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Solo la cultura del consenso y la pluralidad puede hacernos ganar la Capitalidad Europea en 2031

Teo García Pérez

Concejal del Ayuntamiento de Toledo y responsable de las áreas de Urbanismo y Cultura, Educación y Patrimonio entre 2015 -2023 —

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Toledo es capital europea de la cultura desde tiempo inmemorial. Una ciudad cuyo poblamiento se remonta a las últimas etapas de la Prehistoria poca necesidad tiene de justificar su dimensión europea y su pasado esplendoroso en el saber, la música, la pintura, la literatura, la arquitectura y el resto de Bellas Artes, gracias al crisol de culturas que la han habitado y que nos han legado un excelente acervo cultural que tenemos que conservar y amplificar.

Toledo, foco cultural de primer nivel, ha decidido presentar candidatura para ser designada Capital Europea de la Cultura 2031. Se trata, sin duda, de una buena noticia. Pero para conseguir la designación el próximo año se necesita trabajar ya en un proyecto estructurado, que cuente con el mayor consenso posible tanto institucional como ciudadano. Esta será la fórmula para afrontar con garantías el proceso de selección, conforme a la Decisión número 445/2014 del Parlamento Europeo. 

Nada pasa por casualidad. Estamos preparados para iniciar esta carrera gracias a que desde el año 2019 se dieron importantes pasos. Al inicio de la pasada legislatura, el Pleno del Ayuntamiento de Toledo aprobó por unanimidad una moción transaccional del PSOE a la proposición del grupo municipal Ciudadanos, por la que se solicitaba iniciar el proceso para que Toledo presentara su candidatura a la capitalidad europea de la cultura, del año 2031.  

Tras el pistoletazo de salida, los siguientes cuatro años sirvieron para elaborar un diagnóstico técnico y un análisis de la realidad cultural de la ciudad de Toledo. Un trabajo que permitió redactar el Plan Estratégico Cultural (Horizonte, 2030), con una estrategia de base local y proyección internacional.  

El Plan Estratégico contó con un proceso plural de participación con el objetivo de que la ciudadanía pudiera realizar aportaciones y propuestas de modificación que sirvieran para dar coherencia a todas las acciones culturales municipales que se programen hasta 2030. Es, por tanto, un buen punto de partida a la propuesta base con la que concurrir a la convocatoria del Ministerio Cultura, con la que optar a la Capitalidad Europea de la Cultura.

Sin embargo, estos procesos abiertos y participativos no han sido tenidos en cuenta por el actual equipo de Gobierno en el procedimiento de designación de los miembros del Consejo Asesor de la Capitalidad, de cuyas reuniones los grupos municipales de la oposición hemos tenido conocimiento por los medios de comunicación.

Para tener éxito en la candidatura es necesario sumar y no excluir. Una ‘Cuestión de Ciudad’ necesita de la implicación de los grupos con representación en el Ayuntamiento, de las instituciones y entidades culturales, sociales y educativas de la ciudad, del movimiento vecinal, así como de todos los agentes culturales y de los profesionales del sector turístico, hostelero y artesanal, además de la implicación de toda la ciudanía. 

Por todo ello, el grupo municipal socialista presentó en el Pleno de del pasado mes de mayo una moción con tres objetivos: asentar la candidatura con el apoyo de toda la Corporación, reforzar los instrumentos y cauces de participación, implicar los ciudadanos en el logro de la Capitalidad Europea y lograr un compromiso de planificación que sea abierta, plural y diversa como seña de identidad de nuestra ciudad en Europa y en el mundo.  

Lamentablemente, el equipo municipal de Gobierno configurado por PP y VOX votó en contra alejándose del consenso. Cada vez es más frecuente encontrarse en política personas que cuando llegan a puestos de responsabilidad en la gestión de lo común se creen investidas por una ‘lengua’ de sabiduría que les hace pensar que sólo ellos están en posesión de la verdad y que los que les precedieron se equivocaron. No hay nada más anticultural que intentar borrar el pasado. La cultura de una civilización, de una ciudad, de un pueblo se va conformando con las huellas y las influencias de quienes nos precedieron.

La cultura siempre suma, siempre une. Por eso, si Toledo aspira a convertirse en Capital Europea de la Cultura, no puede renegar de su pasado. Ni siquiera del más inmediato. La historia no empieza con cada equipo de Gobierno, sino que esta debe continuar construyéndose, aprovechando y poniendo en valor todo lo positivo aportado por las corporaciones precedentes.  

Las personas pasan y lo que queda es lo que aportan a la comunidad a la que pertenecen y sirven. En ese camino nos encontramos como Grupo y es nuestra obligación como representantes de la ciudadanía. Por eso nuestro compromiso es y será el de seguir proponiendo en positivo para seguir dando pasos en común. Solo la cultura del consenso y la pluralidad puede hacernos ganar la Capitalidad Europea en 2031, que será el mejor reconocimiento de lo que nuestra ciudad es y de lo que quiere seguir siendo: la ciudad del respeto, de la diversidad y de la tolerancia.

Toledo es capital europea de la cultura desde tiempo inmemorial. Una ciudad cuyo poblamiento se remonta a las últimas etapas de la Prehistoria poca necesidad tiene de justificar su dimensión europea y su pasado esplendoroso en el saber, la música, la pintura, la literatura, la arquitectura y el resto de Bellas Artes, gracias al crisol de culturas que la han habitado y que nos han legado un excelente acervo cultural que tenemos que conservar y amplificar.

Toledo, foco cultural de primer nivel, ha decidido presentar candidatura para ser designada Capital Europea de la Cultura 2031. Se trata, sin duda, de una buena noticia. Pero para conseguir la designación el próximo año se necesita trabajar ya en un proyecto estructurado, que cuente con el mayor consenso posible tanto institucional como ciudadano. Esta será la fórmula para afrontar con garantías el proceso de selección, conforme a la Decisión número 445/2014 del Parlamento Europeo.