Los pacientes con asma presentan una baja frecuencia de infección por SARS-CoV-2, aunque es superior a la de la población general. Así se desprende del estudio ‘El impacto de COVID-19 en pacientes con asma’, liderado por los profesores de la Universidad de Alcalá José Luis Izquierdo y Carlos Almonacid, neumólogos de los hospitales de Guadalajara y Ramón y Cajal, respectivamente, y que acaba de ser publicado en la revista ‘European respiratory journal’.
Desde la irrupción del SARS-CoV-2, la asociación entre la gravedad de la COVID-19 y el hecho padecer ciertas afecciones crónicas siempre ha estado presente. Sin embargo, a diferencia de la gripe y otros virus, la carga de morbilidad del SARS-CoV-2 en pacientes con asma –es decir, el índice de personas enfermas- ha sido menos evidente, según la investigación en la que, además, han participado profesionales del Hospital Universitario de Guadalajara, el Hospital de La Princesa (Madrid) y el Centro de investigación en red de enfermedades respiratorias (CIBERES) del Instituto de Salud Carlos III (Madrid).
Pacientes asmáticos y con COVID: 55 años, mujeres, fumadoras y con otras patologías
Para desarrollar este estudio, los investigadores han analizado los datos clínicos de pacientes con asma desde el 1 de enero al 10 de mayo de 2020. De los 71.182 pacientes diagnosticados, 1.006 (1,41%) sufrió de COVID-19 en dicho período.
En comparación con las personas asmáticas sin COVID-19, los pacientes que presentaron ambas afecciones tenían una edad significativamente mayor (55 contra 42 años), eran predominantemente mujeres (66% frente 59%), fumaban con más frecuencia y tenían mayor prevalencia de otras enfermedades, como la hipertensión, dislipidemias, diabetes y obesidad. También se observó una mayor prevalencia de estas comorbilidades en aquellos pacientes con COVID-19 que requirieron ingreso hospitalario.
Además, la frecuencia de infección por SARS-CoV-2 ha sido baja en pacientes con asma, aunque mayor que en la población general, y el mayor riesgo de hospitalización por COVID-19 en estos pacientes se asocia, en gran medida con la edad, y con la presencia de esas otras enfermedades asociadas.
En cuanto a la posible influencia de los tratamientos utilizados habitualmente por las personas asmáticas, el uso de corticoesteroides inhalados era menor entre los pacientes que requirieron hospitalización debido a COVID-19 que entre los no hospitalizados (48,3% frente a 61,5%).
Por su parte, los pacientes que estaban tratando su asma con fármacos biológicos tenían formas más graves de la enfermedad, pero los ingresos hospitalarios y la mortalidad relacionados con COVID-19 en estos casos fueron sorprendentemente bajos. Esto implicaría que ambos tratamientos para el asma podrían tener asociado “un efecto protector” contra la infección grave por COVID-19.
Big data e inteligencia artificial: nuevos aliados para la investigación médica
Este estudio ha sido posible gracias al acceso a los datos clínicos de más de 2 millones de pacientes de la región de Castilla La-Mancha, registrados en todos los servicios disponibles: centros hospitalarios, ambulatorios, urgencias y la Atención Primaria. Según ha explicado José Luis Izquierdo a elDiarioclm.es, se trata de pacientes, empadronados o no, que en algún momento fueron atendidos en el Servicio de Salud de la región, SESCAM.
En concreto, se basa en una muestra de 2.034.921 pacientes atendidos por cualquier causa desde el 1 de enero de 2019. De esta población de la muestra, 71.192 pacientes (3,5%) han sido tratados de asma en este periodo y de ellos, 1.006 tuvieron COVID-19. “Puede haber algún asmático más, pero se puso el punto de corte del 1 de enero de 2019 para capturar solo a aquellos pacientes con asma activa y eliminar aquellos que podían tener un diagnóstico antiguo sin repercusión clínica actual”. Hay que recordar que en 2019 no se diagnosticaba el SARS-CoV-2.
La información sobre pacientes de los centros hospitalarios, ambulatorios, urgencias y la Atención Primaria se obtuvo con técnicas de procesamiento de lenguaje natural (natural language processing - NLP) e inteligencia artificial, utilizando SAVANA Manager®, un potente motor multilingüe para el análisis de información clínica.
Este software puede interpretar cualquier contenido incluido en historias clínicas electrónicas, independientemente del sistema en el que opere, y los transforma en variables accesibles, permitiendo así la reutilización de la información capturada en grandes volúmenes de documentación –lo que se conoce como big data clínico-.
Hoy, gracias a las nuevas técnicas, como la inteligencia artificial o el aprendizaje profundo (deep learning), es posible analizar, procesar y generar información de gran valor para la prevención, el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de muchas enfermedades.
Estas herramientas, dicen los investigadores, están demostrando ser “tremendamente útiles” en situaciones especiales como la que estamos viviendo con COVID-19 y “pone de manifiesto la importancia de contar con las tecnologías necesarias para favorecer la transformación digital en el campo de la salud, con el fin de conseguir una medicina más sostenible, eficiente y personalizada y garantizando siempre la protección de los datos de los pacientes”.
El asma, uno de los trastornos crónicos más frecuentes
El asma sigue siendo un gran desafío mundial para la salud pública. Afecta, aproximadamente, a 272 millones de personas de todas las edades (el 4,5% de los adultos de 18 a 50 años) y es uno de los trastornos crónicos más frecuentes en todo el mundo.
En Europa, el asma ocupa el puesto 14 en términos de duración y discapacidad asociada, lo que conlleva un coste estimado de 25.000 millones de euros al año. En España, aunque el 5% de los adultos y el 10% de los niños padecen asma, se estima que hasta el 50% de los pacientes permanecen sin diagnosticar. De hecho, el 8,6% de los adultos (de 18 a 70 años) y el 14% de los niños presentan síntomas relacionados con el asma, siendo la disnea y la tos los más frecuentes.
Aquí puede consultarse el documento científico: The Impact of COVID-19 on Patients with Asthma. Eur Respir J 2020