La movilidad de los ciudadanos en nuestro país, especialmente en verano, ha hecho necesaria la puesta en marcha de un sistema de interoperabilidad de receta electrónica para asegurar la prestación farmacéutica independientemente de cuál sea la comunidad autónoma a la que acuda el paciente a retirar su medicación.
El principal objetivo de este sistema, al que Castilla-La Mancha se ha unido desde el 1 de julio, es que los pacientes pueden moverse por todo el territorio nacional y obtener sus medicamentos prescritos en cualquier farmacia del país, independientemente de en cuál de ellas haya sido recetada.
Para ello, las oficinas de farmacia disponen de un lector de bandas magnéticas capaz de extraer el código de identificación del paciente de la banda, independientemente de cuál sea la comunidad autónoma emisora de la tarjeta sanitaria individual del paciente. Una vez identificado correctamente el paciente, el aplicativo proporciona a través del nodo central del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el listado de medicamentos dispensables, del mismo modo que se viene trabajando habitualmente, dispensando la medicación que requiera el paciente, aportando lo mismo que si estuviese en su comunidad de origen.
“La atención médica es algo que cualquiera puede tener en cualquier punto de España pero con la entrada de las recetas electrónicas al haber 17 modelos distintos hasta hace poco la atención farmacéutica no se podía tener de una manera rápida más que en su comunidad de origen, si cambiaban de comunidad su tarjeta sanitaria no era valida cuando iban a una farmacia de otra comunidad para pedir la medicación”, explica Ignacio Romeo, presidente del Consejo de Colegios Farmacéuticos de Castilla-La Mancha (COFCAM).
Por este motivo se ha hecho necesario la implantación de un sistema de interoperabilidad de receta electrónica que asegura la prestación farmacéutica en cualquier comunidad. “Es un sistema muy positivo para el usuario y paciente porque una vez que el médico en su comunidad de origen le ha prescrito un tratamiento, el paciente puede retirarlo en cualquiera de las 22.000 farmacias de España”, explica Romeo. Sin embargo aunque esto sería lo idóneo el problema es que hay comunidades autónomas que todavía no se han sumado a este sistema.
“Estamos nueve comunidades autónomas y faltaría por sumarse a este interesante proyecto comunidades importantes como Madrid, Cataluña, Andalucía, Asturias, Cantabria o Murcia entre otras” apunta Ignacio Romeo. Castilla-La Mancha implantó este sistema el 1 de julio y desde entonces, las oficinas de farmacia de la región han dispensado cerca de 50.000 recetas de otras comunidades autónomas.
Las 1.271 oficinas de farmacia de la comunidad autónoma pueden dispensar la medicación prescrita de otras ocho regiones, como Canarias, Extremadura, Navarra, Comunidad Valenciana, Galicia, Aragón, La Rioja y Castilla y León, sin necesidad de que el ciudadano presente la receta en papel. El consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz ha explicado que así 13.386 personas se han beneficiado de esta medida, 3.536 en el mes de julio y 9.850 en el mes de agosto.
La comunidad prescriptora que más dispensaciones aporta es la Comunidad Valenciana con 41.614, seguida a distancia por Aragón con 2.060 y Extremadura con 902. Por su parte, Cuenca es la provincia que más dispensaciones ha realizado, con 23.850, seguida por Albacete con 13.637.
“Queda patente, que la mayoría de las dispensaciones se han realizado en las provincias de Cuenca y Albacete de recetas a ciudadanos de la Comunidad Valenciana”, según comenta Ignacio Romeo, presidente del COFCAM, Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Castilla-La Mancha.
El presidente del COFCAM explica que este sistema “sigue estando cojo de alguna manera y está creando diferencias en la atención farmacéutica a nivel nacional, dándose la circunstancia de que a veces llegan clientes de comunidades distintas y a algunos los puedes atender y otros tienes derivarlos al Centro de Salud más próximo, porque faltan por sumarse al Sistema Nacional ocho comunidades, especialmente Madrid y Andalucía, dos de las más pobladas y las más próximas a Castilla-La Mancha”.
“El balance es positivo pero nuestra queja es que este proyecto tiene que acabar de implantarse en toda España porque sino parece que vamos a distinta velocidad”, explica Romeo. “Tenemos comunidades muy grandes con muchos habitantes que tienen su derecho a moverse libremente por donde quieran y tienen que sumarse al carro”.