“Los museos de Ciencias somos una especie de conciencia social”

20 años y más de 1,7 millones de visitas. El Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha cumple dos décadas con luces y sombras pero mirando al futuro a pesar de sus limitados recursos. El próximo 8 de febrero recibirá una distinción por su aportación al mundo educativo, coincidiendo con el acto que se celebrará en Motilla del Palancar (Cuenca) por el Día de la Enseñanza y al que fuera su director, Jesús Madero, se dedicará una sala del centro.

Santiago Langreo llegó en 2002 al museo y desde 2016 dirige este espacio además del Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha. Entrevistamos a este conquense que presume de vivir a unos metros del lugar donde nació y que confía en añadir un espacio más, profundizando en lo que tiene que ver con la energía, a los siete con los que ya cuenta el museo: La Máquina del Tiempo, Tesoros de la Tierra, Astronáutica, Clima, la Sala de Energías, la de Astronomía y el Planetario. 

¿Donde estaba usted aquel 15 de enero de 1999 cuando se inaugura el centro?

No estaba en el museo sino dando vueltas por las escuelas de la región. Fui maestro, soy orientador de Secundaria y profesor asociado en la UCLM, en el departamento de Pedagogía. Fue en 2002 cuando llegué.

En estos 20 años, ¿diría que el museo ha superado con éxito su etapa 'adolescente'?

Creo que sí. Depende también de las expectativas que tuviera cualquier implicado, desde el presidente José Bono cuando se tomó la decisión de asignar esos dineros para este museo, el primer director Jesús Madero...Todos tenemos distintas ideas sobre lo que debe ser no solo el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha sino cualquier museo.

¿Y hay un modelo perfecto de Museo de Ciencias? 

No, no, no...Todo lo contrario. Si se me asignó esta responsabilidad no fue porque ya había trabajado diez años en el museo  sino por mi tesis sobre la evolución de los museos de Ciencias. Es alucinante la variedad que hay. Desde los primeros en Estados Unidos, han crecido como setas.

Nosotros por ejemplo no tenemos una colección permanente. Nuestra finalidad fue acercar la ciencia a la ciudadanía, educar mejor en ciencias en particular respecto a ciertos topics. Sobre cuestiones que han sido un mito: la tierra plana, la teoría creacionista...Se trataba de abrir la mente a las personas y que tuvieran la capacidad de apoyar determinadas vías de investigación y desarrollo.

Siempre nos planteamos romper barreras, fundamentalmente las del miedo, para que la sociedad avance. La ciencia es el mejor camino para el desarrollo de la Humanidad.

Si uno no cree en ello puede ser se un lugar donde  divertirse y entramos más en la cuestión del parque temático. También ha habido una tendencia fuerte de este tipo y a veces se ha confundido la interactividad con lo que es sencillamente manipular...

¿Hay un límite claro entre espectáculo y ciencia?

¡Claro! Sobre todo ahora mismo con lo que se refiere a la  inteligencia emocional: los avances en neurociencia nos dicen que todo aquello que no tenga capacidad de dar placer o que no produzca daño, tiene un procesamiento mental mucho más lento e impreciso. 

Sabemos que todo lo que entra a través de las emociones es más fácil que quede asimilado por el sujeto. En los museos a la hora de captar la atención del público no podemos usar la vía del dolor, pero sí los momentos placenteros, de agrado, de tranquilidad. Hemos intentado poblar nuestras salas de esas emociones.

Tanto el continente como el contenido de este Museo de las Ciencias ha cambiado en los últimos años...

¡Mucho! De ser en 2009 un museo muy poco interactivo, no solo cambiamos de contenidos hacia una línea más exploratoria del Cosmos, astronáutica sino que lo hicimos todo con fuerte interactividad. Nos dimos cuenta de la gran demanda tras la investigación con una muestra de casi 600 profesores de Secundaria. Y aunque nos centramos en el público escolar descubrimos que faltaba interactividad. Hay que conseguir que el público permanezca en el museo y que aprenda, casi por ósmosis. Se tiene que empapar.

¿Y qué es lo que más interesa cuando el usuario visita un Museo de Ciencias?

Algunos vienen a resolver problemas. A buscar respuestas. Interactúan contigo y por eso la mediación es algo que hemos desarrollado en nuestros equipos de monitores, para facilitar la información. Hay público que viene a entretenerse y otro que visita museos en general como una liturgia. Después están los que vienen obligados por el profesor y hay que buscar que hagan algo distinto a lo que ya hacen en la escuela. Tenemos que sorprender.

