El Observatorio Regional de la Convivencia aprueba el nuevo Protocolo contra el acoso escolar

El Observatorio de la Convivencia ha dado el visto bueno en su última reunión al nuevo Protocolo de actuación ante situaciones de acoso escolar, un documento que será dado a conocer a la Mesa Sectorial de Educación antes de su aprobación definitiva y que adapta, a la realidad actual de las aulas, el texto aprobado en 2006, con el que el Gobierno de Castilla-La Mancha fue pionero en este tema.

El Pleno del Observatorio ha celebrado esta semana una reunión, que contó con la asistencia del consejero de Educación, Cultura y Deportes, Ángel Felpeto, y donde se repasó el nuevo Protocolo, antes de la conformidad definitiva de este órgano, que ya lo había analizado y completado en su comisión permanente.

El nuevo Protocolo, que la Consejería de Educación, Cultura y Deportes espera publicar definitivamente y remitir a los centros a finales de enero, una vez superados los últimos trámites, se adapta a las nuevas formas de acoso surgidas en estos últimos años, especialmente en lo referido al que se produce a través de las redes sociales, como el ciberbullying.

Asimismo, entre las novedades que introduce están la incorporación en las normas de convivencia de los centros, de organización y funcionamiento nuevos procedimientos para una detección temprana de las situaciones de acoso, al tiempo que reduce los plazos, fijando un máximo de un mes para resolver el proceso.

Por otra parte, el nuevo Protocolo incluye medidas que deben adoptar todos los implicados en el proceso, no sólo la víctima y el acosador, también los observadores, las familias y los profesionales; y contempla claramente la coordinación con otras instituciones en caso de que en el procedimiento de una situación de acoso se considere necesario derivarlo a otros expertos.

El objetivo del Protocolo es que el profesorado y los centros educativos tengan orientaciones claras sobre los pasos a dar, comenzando por la labor preventiva. En documento se especificarán los procedimientos necesarios para identificar los casos de maltrato, para adoptar medidas inmediatas, para intervenir de manera coordinada, tanto dentro del centro como, en su caso, con apoyos y agentes externos y, por último, para registrar y notificar las actuaciones emprendidas.