Castilla-La Mancha Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Aldama zarandea al PSOE a las puertas de su congreso más descafeinado
Corazonadas en la consulta: “Ves entrar a un paciente y sabes si está bien o mal”
OPINIÓN | Días de ruido y furia, por Enric González

El alma de las casas

0

Resulta curioso que, en nuestra Comunidad, no se haya abordado hasta el momento un catálogo sistemático de tipología de inmuebles populares, salvo los realizados genéricamente para todo el territorio español. En su día hemos abordado la elaboración de catálogos sobre viviendas subterráneas, sobre bodegas y alcoholeras, fábricas de harinas o almazaras, o sobre estaciones de ferrocarril. Pero no eran estudios sistemáticos, sino de aproximación a cada uno de los temas tratados, que no tenían el respaldo ni los recursos que una iniciativa institucional puede obtener en alcance y calidad técnica.

Los cambios tecnológicos hacen que estén desapareciendo aquellas arquitecturas relacionadas con procesos productivos y que, en algún caso, caracterizan a comarcas de nuestra Comunidad. Salvo los bombos, molinos y silos, hay inmuebles como posadas y ventas e inmuebles citados que están abocados a su desaparición, si no completa, generalizada. En muchas otras comunidades autónomas este tipo de inmuebles –fábricas de harinas, almazaras, alcoholeras y bodegas-, han sido protegidas por alguna declaración o se ha incentivado su rehabilitación para otros usos.

Otro tanto pasa con las viviendas. La incorporación de nuevos materiales y técnicas constructivas, el cambio de hábitos de vida o el implacable dictado de los mercados y la especulación modifican o destruyen los hábitats tradicionales. Los grandes portalones manchegos, humildes inmuebles de adobe o singulares edificaciones que se adaptaban a los entornos naturales y humanos desaparecen irremediablemente.

Pero, igual pasa con aquellos inmuebles declarados BIC, BIP o que tienen un valor patrimonial indudable, en cascos históricos y ciudades patrimonio de la humanidad, la subdivisión de los inmuebles para alojar a cuantos más apartamentos turísticos hace que se rompan las estructuras originales. El patio toledano, declarado “patrimonio cultural” en su calidad de bien intangible, sigue consolidando espacios que en otro momento la subdivisión horizontal, la penuria o la necesidad, se ganaron a los corredores, sin que la administración competente (Comisión de Patrimonio o Ayuntamiento) haga nada y, únicamente la subvención del consorcio invite a la propiedad a aligerar los volúmenes que hubieran distorsionado la imagen o superficie original.

Es más, el proceso de gentrificación de los cascos históricos de los pueblos y ciudades declarados conjuntos histórico-artísticos se acentúa por el encarecimiento de los inmuebles debido a la explotación turística. Lamentaremos en un futuro las políticas de acción (recalificación de uso residencial a hostelero) o de inacción (retrasando la aprobación de ordenanzas que limiten la proliferación de apartamentos turísticos), recordándolas como un momento crítico en la pérdida de valor patrimonial en nuestra región.

El patrimonio no sólo se protege manteniendo las estructuras de los inmuebles tal y como nos lo ha legado el pasado, sino, también, los usos residenciales para los que fueron creados

Porque el patrimonio no sólo se protege manteniendo las estructuras de los inmuebles tal y como, en algunos casos de forma milagrosa, nos lo ha legado el pasado, sino, también, los usos residenciales para los que fueron creados. Más familias en los cascos históricos significa más servicios públicos, utilización de iglesias, mantenimiento de los comercios etc.

La labor arqueológica no sólo se debería ceñir a las calicatas en paredes, suelos y techumbres, o a la realización de catas o excavación en subsuelo, sino que tenía que abordar la necesidad de la restitución de los volúmenes, vanos y espacios originales del inmueble. Mientras que las políticas municipales deberían ir dirigidas a mantener o incrementar el número de habitantes en los cascos urbanos que los acoge.

Recuerdo que el inmueble que habita mi familia y que rehabilitamos fue el expediente nº 1 del Consorcio de Toledo. Nos invitaron a realizar división horizontal del inmueble para así obtener subvención de “zonas comunes”, cuando queríamos devolver al inmueble el uso unifamiliar que tuvo en su construcción. Tampoco entraba en la línea subvencionable la eliminación de volúmenes que se habían añadido desvirtuando la caja de patio original, la reutilización de suelos hidráulicos, estructuras de madera u otros elementos que, posteriormente, y tras nuestra protesta, pasaron a contemplarse de interés patrimonial.

Nos tememos que el ritmo depredador que el interés inversor está mostrando por los inmuebles de las ciudades con valor patrimonial -especialmente de Cuenca, Sigüenza o Toledo-, con la aquiescencia de los ayuntamientos, que están retrasando la aprobación de las ordenanzas reguladoras del uso turístico u hostelero de los inmuebles [regulado por otra parte por el Decreto 36/2018, de 29 de mayo], está acelerando esta destrucción de nuestro patrimonio más sensible, ya que a la vez que promueve la modificación de las estructuras de los inmuebles, provoca un vaciamiento del vecindario de dichas áreas, produciendo un empobrecimiento y desnaturalización de los conjuntos monumentales. Después vendrán los lamentos, cuando la situación sea irreversible y el daño sobre estos inmuebles de valor patrimonial esté hecho.

Resulta curioso que, en nuestra Comunidad, no se haya abordado hasta el momento un catálogo sistemático de tipología de inmuebles populares, salvo los realizados genéricamente para todo el territorio español. En su día hemos abordado la elaboración de catálogos sobre viviendas subterráneas, sobre bodegas y alcoholeras, fábricas de harinas o almazaras, o sobre estaciones de ferrocarril. Pero no eran estudios sistemáticos, sino de aproximación a cada uno de los temas tratados, que no tenían el respaldo ni los recursos que una iniciativa institucional puede obtener en alcance y calidad técnica.

Los cambios tecnológicos hacen que estén desapareciendo aquellas arquitecturas relacionadas con procesos productivos y que, en algún caso, caracterizan a comarcas de nuestra Comunidad. Salvo los bombos, molinos y silos, hay inmuebles como posadas y ventas e inmuebles citados que están abocados a su desaparición, si no completa, generalizada. En muchas otras comunidades autónomas este tipo de inmuebles –fábricas de harinas, almazaras, alcoholeras y bodegas-, han sido protegidas por alguna declaración o se ha incentivado su rehabilitación para otros usos.