La Encuesta de Condiciones de Vida correspondiente a Castilla-La Mancha del año 2017 muestra signos de mejora de la situación de los castellano-manchegos. La región ha bajado en posición respecto al año anterior, cuando se encontraba entre las tres con mayor población en riesgo de pobreza, pero se mantiene entre las cinco primeras. La tasa ha bajado del 31,7% a 28,1%, bajando a los niveles que se registraron en 2016, cuando era de 28,5%. Este indicador se refiere a cuántas personas tienen bajos ingresos en relación al conjunto de la población.
La tasa AROPE, , según la estrategia Europa 2020, ha bajado también hsta llegar al 33,9% desde el 37,9% que se alcanzó durante el 2016. Un descenso similar se ha registrado entre la población considerada con carencia material severa, que ahora es del 4,4%, tres puntos menos que en 2016. En cuanto a las personas que viven en hogares con baja intensidad de trabajo, se registran seis puntos menos en 2017, llegando al 12,8%.
La población tiene una carencia material severa cuando se cumplen cuatro factores de una lista de nueve entre las que se encuentra que no se puede permitir una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días, o si no puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada. Entre ellos también se encuentran los retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda habitual, o tener un teléfono o televisor.
El porcentaje de personas que declaran tener “mucha dificultad” para llegar a fin de mes también ha bajado, y en casi siete puntos hasta situarse en el 9,4% de la población castellano-manchega, mientras que quienes llegan “con dificultad” ha subido hasta acercarse al 20%. En cuanto a los hogares, la situación es muy similar, ya que el 9,9% declara tener “mucha dificultad” y 20,5% “dificultad” para poder llegar a fin de mes.
En cuanto a los datos a nivel nacional, el porcentaje de la población que se encuentra por debajo del umbral de riesgo de pobreza se situó en el 21,6% en 2017, su nivel más bajo desde 2013. En 2017, el umbral de riesgo de pobreza para los hogares de una persona, calculado con los ingresos de 2016, se situó en 8.522 euros, un 3,8% más que el estimado para el año anterior. En hogares formados por dos adultos y dos menores de 14 años, el umbral fue de 17.896 euros.