El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha afirmado que hablar bien de la Universidad regional es una “obligación” y que serán los auditores y también “eventualmente” el Tribunal de Cuentas quienes deberán evaluar la gestión financiera de la institución. Sin embargo, ha querido destacar que el presupuesto destinado a la UCLM ha incrementado un dieciséis por ciento el presupuesto de la Universidad, algo “por encima incluso de lo que crece el presupuesto educativo”.
Sin embargo, ha señalado que las universidades “viven de su prestigio” y por ello “la primera obligación” con la Universidad regional es “hablar bien de ella, sobre todo los que viven de y en la Universidad”, pues corremos el riesgo de sufrir un éxodo de alumnos “si los padres que están pensando dónde llevar a sus hijos, tienen miedo de hacerlo en la Universidad de Castilla-La Mancha”. Page, además, ha asegurado que la UCLM saldrá del “bache” que “algunos están poniendo de manifiesto y tendrá un esperanzador futuro”, con la ayuda de los contribuyentes y si es “necesario” con un “ejercicio extraordinario de rescate”.
Financiación autonómica
Por otra parte, el presidente regional ha advertido hoy que “mal camino se lleva” cuando se quiere hablar de cuestiones institucionales como la financiación autonómica “en clave de partido”, y no en el foro que corresponde para tratar acuerdos institucionales autonómicos como es el Consejo Territorial de Hacienda y la Conferencia de Presidentes. Así se ha referido a la polémica surgida por las declaraciones del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, al respecto de la quita de deuda autonómica en el nuevo sistema de financiación a lo largo de un almuerzo con ‘barones’ del Partido Popular.
El dirigente ha achacado estas declaraciones a un “ataque de nervios que algunos partidos pueden tener por las encuestas” o a la “intención de enredar” para que “no se hable de otros asuntos ”como las últimas declaraciones del ex secretario general del PP en Madrid, Francisco Granados“.
En este sentido, García-Page ha señalado asimismo que hay “deudas y deudas” y ha recordado que Castilla-La Mancha tenía un nivel de deuda “por debajo de la media” cuando llegó la crisis en 2007, pero se convirtió en la región de Europa que “más incrementó su deuda en solo cuatro años”, llegando incluso a duplicarla. Así, se pasó de 7.300 millones de deuda adquirida por construir colegios, universidad y hospitales, a casi 14.000 millones “y solo para destruir”. Además, ha criticado que el retraso del Gobierno de España en financiación autonómica tiene un coste en torno a 8.000 millones de euros para esta región.