de Entrepeñas y Buendía, en la cabecera del río Tajo, ha convocado una nueva caravana de vehículos en contra del trasvase Tajo-Segura, y más concretamente del último trasvase de 7,5 hectómetros cúbicos aprobado para este mes de mayo, “sin tener en cuenta, una vez más, nuestras reivindicaciones, ni el estado moribundo del río Tajo, ni tampoco el estado de emergencia en los embalses de cabecera”. “Ni una gota más”, proclama de nuevo esta asociación.
Esta nueva marcha de vehículos en caravana se realizará el sábado día 27 de mayo y partirá a las 18.30 horas de Auñón para dirigirse por la N-320 hasta la rotonda N-204 dirección Buendía hasta el cruce de Sacedón, que tomarán hasta llegar al pueblo. Una vez allí, se concentrarán en el Paseo Marítimo.
La reivindicación principal de todas las movilizaciones ha sido pedir el fin del trasvase y luchar por la recuperación de Entrepeñas, Buendía y el Tajo. En su manifiesto, afirman que este río, a lo largo de toda su cuenca, presenta unas “pésimas condiciones medioambientales” por el escaso caudal que circula por su eje, y que los embalses de cabecera tiene en este momento un 15% de agua y se encuentran en niveles de emergencia.
“A pesar de esta gravísima situación, el Gobierno continúa aprobando trasvases amparado en una ley irracional que, aún en estas lamentables condiciones, le permite sacar agua de Entrepeñas y Buendía. Este continuo saqueo provoca que no puedan recuperar un nivel mínimo aceptable de agua y que el caudal del Tajo se vea muy disminuido, siendo totalmente insuficiente para que el río pueda sobrevivir”, subrayan.
Resaltan asimismo que los embalses se están convirtiendo en “meros recipientes de agua, carentes de cualquier tipo de vida animal o vegetal”; que el Tajo es “una cloaca” por la falta de depuración y el insuficiente caudal; y que el bajo nivel hídrico de los pantanos hace que “pierdan el atractivo turístico, deportivo y de ocio que siempre habían tenido, y con ello la posibilidad de generar recursos económicos para los municipios ribereños”.