¿Cree que se fomenta lo suficiente el conocimiento del museo entre los castellano-manchegos? En Toledo y en Guadalajara tienen muy cerca Madrid o en Albacete la ciudad de Valencia

Siempre hemos bregado con esa competencia pero hay variables que ayudan como el incentivo de visitar Cuenca. Vienen muchos centros de Valencia o Madrid que, además, nos son leales y repiten. Es cierto que ayuda que sea gratis. Muchos niños si no, no podrían asistir a este tipo de actividades extracurriculares o complementarias.

¿Ayudan también las redes sociales?

Todo ayuda. Hicimos una muy buena página web que generó mucho interés en su momento. Ahora está ya un tanto envejecida y la gente busca más en redes sociales. Coincidiendo con estos 20 años queremos haya un punto de inflexión y ver por qué sendero queremos continuar. Hoy tenemos un problema tremendo con internet. Tiene un potencial tremendo pero también un enorme riesgo.

¿Por qué?

Lo constatamos a través de la cantidad de falsedades y cómo crecen los mitos que antes eran ridículos como las que niegan que el hombre llegase a la luna hace 50 años...

No sé si se refiere a la pseudociencia y si le preocupa...

Sí, sí, sí...La gente en tiempos de crisis vuelve más la mirada a la magia y vuelve la espalda a la ciencia. Tienen que crecer muchísimo los recursos en investigación. Los científicos se tienen que ir a otros países y la sociedad ha de cambiar su mirada para no ir a lo efímero, a lo fácil y evitar la mentira.

Por ahí pasamos también los museos que, con menos recursos, nos toca resistir y esperar nuevos tiempos, a que la gente vuelva su mirada a museos, bibliotecas...que siempre han sido referentes en la cultura y en el progreso social. Tenemos que seguir luchando para no perder el camino, como está ocurriendo por ejemplo con las mujeres científicas. Es una asignatura pendiente. Nosotros apostamos por modelos sociales en los que se vea a la mujer, por ejemplo recurrir a Marie Curie, a Margarita Salas.

Los museos de Ciencias somos una especie de conciencia social que no debe  dejar de estar ahí, detrás de movimientos educativos, políticos, culturales... como los científicos, los que antes eran alquimistas y nosotros que estamos para darles espacio donde ofrecer sus conocimientos.

“Hay que lograr que la gente salga del museo rascándose la coronilla”

La ciencia y la cultura han tenido malos momentos en estas dos décadas pero seguro que muchos buenos, al igual que el museo...

El mejor momento creo que fue en 2009, con la remodelación. Al margen de la propia apertura que fue una acción decidida, además, para una ciudad como Cuenca, en un Casco Histórico geométricamente puro. Hubo una buena simbiosis.

Y aquel año 2009 fue también muy importante por la defensa que hicimos del cambio climático. Algunos no nos creían. Diez años después vemos cómo hemos acertado y pensamos que deberíamos haber hecho más hincapié. Aunque poco puedes hacer cuando algunos gobiernos o el poder del dinero prevalecen.

El momento crítico llegó en 2012 con una tremenda reducción de recursos humanos y económicos que todavía no hemos recuperado.

¿Por qué derroteros cree que irán los nuevos contenidos del museo tal y como hoy evoluciona el ámbito científico?

Nos queda un 10% de espacio y vamos a apostar por la energía. Ya lo hicimos por las renovables pero nos faltan módulos con los que el ciudadano pueda comprender la cuestión de la eficiencia energética.

No sabemos traducirla cuándo nos llega la factura de la electricidad. El ciudadano no entiende muy bien por qué no puede utilizar una energía solar, por qué de pronto se apuesta por un tipo y se obstaculiza el desarrollo de otras (el diésel o contra el diésel)... Para que pueda tomar decisiones necesita una buena formación.

Me encantaría desarrollar una línea, como hicimos con el cambio climático, para ofrecer datos objetivos y que el ciudadano, de forma crítica, pueda tomar decisiones si ha de hacerlo. Con información y con libertad.

Un colega decía que los museos de Ciencias apenas han conseguido transformar la sociedad y a mí eso me duele. Creo que es difícil de medir. Tenemos que lograr que al menos la gente salga del museo rascándose la coronilla.

Se lleva hablando de una Ley de Investigación durante toda la legislatura. Hay un borrador desde 2017 pero no se sabe mucho más...¿Es necesaria esta ley?Ley de Investigación durante toda la legislatura

Cualquier ley es interesante y más si tiene una memoria económica. Si no es muy buena se puede mejorar, pero si no existe hay un vacío. Eso no es bueno. Pero si solo se queda en intenciones, sin memoria económica que pueda financiar las medidas por ejemplo para que las patentes sirvan para el bienestar de todos...

Es interesante que se regule pero sé que es difícil en esta situación de techo de gasto que una Administración invente algo distinto.

Siempre nos planteamos romper barreras, fundamentalmente las del miedo, para que la sociedad avance. La ciencia es el mejor camino para el desarrollo de la Humanidad