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La nueva planificación para el Alto Guadiana: “El problema real es que no va a haber agua y tendremos que lidiar con lo que tenemos”

Carmen Bachiller

13 de julio de 2021 19:28 h

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“La limitación de asignaciones de agua en la cuenca del Guadiana irán creciendo hasta el horizonte 2039”. Esta es una de las realidades que refleja el nuevo Plan Hidrológico del río.

Se ha puesto de manifiesto durante una jornada virtual organizada por la Confederación Hidrográfica del Guadiana para explicar la nueva planificación, cuyo texto está abierto a alegaciones hasta el próximo 22 de diciembre.

“Este es el último ciclo de planificación que nos permite la Directiva Marco del Agua para alcanzar el buen estado del río”, advertía el presidente de la Confederación Hidrográfica, Samuel Moraleda.

“Es inaplazable”, decía, y es también un aviso a navegantes ante las previsibles desavenencias y dudas en torno a la planificación de los usos del agua de la cuenca del Guadiana. De hecho, este martes se ponían de manifiesto durante la jornada.

Aunque la planificación que ahora se prepara llegará hasta 2027, el texto ya incluye proyecciones hasta 2039. “El mayor desafío es el de la adaptación al cambio climático”, decía Samuel Moraleda y eso está condicionando las decisiones de hoy, pero también las del futuro próximo.

Y es que se espera una reducción de las precipitaciones del 13% y eso implica menos agua para regar si no hay para abastecimiento humano y para mantener los caudales ecológicos en la cuenca, tanto en superficie como bajo tierra.

“No queda margen para la demanda agraria de origen superficial”, decía el jefe de la Oficina de Planificación de la Confederación Hidrográfica, José Ángel Rodríguez, para advertir también que “no hay más agua para concesiones de riego” que las indicadas en el plan.

De hecho, decía, “el problema real es que no va a haber agua” y a eso se tienen que ir haciendo a la idea no solo en el Alto Guadiana sino en toda la cuenca del río.

Tampoco habrá opción a aumentar superficies de riego, aunque se modernicen las instalaciones, como venía ocurriendo ahora. “Queda claro que hay una reducción en las aportaciones y por tanto en el acceso a recursos”, decía José Ángel Rodríguez.

Y no solo eso. “Si hay ahorro de agua por modernización de regadíos debe ser para recuperar recursos de agua. No cabe seguir aumentando la superficie de regadíos y por tanto el consumo y la evaporación”.

En su opinión, “el límite del desarrollo es la sostenibilidad y si no, no es desarrollo”, insistía Rodríguez. “Tendremos que adaptarnos a la reducción que impone la propia Naturaleza y lidiar con lo que tenemos”, zanjaba.

Durante la jornada se cerraban también posibilidades a la construcción de nuevos embalses en la cuenca. “Los embalses en estos momentos requieren una justificación tremendamente exigente” y eso pasa por cumplir con las directivas europeas de Agua y de Hábitats

¿Qué aspectos busca mejorar la nueva planificación para la cuenca?

Este tercer ciclo de planificación entronca con el Pacto Verde Europeo, la nueva política económica de la Unión Europea “con la que se alinea el Plan Hidrológico de la Demarcación del Guadiana”, ha dicho el presidente del Organismo de cuenca.

No solo se dispondrá de fondos estatales, sino también de las inversiones europeas extraordinarias para paliar los efectos de la pandemia, dentro del llamado Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

“Estamos en un proceso que puede ser revolucionario y además tenemos la oportunidad de disponer de fondos europeos extraordinarios”, aseguraba el jefe de la Oficina de Planificación, José Ángel Rodríguez.

La Confederación Hidrográfica del Guadiana recuerda que la Unión Europea mantiene cinco procedimientos abiertos por no frenar la contaminación puntual y difusa. De ahí la necesidad, explicaban, de invertir en saneamiento y depuración o de propiciar la restauración hidromorfológica en la cuenca. Más del 30% de las masas de agua superficiales “tienen alteraciones físicas importantes” y por eso habrá 190 millones de euros para mejorar este aspecto.

Otro de los condicionantes actuales de la cuenca es el de las especies invasoras, como la almeja asiática y además el plan contempla también la definición de 47 masas estratégicas con caudales ecológicos que se aplicarán también a los principales embalses ( a 37 en concreto).

