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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El cuerpo de la mujer como campo de batalla

Siento alegría al conocer la noticia de que la congoleña Caddy Adzuba va a recibir este año el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Esta periodista lleva 10 años denunciando la violencia sexual contra la mujer en la República Democrática del Congo.

Se estima que más de medio millón de mujeres han sido violadas en la R.D. Congo en los últimos 20 años, en un conflicto, en una barbarie, que dura ya 20 años. El cuerpo de la mujer usado una vez más como campo de batalla.

El actual conflicto del Congo ha dejado desde su inicio en 1996 más de seis millones de muertos y tres millones de desplazados, aunque la República Democrática del Congo está sumida en una guerra continua desde los años 60, en una masacre alimentada por los países ricos y los mercados internacionales, muy interesados en explotar en beneficio propio los yacimientos de casiterita, coltán y oro que abundan en el país.

Las mujeres y las niñas no están libres de violencia en ningún sitio. Millones de mujeres de todo el mundo son víctimas de la violencia por una única razón: ser mujeres. Pero en situaciones de pobreza y exclusión y en los conflictos armados la exposición a la violencia sexual y psicológica es mayor. La violencia sexual es una táctica de guerra que deja en las vidas de las mujeres y en sus cuerpos efectos devastadores.

Se revuelven las tripas al comparar la situación de violencia que sufren millones de mujeres en todo el mundo con las declaraciones machistas que tenemos que escuchar muchas veces en los medios de comunicación, que minimizan, ridiculizan e incluso hacen bromas con este tipo de violencia. Hace falta educación, mucha educación para luchar contra esta lacra social. Educación desde la familia y desde la escuela, y para todos y todas: Este no es un problema sólo de las mujeres.

Pero las mujeres no sólo son víctimas, muchas veces se convierten en altavoces de causas, constructoras de paz, lideresas que se rebelan contra el orden establecido. Es el caso de Caddy Adzuba, que a sus 33 años ya sabe lo que es pagar el precio de defender los derechos humanos: vive bajo la protección especial de la ONU tras haber sufrido dos intentos de asesinato y amenazas de muerte de grupos militares.

Un premio siempre es un reconocimiento a una labor, pero desgraciadamente no va mucho más allá en la lucha directa contra un problema. Esperemos que este sirva al menos para dar a conocer mejor la problemática de la violencia contra las mujeres en los conflictos armados y para apuntalar la lucha contra ella.

Puedes firmar la petición que ha impulsado Caddy Adzuba para que se cumpla la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que insta a la protección de las mujeres y niñas en los conflictos.

Siento alegría al conocer la noticia de que la congoleña Caddy Adzuba va a recibir este año el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Esta periodista lleva 10 años denunciando la violencia sexual contra la mujer en la República Democrática del Congo.

Se estima que más de medio millón de mujeres han sido violadas en la R.D. Congo en los últimos 20 años, en un conflicto, en una barbarie, que dura ya 20 años. El cuerpo de la mujer usado una vez más como campo de batalla.