La necesaria pero “difuminada” labor del trabajador social en la ayuda humanitaria

La primera convocatoria de los Premios del Colegio Oficial de Trabajo Social de Castilla-La Mancha ha servido para poner el foco en una profesión sobre la que también a veces pesan muchos estereotipos. Más allá de su labor en nuestros barrios, en nuestro entorno más cercano, estos profesionales también forman parte de los equipos multidisciplinares que se despliegan en las acciones humanitarias y en los proyectos de cooperación internacional. Así ha querido reflejarlo este organismo en uno de sus galardones: el entregado a Patricia Cazorla como Reconocimiento a las Buenas Prácticas Profesionales.

Cazorla, Graduada en Trabajo Social y con un Máster en Cooperación, lleva 13 años trabajando en Cáritas de Cuenca coordinando el programa de Cooperación Internacional que ha tenido presencia, entre otros sitios, en Congo, Perú, Palestina o Bolivia. También es portavoz de la Coordinadora de ONGD de la provincia y anteriormente ya trabajó como voluntaria, por lo que conoce de primera mano esa relación entre su oficio y la ayuda humanitaria.

En una entrevista con eldiarioclm.es, esta cooperante resalta ante todo la importancia del trabajo social en acciones internacionales, al igual que lo es la función de médicos, enfermeros y logística. “Esta figura aparece muchas veces como desapercibida, cuando alrededor del 75% de la gente que gestiona temas de cooperación son trabajadores sociales y cuando sales a terreno, son los que están en primera fila, haciendo un trabajo de cercanía”, explica.

Pone como ejemplo el hecho de que casi todas las personas de los campos de refugiados de Grecia e Italia en los que Cáritas tiene presencia son trabajadores sociales, “son los que están a pie, identificando, asesorando y cogiendo la documentación”. “El mismo trabajo social que hay aquí, hay que hacerlo allí”, añade, lamentando que a veces esa labor esté “difuminada” en la ayuda humanitaria cuando su tarea es “impresionante y necesaria”.

Al margen de ello, Cazorla destaca que una de las principales necesidades existentes hoy en día en materia de cooperación internacional se sitúa en los países “llamados desarrollados, más que en el destino de la ayuda”. Confiesa que si pudiera pedir algo, sería una mayor sensibilización de estos países, “que hubiera una mirada diferente”, porque “el muro mayor que nos encontramos es aquí, no es allí”. “Allí no han perdido la esperanza pese a todo, allí quieren seguir caminando, quieren transformar; y aquí nos seguimos encontrando la desesperanza, los muros y una sociedad invidualista”.

De hecho, destaca que muchas ONG han podido constatar que en época de crisis han recibido muchos más donativos de fondos propios, y que la gente que ya está sensibilizada con las causas ajenas se ha volcado incluso más. No obstante, opina que sigue “faltando la raíz”: no se cansa de decir que “la crisis económica es en realidad una crisis tremenda de falta de valores”. Y ahí es donde están trabajando.

El papel de las administraciones y la comunicación

Cazorla argumenta que esa circunstancia se da también en las administraciones. Por un lado, señala los “brutales recortes” en materia de cooperación, pero además deja claro que “no todo se tiene que reducir a la parte económica”, sino que también tiene que existir un interés de los gobiernos por el trabajo que las ONG y los voluntarios realizan en sus regiones, a los que muchas veces “no prestan atención”. “Hay una indiferencia que mata desde la sociedad y desde la Administración”.

Una de sus principales llamadas de atención la pone igualmente en la comunicación. “Yo le pediría a la gente que lea, que se interese por lo que pasa en el mundo. Tenemos un discurso muy localista cuando precisamente la realidad es cada vez más global y todo nos afecta. El primer paso es estar informados, que aunque parezca obvio, la gente no lo hace, no pasa de los titulares. Si lees y te interesas, si eres solidario, todo eso te lleva a cambiar tus hábitos de consumo, te afecta en tu vida, te va transformando. Lo he visto durante muchos años en los voluntarios. Esto tiene algo de mágico que te va cambiando”.

Finalmente se refiere a los voluntarios con todo el “cariño y agradecimiento”. “Trabajo con gente que realiza un trabajo muy duro y además están muy cualificados. Es algo impresionante en estos días que corren y tengo que nombrarlos constantemente porque sin ellos esta trayectoria de 13 años en cooperación no hubiera sido posible”, concluye.