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Sin duda, una cuestión recurrente en el sector agrario es el relevo generacional. Hoy, quiero dedicar la entrada del blog a este tema, que tanto preocupa a los agricultores, a las organizaciones agrarias y a las Administraciones. Y lo hago, precisamente, porque en Castilla-La Mancha acabamos de aprobar las bases de las ayudas a la creación de empresas agrarias por jóvenes agricultores y las destinadas a las inversiones en infraestructuras agrarias para este periodo de programación. Se trata de las líneas que se han conocido, y todavía se conocen, como de incorporación de jóvenes y de mejora de explotaciones.
Hablamos, desde la perspectiva de Castilla-La Mancha, de las dos líneas más importantes para apoyar al sector agrario. Y las hemos elaborado teniendo en cuenta, las tres prioridades que, en esta materia, hemos fijado desde la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural: los jóvenes, los agricultores profesionales, y las mujeres.
En cuanto a los jóvenes, nos hemos propuesto que todos aquellos que quieran dedicarse profesionalmente a la agricultura y la ganadería, lo puedan hacer a través de estas ayudas, en el marco del Programa de Desarrollo Rural (PDR) de Castilla-La Mancha. Hoy en día es muy difícil incorporarse a la agricultura por la gran inversión que hay que realizar y por la dificultad que supone comprar o arrendar la tierra necesaria. Por ello, esta decisión es tan importante.
El objetivo es conseguir más de 3.000 incorporaciones en este periodo y, para ello, en la modificación del PDR en la que estamos trabajando, incrementamos la dotación de esta línea, de 61 a 91 millones de euros. Solo en la convocatoria de este año, 2016, la cuantía disponible ascenderá a 22,8 millones de euros, muy por encima de la de 2014 -la última convocatoria que se hizo con el programa anterior, que contó con 10 millones de euros-.
Así, los jóvenes que quieran acceder a estas ayudas deberán presentar, con la colaboración de un tutor, un plan empresarial -lo que supone un cambio radical respecto al período anterior- y la ayuda básica será de 27.000 euros, pudiendo alcanzarse los 48.000 euros, si se genera empleo, se plantea un uso eficiente de los recursos naturales o se participa en programas de I+D+i. La ayuda se pagará en dos plazos, el 60% a la presentación del plan empresarial, y el 40% restante a la finalización de la puesta en marcha del plan, momento en el que la explotación se considerará prioritaria.
Además, para poder acceder a las ayudas habrá que alcanzar una puntuación de 20 puntos como mínimo, para lo que se ha priorizando la condición de mujer o los proyectos de titularidad compartida (ambos supuestos suponen 10 puntos), en línea con las prioridades que comenté al inicio, apostando por la presencia de mujeres en el sector agrario y por su visibilidad en el medio rural y en la agricultura desde una perspectiva económica. También se consideran a efectos de la puntuación los proyectos en zonas con limitaciones naturales y, aquellos que tengan como orientación productiva, la ganadería extensiva o el secano.
Finalmente, creo que debemos destacar que, por primera vez, desde que existe esta línea, se priorizarán los proyectos presentados por jóvenes con menos renta -4 puntos para los que tengan menos del 50% de la renta de referencia, frente a 2 puntos para aquellos que tengan más de 80% de la renta de referencia-, buscando hacer un uso eficiente y justo de los recursos públicos, apostando por aquellos que mas necesitan de la ayuda de la Administración.
Por otra parte, en lo que respecta a las ayudas para inversiones en infraestructuras agrarias -en las que se pueden incluir la modernización y, a diferencia del periodo anterior, también la transformación de regadíos-, la subvención podrá alcanzar el 40% de la inversión -pudiendo subir al 50% en sectores estratégicos -hemos considerado como tales la ganadería extensiva, el secano y el vacuno de leche, este último como consecuencia del compromiso adquirido con el sector, que atraviesa, como es conocido, por momentos de crisis-, y/o cuando las inversiones supongan ahorro de agua y/o energía. Para ello, se han destinado a la convocatoria de 2016, 15,1 millones de euros – en la convocatoria de 2014, la ultima realizada, la dotación fue de 14 millones de euros-.
En esta línea, también se prioriza a los jóvenes, que pueden incrementar el porcentaje de subvención hasta el 70% del valor de la inversión -y además, está ayuda se puede compatibilizar con la ayuda de incorporación que he explicado anteriormente- y, siguiendo la ultima de las prioridades mencionadas al comienzo de esta entrada, a los profesionales, a los que se les otorgan 8 (ATPs) o 6 puntos (agricultores profesionales) para alcanzar el mínimo de 20, establecido también en esta línea, para poder ser beneficiario de las ayudas. Como en la incorporación, también en este caso, se priorizan los proyectos presentados por agricultores con menor renta.
En resumen, ambas líneas tienen como objetivo el fortalecimiento del sector agrario en Castilla-La Mancha, por lo que representa como generador de empleo, de actividad económica y de riqueza en nuestro medio rural, orientando las políticas y, consecuentemente, los fondos públicos, a los profesionales, los jóvenes y las mujeres. Esta apuesta supone un cambio de orientación que me atrevería a calificar de revolucionario, para el que hemos contado con la colaboración de las organizaciones agrarias y de muchos técnicos y agricultores que nos han ayudado en su elaboración y que a mí, personalmente, me hace sentir profundamente orgulloso.
Deseo que sirva para que los jóvenes que quieran acceder a la agricultura, lo puedan hacer, que haya cada vez mas mujeres visibles en nuestro sector y que todos los profesionales puedan beneficiarse de las ayudas. Debemos lograrlo. Nos va mucho en ello.
Sin duda, una cuestión recurrente en el sector agrario es el relevo generacional. Hoy, quiero dedicar la entrada del blog a este tema, que tanto preocupa a los agricultores, a las organizaciones agrarias y a las Administraciones. Y lo hago, precisamente, porque en Castilla-La Mancha acabamos de aprobar las bases de las ayudas a la creación de empresas agrarias por jóvenes agricultores y las destinadas a las inversiones en infraestructuras agrarias para este periodo de programación. Se trata de las líneas que se han conocido, y todavía se conocen, como de incorporación de jóvenes y de mejora de explotaciones.
Hablamos, desde la perspectiva de Castilla-La Mancha, de las dos líneas más importantes para apoyar al sector agrario. Y las hemos elaborado teniendo en cuenta, las tres prioridades que, en esta materia, hemos fijado desde la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural: los jóvenes, los agricultores profesionales, y las mujeres.