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Desencanto docente: el desafío de formar en tiempos de cambio

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El 5 de octubre se conmemoró el Día Mundial del Docente, una fecha instituida por la UNESCO y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para hacer visible el valioso trabajo de los docentes en la sociedad y abogar por mejores condiciones laborales y de formación para los educadores. En 2024, se plantea como objetivo principal “empoderar a los docentes para cumplir su función de intelectuales transformadores y líderes comunitarios, para construir sistemas educativos resilientes y equitativos que estén al servicio del bien público y mejoren las comunidades en las que trabajan”. Además, se reivindica que la educación valore y refuerce la voz de los docentes, incluyendo sus valoraciones y propuestas en las políticas educativas. Se subraya la importancia de ofrecer un entorno favorable para su desarrollo profesional, con el fin de potenciar su impacto en el ámbito educativo y social.

Actualmente, en nuestro país, se está extendiendo una percepción cada vez más negativa del sistema educativo en todos sus niveles. Los problemas educativos no se limitan únicamente al acceso y uso de dispositivos electrónicos, sino que se centran en la falta de iniciativas efectivas que aborden seriamente la situación educativa en nuestro país. Resulta urgente un pacto educativo que despolitice la educación y nos permita avanzar hacia la paz y la igualdad para poder construir un país más sostenible, ecológico y democrático, donde se respeten los derechos humanos, se garantice la no discriminación, se erradique la violencia y se prepare a la juventud para abordar los retos de la sociedad.

Se podrían analizar diversos estudios que ratifican la perspectiva negativa de nuestra Escuela. A título indicativo, reflexionaremos sobre el último Informe COTEC (2024), en el que se reflejan los resultados de la “Encuesta de percepción social de la innovación educativa”, elaborada con más de 7.000 entrevistas. Los resultados son contundentes: el 52% de los encuestados considera que la calidad de la educación ha empeorado, mientras que el 55% cree que el alumnado sale menos preparado que en el pasado. Además, el 74% considera que hay un alto porcentaje de alumnado que no desea estar en la Escuela y entorpece el aprendizaje de sus compañeros y compañeras.

Es preciso destacar que los encuestados mayoritariamente piensan que la Escuela no responde a las necesidades actuales de la sociedad. Según la mayoría, no se está formando a los estudiantes en habilidades sociales, no se atienden sus intereses, y la preparación para ejercer una ciudadanía responsable es insuficiente. Además, se percibe una disminución en la comunicación y el diálogo entre los distintos actores del ámbito educativo. Igualmente, se subraya que uno de los principales problemas de la Escuela es la falta de disciplina y el irrespeto hacia el profesorado y los derechos de las personas (74%).

Para abordar esta preocupante situación, los participantes proponen aumentar los presupuestos y potenciar la innovación en metodologías de enseñanza (73%). La gran mayoría de encuestados valora que el desarrollo tecnológico y su entrada en la Escuela es sinónimo de innovación (77%) y de mejora en la calidad educativa (70%). Además, un 61% considera que, a más innovación, más calidad educativa.

Digitalización, innovación y fracaso escolar

No obstante, un 80%, manifiesta que los modelos educativos digitales excluyen a parte del alumnado, especialmente porque en algunos hogares no hay suficientes dispositivos electrónicos. Un alto porcentaje (48%) estima que la innovación educativa puede aumentar las desigualdades, y el 88% indica que solo funciona cuando involucra a toda la comunidad educativa (alumnado, profesorado y familias).

Respecto a la percepción sobre cómo condiciona el origen socioeconómico del alumnado en el acceso a la educación, casi la mitad de los encuestados (40%) indican que determinados colectivos vulnerables no acceden a la etapa de educación obligatoria y un 30% valora que, cuando acceden, no tienen garantizado un aprendizaje de calidad.

Reducir el fracaso escolar y el abandono temprano es prioritario para el 58% de los encuestados, quienes también consideran clave mejorar la convivencia y la disciplina en los centros. Sin embargo, resulta curioso que, sólo el 14% considere importante reducir los niveles de repetición de curso.

A la hora de escoger colegio para sus hijos, los españoles señalan como elementos más determinantes: la calidad del profesorado (92%), la atención a las necesidades de aprendizaje (90%) y el proyecto educativo del centro (89%). Lo que menos les importa es el perfil del resto de familias que acuden al colegio (53%), el carácter laico o religioso (58%) y la oferta de actividades extraescolares (60%). La titularidad del centro (público o privado/concertado) no se percibe como factor relevante (solo un 40% lo considera significativo).

Únicamente dos comunidades autónomas destacan por su visión positiva de la Escuela actual: Navarra (60%) y el País Vasco (58%). La visión más negativa se da en Aragón, donde solo un 39% cree que la Escuela ha mejorado. En Castilla-La Mancha, sólo un 47% opina que es mejor, resultados cercanos al promedio nacional (48%). Todos los territorios coinciden en valorar la Escuela pública como elemento que favorece obtener buenos resultados académicos por encima de la escuela privada/concertada (55% frente a 39%). La valoración más alta la realizan Andalucía (61%), La Rioja (61%) y Extremadura (60%). La Comunidad de Madrid es la que mejor percibe a la Escuela privada/concertada como factor que facilita buenos resultados (45%), pero también por detrás de la pública (54%).

La encuesta evidencia que los profesionales de la educación tienen una percepción más positiva de la Escuela actual, si bien coinciden con el resto de la población en que el nivel de preparación del alumnado está disminuyendo y se precisa un nuevo planteamiento que dé respuesta a los retos de la sociedad actual.

No debemos olvidar que la educación es la mejor arma contra la violencia y la ignorancia, y que la transformación de la educación comienza con los docentes. Sin embargo, los profesores a menudo están infravalorados, con bajos salarios y una formación no acorde con los retos de la sociedad actual.

El 5 de octubre se conmemoró el Día Mundial del Docente, una fecha instituida por la UNESCO y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para hacer visible el valioso trabajo de los docentes en la sociedad y abogar por mejores condiciones laborales y de formación para los educadores. En 2024, se plantea como objetivo principal “empoderar a los docentes para cumplir su función de intelectuales transformadores y líderes comunitarios, para construir sistemas educativos resilientes y equitativos que estén al servicio del bien público y mejoren las comunidades en las que trabajan”. Además, se reivindica que la educación valore y refuerce la voz de los docentes, incluyendo sus valoraciones y propuestas en las políticas educativas. Se subraya la importancia de ofrecer un entorno favorable para su desarrollo profesional, con el fin de potenciar su impacto en el ámbito educativo y social.

Actualmente, en nuestro país, se está extendiendo una percepción cada vez más negativa del sistema educativo en todos sus niveles. Los problemas educativos no se limitan únicamente al acceso y uso de dispositivos electrónicos, sino que se centran en la falta de iniciativas efectivas que aborden seriamente la situación educativa en nuestro país. Resulta urgente un pacto educativo que despolitice la educación y nos permita avanzar hacia la paz y la igualdad para poder construir un país más sostenible, ecológico y democrático, donde se respeten los derechos humanos, se garantice la no discriminación, se erradique la violencia y se prepare a la juventud para abordar los retos de la sociedad.