Carta abierta al futuro presidente de Castilla-La Mancha y a futuros alcaldes del Campo de Montiel (y III)

Antes de despedirnos de usted y dejarlo tranquilo con los avatares de su campaña queremos en su compañía bucear por la Historia y mostrarle por si desconoce algunos antecedentes:

Empecemos por los topónimos de nuestra Comarca que nos deja el nombre de dos pequeños pueblos -Santa Cruz de los Cáñamos y Cañamares- y de un rio –Cañamares- afluente del Azuer en el principio de su andadura.

Continuemos por la Heráldica, el escudo de Santa Cruz de los Cáñamos tiene dos hojas de Cáñamo sobre oro, según la Heráldica su significado indica abundancia de cultivo.

Para datar la antigüedad de su cultivo podemos hacer mención al pleito con Alcaraz de 1243 siendo la aldea de Cañamares adjudicada a la Orden de Santiago, el nombre procede de la abundancia de cáñamo cultivado en sus vegas, un apunte anecdótico es decir que las medidas de los terrenos venían en función de las fanegas de cañamón. Es decir que su cultivo es anterior a la unión definitiva del Reino de Castilla y del Reino de León en 1230, La vieja Castilla tenía en estas tierras una gran fuente de suministro de una fabulosa fibra apta para cinchas, tirantes, alpargatas, cordeles, hilos y blondas.

Avanzamos en la historia y encontramos que el Marqués de Santa Cruz hacia 1800 establece una manufactura de 200 telares en la vecina Valdepeñas aprovechando la cercanía del abundante suministro para “labrar lencerías de gran calidad”.

Sobre las virtudes de todas conocidas no vamos a ahondar y huelga en este escrito, si que todavía queremos hurgar en la historia reciente para entender su prohibición. En 1937, DuPont acababa de patentar procesos para fabricar plásticos a partir de petróleo y carbón, lo mismo que un nuevo proceso de sulfato sulfito para hacer papel de pulpa de madera, entran en juego los intereses cruzados de personajes, de todos conocidos y fácil de comprobar: Hearst, DuPont y del Banco Mellon de Pittsburg. La campaña de desinformación de Hearst y Anslinger (sobrino de Andrew Mellon) llevan finalmente el asunto a Naciones Unidas.

En 1961 se promulgó la primera normativa internacional, con USA al frente, la Convención sobre Drogas Narcóticas, que limitaba el uso del cannabis y sus derivados para empleo médico. En este punto conviene recordar la situación con USA y su presidente mirando hacia dentro de su país y una política exterior leonina favorecedora de los intereses de sus empresas y en España el régimen Franquista que acababa de pasar por la llamada “Cuestión española (Naciones Unidas)” y por tanto dócil a cualquier exigencia que viniese de USA.

Siguiendo esta directriz, en España, la Ley General del Medicamento, publicada en el Boletín Oficial del Estado del 11 de abril de 1961, prohíbe la producción, fabricación, tráfico, posesión o uso de cannabis, con la excepción de las cantidades necesarias para la investigación médica y científica.

Acabamos este recorrido por la historia y de vuelta a la realidad actual nos encontramos con la noticia de la empresa canadiense Canopy Growth, acaba de cerrar la compra de una pequeña empresa española afincada en Alicante con licencia para el cultivo y la comercialización de cannabis, con la intención de ampliar sus parcelas en explotación y convertirla en su base operaciones para Europa. La sociedad adquirida se denomina Cáñamo y Fibras Naturales (Cafina) que obtuvo hace pocos meses todos los permisos necesarios de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) para crear explotaciones legales de marihuana destinada a fines medicinales o de investigación.

Los invernaderos de Cáñamo y Fibras Naturales son muy modestos, de apenas 150 metros cuadrados, según sostiene la firma de Toronto, por lo que en realidad la operación se traduce en la adquisición de los documentos y los procedimientos administrativos necesarios para poner en marcha la actividad de cultivo y comercialización de forma legal y automática, sin tener que someterse a todos los trámites administrativos que requieren una nueva licencia, de la que disfrutan un puñado de compañías en España.              

Reflexión Final

Nuevamente un Oscuro organismo dirigido por no se sabe muy bien quiénes, y desde luego no elegidos de manera democrática toman decisiones que afectan al país y a sus gentes, y con las debidas reservas y tomando todo como presunto, sin acusar a nadie, esto tiene tufillo a lo que estamos acostumbrados en la España.

Creemos suficientemente acreditado el Derecho Histórico del cultivo de Cannabis, pues ya lo hacíamos antes de la existencia de España y cuando solamente éramos Reino de Castilla y lo hemos venido haciendo hasta la prohibición de mismo Régimen Franquista que inicio los problemas de despoblación que sufrimos en la actualidad, con lo cual se genera una Deuda Histórica con la Comarca que entendemos puede ser satisfecha de una manera poco onerosa y elegante con la concesión de los mismos derechos y facilidades que se le ha dado a la empresa Cafina a una empresa con participación de los habitantes actuales del Campo de Montiel (60%), Ayuntamientos (10%), Universidad (10%) y Junta de Comunidades (20%).

Como verá en las distintas reflexiones que le hemos hecho no apartamos los pies del suelo, no requerimos tratamientos diferenciados, ni tampoco requerimos grandes inversiones muy al contrario estamos deseando pagar impuestos y engrandecer esta Comunidad.

El asunto de la vertebración de la Comarca por tren es otra Deuda Histórica pues vendría a sustituir y aun con menor coste, la más que prometida Autovía del IV Centenario que cortaron en Valdepeñas y nunca ha pasado por las tierras por donde empezó a caminar el Hidalgo D. Quijote.

Atentamente se despiden de usted los Paisanos de Sancho, de los que recibirá frecuentemente noticias en estos próximos años.

Antes de despedirnos de usted y dejarlo tranquilo con los avatares de su campaña queremos en su compañía bucear por la Historia y mostrarle por si desconoce algunos antecedentes:

Empecemos por los topónimos de nuestra Comarca que nos deja el nombre de dos pequeños pueblos -Santa Cruz de los Cáñamos y Cañamares- y de un rio –Cañamares- afluente del Azuer en el principio de su andadura.