Hoy nadie niega ya los efectos de la mano del hombre en la naturaleza que deja a su pasado un evidente cambio en el clima, desabastecimiento en algunos puntos del planeta y una situación social en la que la cada vez son menos los que concentran el grueso de la riqueza en el mundo frente a los miles de millones que apenas subsisten. Es una realidad que la humanidad construye día a día y que hace temer un futuro poco halagüeño. Aunque hay tiempo de revertir el proceso, de enmendar los daños en el entorno y de crear un verdadero estado de bienestar para todos y no sólo para unos pocos. Al menos eso dice el libro 'La Gran Encrucijada' escrito por Fernando Prats, Yayo Herrero y Alicia Torrego.
Una de sus autoras, Yayo Herrero, ha pasado este viernes por Albacete donde ha compartido este punto de vista con vecinos de la ciudad en la sede de Ecologistas en Acción. “Necesitamos un cambio de la lógica hegemónica mundial. Esto significa cambiar el modelo productivo, de tal modo que produzcamos las cosas que sirvan para satisfacer necesidades humanas de todas las personas”.
Los cambios más necesarios tienen que llevar, según la autora, a un cambio radical de la distribución de la riqueza porque: “la economía no crece desde hace tiempo y con el sistema actual no va a crecer”. Si no se quiere que la población se quede en un estado permanente de carestía de recursos hay que apostar, dice, por trabajos socialmente necesarios, que son aquellos que permiten satisfacer las necesidades humanas, todos los trabajos relacionados con el cuidado de la vida humana, la gestión de residuos, reparación y arreglo de cosas y la rehabilitación energética de edificios.
Esto implica deshacerse de trabajos, oficios que hoy día existen y que no contribuyen a vislumbrar un futuro para el planeta, al menos un futuro de calidad, como la industria armamentísticas, la del automóvil industrial “que sigue creciendo y creciendo”, la extracción de minerales, petróleo y energía, “que ya destruye las últimas reservas de vida necesarias ”. Hacer desaparecer estos oficios sí, pero protegiendo a las personas que viven de ellos y que “tienen que ser una prioridad colectiva y social”.
Cambios individuales
Un cambio de modelo, de estructura de trabajo, de reparto de riqueza es un cambio estructural que sólo se puede conseguir con el esfuerzo de todos. Pero cada uno puede ir poniendo su granito de arena en esta lucha por la supervivencia del entorno. ¿Cómo? “La palabra menos es la palabra mágica”, dice Yayo Herrero.
Se trata de vivir con menos energía, menos materiales, alimentarnos con productos que vengan de lo más cerca posible y que, a ser posible, sean de temporada y que sean ecológicos. Es decir, cambiar radicalmente los hábitos de consumo.
Pero la ecologista va más allá y apuesta también por el uso colectivo sobre muchos vienes. “Reinventar lo colectivo y articularnos con otras personas. ”En una lógica tan capitalista como la nuestra el cambio a nivel individual es más fácil“, asegura.
Tanto en el libro La Gran Encrucijada, como la autora misma reconocen que todos estos cambios se encuentran con un muro que hace de resistencia. Una resistencia que llega de ciertos intereses económicos y políticos frente a cambios de lógicas y de iniciativas. Lograrlo pasa por entrar en política y tener el respaldo de la ciudadanía para impulsar dichos cambios. El primer paso ya se ha dado, asegura Yayo Herrero, que señala a Austria, país donde se ha elegido hace apenas unos días a un presidente ecologista para “plantar cara a este modelo despilfarrador de recursos”.