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Durante unos días se ha producido una alarmante caída de los sistemas de aire acondicionado en muchos centros sanitarios del país, pero con especial incidencia en Madrid y Galicia, a resultas de lo que las temperaturas en los mismos superaban los 30 º y en más de un caso llegaron a los 39º.
Como es habitual la respuesta de las administraciones sanitarias ha estado entre la negación, derivar la responsabilidad a la climatología y señalar que se habían hecho todos los esfuerzos para evitar la situación.
Empecemos por lo mas llamativo, el descubrimiento de algunos responsables sanitarios de que en España hace calor, y en verano mucho calor. Este hecho que tanta sorpresa ha causado en las administraciones sanitarias de algunas CCAA resulta que esta documentado al menos en los últimos 2000 años y por no irnos tan lejos ya hubo una ola de calor similar en 2003 con efectos muy negativos sobre la salud, o sea que el calor durante el verano, como el frío en el invierno son variables metereologicas perfectamente esperables en nuestro país, para los que es necesario que se encuentren adaptados los centros sanitarios, y si no lo están se trata de una imprevisión de los responsables de los mismos.
Ya se sabe de la importancia de mantener una temperatura adecuada en los centros sanitarios que atienden a una población mayoritariamente mayor y en muchos casos con patologías que pueden presentar empeoramientos notables con las temperaturas extremas (enfermedades metabólicas, renales, cardiacas, respiratorias, postoperatorios, etc), además de los problemas que las altas temperaturas tienen para los instrumentos tecnológicos que se utilizan en los centros sanitarios (ordenadores, radiología, analizadores, etc) y que en algún caso han producido problemas (por ej la inutilización de vacunas por la perdida de la cadena del frío). Por eso el tema tiene tanta importancia, conviene recordar que en la ola de calor de 2003 produjo un aumento de la mortalidad que esta bien documentado (mas de 11.000 en Francia, 6.500 en España).
Pero las causas del problema están en otros sitios. Por un lado los recortes sanitarios, de más de 15.000 millones € desde 2009, han incidido gravemente en el problema porque el recorte alcanzo el 66,64% en inversiones lo que ha hecho que los medios técnicos envejezcan, y algunas inversiones realizadas se han hecho de manera ineficaz (la Consejería de Madrid asegura haber gastado 3 millones € recientemente en climatización, con los resultados que se conocen). Además de produjo una recorte en el mantenimiento (por ej la Comunidad de Madrid elimino 26 categorías profesionales de la Sanidad, entre ellas la que se encargaba del mantenimiento de los sistemas de climatización.
Paralelamente se llevaron a cabo las privatizaciones del mantenimiento, en algunos casos (en Madrid) en empresas como Cofelys señalada en la denominada “trama Punica” y luego con un cambio de empresa en abril de 2015, evidentemente sin capacidad suficiente para atender los problemas. La privatización del servicio no ha hecho sino empeorar el mismo e incrementar los costes.
Estamos ante una espiral de recortes y privatizaciones que no mejoran la eficiencia y que producen graves problemas en el medio plazo. Recuérdese lo que paso con el Katrina, los diques que protegían Nueva Orleáns dejaron de atenderse y su situación fue deteriorándose poco a poco hasta que un huracán mediano (que son frecuentes en la zona) los reventó, y murieron oficialmente 1.833 personas y decenas de miles se quedaron sin sus hogares y la ciudad arrasada. Es un ciclo inevitable si desatendemos las instalaciones del sistema sanitario público mas pronto que tarde acabaran por fallar y nos encontraremos de golpe con una situación insostenible.
Por eso hay que rectificar, acabar con los recortes y privatizaciones y garantizar un sistema sanitario público de calidad.
Este artículo fue publicado en La Nueva Tribuna y cedido por su autor
Durante unos días se ha producido una alarmante caída de los sistemas de aire acondicionado en muchos centros sanitarios del país, pero con especial incidencia en Madrid y Galicia, a resultas de lo que las temperaturas en los mismos superaban los 30 º y en más de un caso llegaron a los 39º.
Como es habitual la respuesta de las administraciones sanitarias ha estado entre la negación, derivar la responsabilidad a la climatología y señalar que se habían hecho todos los esfuerzos para evitar la situación.