Para la confección del nuevo Plan Hidrológico “apenas se han recibido datos de las autoridades ambientales sobre el estado de especies y de hábitats en la cuenca del Guadiana”

 

Además, se han realizado estudios relacionados con el impacto del cambio climático que han dado lugar a los mapas de riesgo con horizontes 2040, 2070 y el año 2100.

En este punto, el director de la Oficina de Planificación criticaba que “apenas se han recibido datos de las autoridades ambientales sobre el estado de especies y de hábitats”.

La “degradación de Las Tablas de Daimiel por la sobreexplotación”

El plan buscará soluciones a los problemas más significativos de la cuenca del Guadiana. Entre ellos se encuentra “la recuperación de espacios emblemáticos” como el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel “que ha alcanzado una importante degradación por la sobreexplotación de las aguas subterráneas. Hay que buscar el equilibrio en el Alto Guadiana”, decía Samuel Moraleda. “Debemos mejorar la situación de las aguas subterráneas. Sólo el 31% están en buen estado”.

“Mas de la mitad de masas de agua superficial tienen presión por vertidos industriales” añadía Rodríguez, quien apuntaba en cuanto a las aguas subterráneas que el problema está en “las extracciones y la contaminación por nutrientes”.

Las Tablas de Daimiel y su entorno será una ‘zona de especial protección’ y eso significa que no se permitirá aumentar las extracciones y será zona prioritaria de adquisición de derechos de uso de aguas subterráneas.

¿A quiénes se comprarán los derechos del agua y a qué precio en el Alto Guadiana? La cuestión no ha sido del todo aclarada. El presidente de la CHG ha explicado que se está preparando el pliego de condiciones y que todavía no hay precio fijado pero que “se hará sobre volumen en metros cúbicos” y en ningún caso se superará la superficie inscrita por cada propietario.

Según Samuel Moraleda, será en 2022 cuando se presente la primera oferta de adquisición de derechos sobre el agua cuyo objetivo será la recuperación ambiental de la cuenca del río y en particular en el Alto Guadiana. Se pagará con los fondos europeos de recuperación que, en este capítulo, cuentan con una provisión de 63 millones de euros.

Habrá además otras modificaciones en el inventario general de zonas protegidas. Por ejemplo, se reduce el número de zonas para captaciones de aguas superficiales que pasan de 112 a 70.

Otras medidas

El nuevo Plan Hidrológico cuenta con 358 medidas y buena parte de ellas se dedican a saneamiento y depuración. “Es un programa muy realista para lograr el buen estado de la cuenca del Guadiana y atender la demanda manteniendo un desarrollo sostenible”, asegura José Ángel Rodríguez, jefe de la Oficina de Planificación de la Confederación Hidrográfica del Guadiana. El presupuesto asciende a 1.405 millones de euros, de los que un 65% los asumirá el Estado.

El Alto Guadiana (con Las Tablas de Daimiel, las Lagunas de Ruidera y toda la Mancha Húmeda como referentes) es una de las cuestiones más relevantes de este plan. Se considera “imprescindible” la recuperación de sus acuíferos y se incide en el control directo (caudalímetros) o indirecto (teledetección) del estado de las masas de agua, con un presupuesto de 100 millones de euros.

El 31,6% de las masas de agua superficiales presentan alteraciones. Por eso habrá seis medidas para paliarlo y una dotación de 190 millones de euros. Además, se contemplan otros 37 millones para renaturalizar los ríos o paliar la contaminación difusa y disminuir así la presencia de especies exóticas invasoras.

Se contemplan de hecho 15 medidas contra la contaminación difusa (145 millones de euros en la cuenca) y 221 medidas contra la contaminación puntual (420 millones).

La ‘Tubería Manchega’

El papel que vaya a jugar la llamada Tubería Manchega, es decir el trasvase Tajo-Guadiana, no será relevante hasta después de 2027, de acuerdo a la asignación de recursos que contempla el plan.

“La actualización de asignaciones en el Alto Guadiana, dentro del ciclo vigente, para Daimiel, Herencia y la Mancha Occidental 1, en general esperaban completarse con las conexiones de la tubería manchega”, decía Rodríguez.

El retraso en la ejecución de obras por parte de los ayuntamientos provocará una reducción en las dotaciones de agua para regadío si esta se necesita para abastecimiento humano, explicaba.

