El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha resaltado la “tremenda carga simbólica” que tiene el Estatuto de las Mujeres Rurales cuyo proyecto de ley se ha aprobado esta semana en el Consejo de Gobierno, para dar visibilidad a las mujeres en el medio rural y acabar con la doble discriminación que viven actualmente.
García-Page, que ha clausurado la 'Jornada sobre el Estatuto de la Mujer Rural' organizado por Fademur y UPA, en Pedro Muñoz (Ciudad Real), ha señalado que no se puede permitir que “haya todavía responsables políticos que exhiban el machismo de una manera tan evidente”, sobre todo en el mundo rural. Durante su intervención, ha destacado la importancia de la incorporación de la mujer al mercado laboral para el avance “extraordinario” que ha vivido el país en los últimos cuarenta años y ha tenido palabras de reconocimiento para la labor que realizan Fademur y otras asociaciones de mujeres en la región, a favor de la igualdad entre hombres y mujeres.
La paridad debe ir más allá de cuestiones política
Por su parte, el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, ha destacado que la paridad, también en el medio rural, “debe ir más allá de cuestiones políticas” porque es una “cuestión de justicia” con la mitad de la sociedad, las mujeres, que representan el 50 por ciento y por ello, en el proyecto de Estatuto de las Mujeres Rurales, impulsado por el Gobierno regional con la sociedad, se incluye la obligatoriedad por parte de las asociaciones y empresas que exista paridad “de verdad” en los órganos de decisiones para poder acceder a las ayudas públicas.
Martínez Arroyo ha incidido, que dentro de este proyecto de Estatuto, junto con la obligación de la paridad en los órganos de dirección de todas las organizaciones agrarias, cooperativas, organizaciones empresariales o sindicales que accedan a las ayudas públicas, que deberán garantizar que al menos el 40 por ciento de sus órganos de dirección sean mujeres, se destaca la importancia de la titularidad compartida, que en estos años se le ha dado un gran impulso a esta figura, que se ha conseguido “multiplicar por cinco”.
También ha resaltado la importancia del acceso de las mujeres jóvenes que quieran formar parte de la agricultura o ganadería, con convocatorias en las que se han priorizado sus proyectos, por el hecho de ser mujer, con 10 puntos de los 20 necesarios para acceder a las ayudas, lo que ha permitido que 1 de cada 3 proyectos de los 2.500 nuevos jóvenes incorporados, sea de una mujer y gracias a lo que “ni una sola mujer se ha quedado fuera”, aportando “color” frente a otras épocas “en blanco y negro”.
Martínez Arroyo ha destacado que el Estatuto de las Mujeres Rurales busca dar visibilidad a las mujeres en el medio rural y “acabar con la doble discriminación que viven en la actualidad, frente a aquellas que habitan en las ciudades”.
En él se recogen también que aquellas empresas particulares y cooperativas que tengan en marcha un plan de igualdad, o en las que más del 50 por ciento de los miembros de los consejos de dirección o los consejos rectores sean mujeres, van a tener prioridad en las ayudas.
Además, se pretende priorizar por Ley a todas las mujeres que viven en el medio rural en todas las líneas de ayudas públicas que tengan que ver con la agricultura, la ganadería, la industria agroalimentaria o el desarrollo rural y cubrir el déficit que la sociedad tiene con ellas, ya que por vivir en los pueblos se ven más afectadas por el acceso al mercado laboral o la falta de infraestructuras.