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Las aves nocturnas, nuevas víctimas del abandono del medio rural

En diez años, Castilla-La Mancha ha perdido la mitad de la población de sus aves nocturnas. Es una de las regiones, junto con Andalucía, Murcia y Baleares, donde este descenso es más acusado. Así lo establece el último análisis del programa Noctua realizado por SEO/Birdlife, que incluye a la lechuza y al mochuelo europeo entre nueve especies estudiadas y a las que se monitoriza mediante la colaboración de 450 voluntarios. El dato es significativo porque en esta región la población de lechuzas está muy repartida, debido a que conviven solo dos o tres parejas cerca de cada pueblo, y su desaparición se ha hecho más que evidente.

Según explica a eldiarioclm.es el coordinador del Área de Seguimiento de Aves de esta organización, Juan Carlos del Moral, y en base a los estudios realizados, el abandono del medio rural es la principal causa de este fenómeno. De ahí su marcado acento en una comunidad como Castilla-La Mancha, donde pese a los intentos por potenciar el desarrollo rural, la despoblación es un hecho que se materializa cada vez más en provincias como Guadalajara y Cuenca.

El pastoreo tradicional en los pueblos, ahora casi desaparecido, generaba unas prácticas de ecología en los alrededores donde los excrementos del ganado propiciaban a su vez una vegetación característica que atraía a los roedores, la principal fuente de alimentación de las lechuzas. A ello se une el hecho de que se hayan destruido cientos de su puntos de nidificación, principalmente en las partes superiores de los establos utilizados para guardar la paja y el alimento para el ganado durante el invierno.

“Con la ganadería moderna, ya casi no existen estas características para que estas aves puedan anidar. Son naves de chapa donde no pueden criar ni siquiera los gorriones y donde les es imposible encontrar alimento, sin los usos tradicionales”, afirman desde SEO/Birdlife.

También está contribuyendo a la desaparición de las lechuzas los métodos agrícolas “más agresivos”, en referencia a los herbicidas y demás productos químicos “que eliminan todo tipo de vida” y con ello, la fuente de alimentación de estas especies cuando salen a comer al campo.

Contra la agricultura que no respeta la biodiversidad

Para este experto, la única solución es realizar un llamamiento a Europa para que las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) no sirvan para financiar la agricultura extensiva “que elimina la biodiversidad en el campo”, y apostar por métodos sostenibles y ecológicos. De hecho, subraya que ya no se trata tan solo de la protección de estas especies, sino también de nuestra alimentación. Se refiere con ello a ejemplos como los neonicotinoides, una variante de insecticida que actúa en el sistema nervioso central de los insectos pero también en el de las aves y del que quedan impregnados los cultivos. Se trata, de hecho, de una de las denuncias realizadas contra la desaparición progresiva de las abejas.

El estudio de esta organización apunta igualmente al declive de insectos como los grillos, que también forman parte de la alimentación de las aves nocturnas. Desde 2014 el descenso en este caso es también patente.

Noctua es uno de los programas de ciencia ciudadana más relevantes de SEO/BirdLife. Los voluntarios comienzan sus visitas al campo al anochecer y durante su estancia en el punto seleccionado, que suele prolongarse unas horas, analizan la población, comportamiento y evolución de estas aves, sobre las que ahora pesa la sombra de su decadencia.