Palabras Clave es el espacio de opinión, análisis y reflexión de eldiario.es Castilla-La Mancha, un punto de encuentro y participación colectiva.
Las opiniones vertidas en este espacio son responsabilidad de sus autores.
El agua es fuente de vida, riqueza, desarrollo, mejora de la economía y, desde el pasado mes de diciembre, es un elemento de consenso, acuerdo y de remar todos a una. Por tanto, hoy, 22 de marzo, Día Mundial del Agua, es una fecha de celebración.
De todos es sabido que el pasado 10 de diciembre se llegó a un acuerdo histórico en la región: la firma del Pacto por el Agua con la que se conseguía que todos aquellos que tienen algo que decir en la política hídrica de la región, incluidos los partidos políticos, estampásemos nuestra firma en pos de una postura común de nuestra comunidad autónoma.
Me gustaría traer a la memoria de quienes leen, el relato de cómo llegamos hasta la firma de ese Pacto Regional por el Agua. El 22 de noviembre de 2018, durante un encuentro con el presidente Page, yo mismo le propuse la creación de una Mesa Regional del Agua en la que estuvieran representados todos los agentes sociales que pudieran opinar en la política hídrica castellano-manchega. Un espacio de debate del que surgiese una postura común de la región con la que dirigirnos al resto de comunidades autónomas ante una negociación en pos de la firma de un gran pacto nacional por el agua.
Costó mucho, muchísimo que el PSOE abandonase esa postura frentista de utilizar el agua como un elemento arrojadizo con el que crear discordia, con el que hacer política sucia y con el que hacer oposición a la oposición. Pero logramos alcanzar un acuerdo, histórico lo han llamado, pero un acuerdo al fin y al cabo muy importante que rubricaba valores irrenunciables para los castellanomanchegos.
Valores tan importantes como que se respete la prioridad de la cuenca cedente en el caso de los trasvases, que se garanticen las necesidades presentes y futuras de nuestra tierra y, sobre todo, que se despolitice el agua, alejándola del foco político para que no sea un motivo de disputa y sí un elemento generador de oportunidades.
Ahora volveremos a oír a quienes no querían la Mesa del Agua, el Gobierno de Page, abogar por una ley regional. Pero ya estamos viendo que es una ley que lo único que pretende es sacar más dinero a los agricultores. Exprimirles con nuevos impuestos. Y por ahí nosotros no vamos a pasar. Volveremos a reclamar que nos reunamos todos en torno a la Mesa del Agua y decidamos cómo y para qué queremos una nueva Ley.
Porque yo creo firmemente en el desarrollo de nuestros pueblos y ciudades en torno al agua; creo en su importancia vital para el turismo, la agricultura, la industria o el mundo rural; creo en el consenso como modelo de acción política, un acuerdo al que llegamos partidos políticos, agricultores, regantes, sindicatos, y otros tantos que influyen en la política del agua; creo en Castilla-La Mancha, en su Tajo, su Júcar, su Segura, y en todos sus ríos; creo en las Lagunas de Ruidera, las Tablas de Daimiel, los embalses de Entrepeñas y Buendía o el de la Fuensanta y en todas las demás reservas hídricas..
Creo en Castilla-La Mancha, y en una política del agua mucho más ambiciosa y sensata.
Creo que, entre todos, podemos hacerlo realidad, alejándola del foco político y evitando la confrontación.
El agua es fuente de vida, riqueza, desarrollo, mejora de la economía y, desde el pasado mes de diciembre, es un elemento de consenso, acuerdo y de remar todos a una. Por tanto, hoy, 22 de marzo, Día Mundial del Agua, es una fecha de celebración.
De todos es sabido que el pasado 10 de diciembre se llegó a un acuerdo histórico en la región: la firma del Pacto por el Agua con la que se conseguía que todos aquellos que tienen algo que decir en la política hídrica de la región, incluidos los partidos políticos, estampásemos nuestra firma en pos de una postura común de nuestra comunidad autónoma.