A eso se suman, decía, las “modestísimas” asignaciones de 0,5 hm3 para usos ganaderos e industriales solicitados por la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. “Eso hace que la disponibilidad para riego se ha reducido también por este motivo”.

Así, a partir de 2027 se contemplan las conexiones con el trasvase Tajo-Segura a través del ramal noroccidental, a los núcleos aledaños, al Campo de Calatrava y a la Mancomunidad de Servicios Gasset

Más recursos humanos para atender el “colapso administrativo”

Una de las preocupaciones que se han expresado desde la comunidad de regantes de la Masa Occidental 2 ha sido el “colapso administrativo” o un reparto que no se considera equitativo en toda la cuenca del río.

“Se trabaja en un plan de recursos humanos para atender estas necesidades y para todas las cuencas hidrográficas”, aclaraba Samuel Moraleda.

Por otro lado, “las concesiones no son equitativas, no lo han sido históricamente porque en unos sitios hay más agua que en otros”, decía Rodríguez, para matizar que, en realidad, “lo que no es equitativo son los recursos, no las dotaciones de agua. Las cantidades aprovechables son cada vez menores. Creo que eso debe quedar claro hoy”, insistía.

Por su parte, Moraleda zanjaba: “No habrá recursos externos para el Alto Guadiana y la reducción de presión sobre las masas de agua se conseguirá ajustando concesiones, con la compra de derechos y a través de los recursos del acueducto Tajo-Segura para mejorar la calidad del agua”.

Plan Hidrológico del Guadiana

Malestar en Rus-Valdelobos por la divisoria de masas de agua con la demarcación del Júcar

La Comisión Europea cree que hay una “excesiva longitud de las masas de agua españolas y en concreto en el Guadiana”, un impedimento a la hora de evaluar su estado. Por eso en el nuevo Plan Hidrológico de la cuenca del Guadiana aparecen un 19% más de masas de agua, de las que 376 son superficiales. Así lo explicaba el jefe de la Oficina de Planificación de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, José Ángel Rodríguez, durante la presentación del plan en una jornada telemática.

Además, se trabaja también en la caracterización de aquellos acuíferos compartidos entre cuencas. Es el caso de las aguas subterráneas de la masa Rus-Valdelobos (Cuenca) en la parte oriental que limitan con aguas que gestiona la Confederación Hidrográfica del Júcar. O aquellas en las que ‘interaccionan’ las aguas de las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir en el Campo de Montiel, entre Ciudad Real y Albacete.

“No se han culminado los trabajos y por eso no se han podido recoger todavía en el Plan Hidrológico”, decía el jefe de la Oficina de Planificación de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, José Ángel Rodríguez.

Esta situación está provocando suspicacias entre las comunidades de regantes. En particular, en torno a la Masa de Agua Rus-Valdelobos y la divisoria hidrogeológica entre el Júcar y el Guadiana.

La Comunidad de Regantes de la Masa Rus-Valdelobos dice “echar en falta que los mapas no estén geo-referenciados para conocer cómo es la formación de los acuíferos y su tamaño” y además acusa de “falta de transparencia” al Organismo de cuenca sobre estas cuestiones.

Es algo que niega la Confederación Hidrográfica del Guadiana. José Ángel Rodríguez recuerda que los estudios en torno a esta cuestión han sido realizados por el IGME en virtud de convenios suscritos con el Ministerio para la Transición Ecológica y la propia Confederación Hidrográfica. “No hay opacidad. Realizamos los pasos que hay que realizar para tener las cosas claras sobre la divisoria”.

Sin embargo, los usuarios de Rus-Valdelobos no se muestran conformes con la propia definición de la masa de agua, algo que data del año 2005. En opinión de este colectivo, la nueva planificación “lejos de cerrar interrogantes” sobre los recursos hídricos “crea cada vez más incertidumbres”.

En este aspecto discrepa el director de la Oficina de Planificación. “Sorprende lo que dice. Se creó la masa para ver la interrelación de las cuencas. La Masa Rus-Valdelobos recibe agua de la Sierra de Altomira, del Campo de Montiel y cede agua a la Mancha Occidental 2 y además tiene una salida natural hacia el Júcar en la Mancha Oriental. Esa es la realidad. Es increíble que se diga que no lo reconocemos la relación. Somos los primeros interesados porque aclara nuestros criterios de gestión”.