Brecha digital: nueva barrera a la discapacidad

En los últimos años, hemos sido testigo de cómo las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) han ido adquiriendo un papel protagónico en nuestro día a día. Conscientes de que vivimos en la era de la inmediatez y la conexión, estos avances nos han proporcionado un mayor acceso a la información, reducción de costes en el sector laboral y una mayor conectividad a nivel digital entre las personas.  

La otra cara de la moneda es que la digitalización no se está dando por igual en todo el mundo ni en todos los sectores de población, generando un desequilibrio que ha recibido el nombre de brecha digital. Una discriminación tecnológica que impacta directamente en los sectores más vulnerables de la sociedad. Una nueva forma de pobreza y exclusión social que priva a una parte de la ciudadanía de recursos esenciales para desarrollarse personal y profesionalmente e integrarse de forma activa en la comunidad.  

¿Y cómo se ven afectadas las personas con discapacidad? Desde Castilla-La Mancha Inclusiva COCEMFE, Confederación Regional de Personas con Discapacidad Física y/u Orgánica, somos conscientes de las dificultades de accesibilidad, económicas y sociales en el uso de dispositivos tecnológicos de parte de nuestras personas usuarias. Obstáculos que se incrementan si hablamos de personas con discapacidad que habiten áreas geográficas remotas con dificultad de acceso a Internet, provocando su incomunicación y aislamiento. 

Desde la entidad, queremos manifestar la urgencia de poner sobre la mesa esta realidad, de la que tenemos conocimiento gracias al testimonio de nuestros propios usuarios. Teniendo en cuenta las necesidades de aprendizaje de estas personas, y con la vista puesta en este nuevo año, nuestra organización tomará la iniciativa de afrontar el reto de acercar las nuevas tecnologías a la mayor cantidad de personas con discapacidad que sea posible, a través de talleres o cursos.

 

 

En los últimos años, hemos sido testigo de cómo las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) han ido adquiriendo un papel protagónico en nuestro día a día. Conscientes de que vivimos en la era de la inmediatez y la conexión, estos avances nos han proporcionado un mayor acceso a la información, reducción de costes en el sector laboral y una mayor conectividad a nivel digital entre las personas.  

La otra cara de la moneda es que la digitalización no se está dando por igual en todo el mundo ni en todos los sectores de población, generando un desequilibrio que ha recibido el nombre de brecha digital. Una discriminación tecnológica que impacta directamente en los sectores más vulnerables de la sociedad. Una nueva forma de pobreza y exclusión social que priva a una parte de la ciudadanía de recursos esenciales para desarrollarse personal y profesionalmente e integrarse de forma activa en la comunidad.