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Colapso sanitario, recortes y mentiras

Fernando Mora y Roberto Sabrido

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Hemos asistido en los dos últimos meses a un colapso permanente de las Urgencias en el Hospital de Toledo, que vienen a confirmar la ya permanente insuficiencia del viejo Hospital Virgen de la Salud, agudizada por los continuos recortes de personal sanitario, la falta de medios y la carencia de sustituciones. Tanto el nuevo Gerente del Complejo Hospitalario como el Viceconsejero de Sanidad, han tratado de quitar hierro a una situación cada vez más complicada en la sanidad de la ciudad y generada por una realidad adversa que afecta a miles de ciudadanos, consecuencia todo ello de los indiscriminados recortes y la absoluta ineficacia en la gestión de los recursos sanitarios, de la que son responsables quienes dirigen el Gobierno de Castilla-La Mancha.

No dudamos de la necesidad de reforzar y profundizar en criterios de optimización de recursos, de eficacia y eficiencia, pero ninguno de estos elementos cumpliría su finalidad si de su aplicación deriva un deterioro de la prestación sanitaria y, cambian, a peor, las condiciones laborales de los profesionales. Creemos firmemente que una de las líneas de actuación necesarias es la de mejorar el funcionamiento de nuestro Sistema Nacional de Salud, avanzando en la profesionalización de las instituciones sanitarias y sociosanitarias. Pero no se puede avanzar en esta línea, cuando se expresas las razones con medias verdades o escudándose en un supuesto profesionalismo, cuya única intención es justificar al jefe político.

Que la afluencia a urgencias hospitalarias es multifactorial, es algo evidente y con lo que estamos totalmente de acuerdo, pero nos referiremos al caso del Complejo Hospitalario de Toledo, donde los colapsos en las urgencias no son solo consecuencia del incremento estacional de algunas patologías, sino que se vienen sucediendo con demasiada regularidad desde hace tiempo. Para explicar lo que realmente sucede han de tenerse en consideración las siguientes circunstancias que es preciso exponer:

1º Se ha querido achacar a la gripe esta situación, y así lo han trasmitido los responsables de la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha. Sin embargo sus propios informes epidemiológicos lo desmienten al confirmar que la incidencia de esta enfermedad en el Area sanitaria de Toledo estaba en unos niveles muy por debajo de la media regional sino de la nacional, y que en circunstancias normales el Hospital podría haber asumido sin mayores problemas. Afirmar que “no tiene que ver con los recortes” el tener los pasillos de urgencias llenos de pacientes que no tienen la mínima intimidad y están así - con estancias de hasta 24 y 48 horas - por no haber disponibles camas de hospitalización como ocurre en el Hospital de Toledo, nos parece que es intentar confundir a la opinión pública y considerar como inevitable aquello que desde una adecuada gestión sí lo es.

2º El complejo Hospitalario de Toledo cuenta en la actualidad con las mismas camas que en el año 1974, cuando la población del Área sanitaria es ahora (437.000 hab.) prácticamente el doble que entonces. Por esa circunstancias el Gobierno anterior emprendió la tarea de hacer un nuevo Hospital, cuyas obras llevan paradas desde Junio de 2011, no por paradojas de la vida ni por la crisis - ya que tenía plenamente garantizada sus financiación - sino por una decisión política consciente, que además concluía en hacer un hospital de similares dimensiones al actual, en cuanto al número de camas, y con un área de urgencia absolutamente insuficiente para las necesidades reales.

3º El complejo hospitalario de Toledo, a pesar de esta manifiesta insuficiencia, mantenía cerradas, aún en plena crisis y colapso de las urgencias, en torno a cien camas - la capacidad de un Hospital Comarcal -desde hacía varios meses, y que solo fueron abiertas tras las denuncias públicas, la presión y la evidencia.

4º Que difícilmente se puede atajar el problema desde la atención primaria y domiciliaria como señalan algunos responsables, cuando desde Junio de 2011, se ha prescindido del 15% de los efectivos sanitarios de la Región; no se cubren, por lo general, ni las bajas laborales, ni se reponen, ni se tiene la intención de reponer las 1.323 bajas por jubilación en el Plan 2011-2015 puesto en marcha por el SESCAM. O cuando se han disminuido considerablemente las plazas residenciales socio-sanitarias y los servicios sociales. Por tanto, sí, influyen los recortes.

Hemos asistido en los dos últimos meses a un colapso permanente de las Urgencias en el Hospital de Toledo, que vienen a confirmar la ya permanente insuficiencia del viejo Hospital Virgen de la Salud, agudizada por los continuos recortes de personal sanitario, la falta de medios y la carencia de sustituciones. Tanto el nuevo Gerente del Complejo Hospitalario como el Viceconsejero de Sanidad, han tratado de quitar hierro a una situación cada vez más complicada en la sanidad de la ciudad y generada por una realidad adversa que afecta a miles de ciudadanos, consecuencia todo ello de los indiscriminados recortes y la absoluta ineficacia en la gestión de los recursos sanitarios, de la que son responsables quienes dirigen el Gobierno de Castilla-La Mancha.

No dudamos de la necesidad de reforzar y profundizar en criterios de optimización de recursos, de eficacia y eficiencia, pero ninguno de estos elementos cumpliría su finalidad si de su aplicación deriva un deterioro de la prestación sanitaria y, cambian, a peor, las condiciones laborales de los profesionales. Creemos firmemente que una de las líneas de actuación necesarias es la de mejorar el funcionamiento de nuestro Sistema Nacional de Salud, avanzando en la profesionalización de las instituciones sanitarias y sociosanitarias. Pero no se puede avanzar en esta línea, cuando se expresas las razones con medias verdades o escudándose en un supuesto profesionalismo, cuya única intención es justificar al jefe político.