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Ganemos CLM despierta hoy el mismo entusiasmo e ilusión que en su día representó la fundación, hace ya casi treinta años, de Izquierda Unida como movimiento social y político. En el origen de Izquierda Unida está la dignidad y la generosidad de diferentes formaciones políticas y sociales de las que destaca, por su relevancia histórica, el Partido Comunista de España. El PCE renunció, voluntariamente, a administrar el proceso de constitución de IU. Supo marcar su posición y defender sus posturas, sin imponer su mayoría cuantitativa, dentro del debate constituyente de Izquierda Unida, colaborando así a sumar a gran parte de la izquierda social a la organización que acabaría convirtiéndose en el referente político y electoral de millones de personas. Izquierda Unida surgió de la comprensión, por diferentes organizaciones de la sociedad civil, de reaccionar políticamente ante el momento social excepcional por el que atravesaba el país en los primeros años de recuperación de la democracia. Izquierda Unida brotó de un complejo proceso de convergencia similar al que hoy se inicia con los múltiples Ganemos que se están constituyendo por todo el estado español.
La recuperación de la iniciativa política por parte de la ciudadanía ha sido una constante histórica. En tiempos de profunda crisis del sistema dominante, la ciudadanía recupera el espacio público como reivindicación de su identidad de sujeto político crucial. Nadie debe confundirse; es la ciudadanía re-activada políticamente la que está poniendo en cuestión el sistema de dominación social. No es mérito exclusivo de ninguna organización la gran movilización ciudadana que ha desbordado a los diferentes gobiernos de nuestro país. Las mareas ciudadanas que han inundado las calles con una reivindicación compartida, la defensa de nuestros derechos básicos de ciudadanía, han confluido en una nueva forma de hacer política. Todo el proceso de repolitización ciudadana se basa en esa nueva forma de entender la participación política. El movimiento ha adquirido su legitimidad social en las calles y es de ahí de donde extrae su potencia política. Conviene recordar de dónde venimos para definir hacia dónde vamos.
Existiendo tanta cercanía conceptual entre los diferentes elementos que coinciden en el proyecto Ganemos CLM, lo único que puede alejarnos, que puede frustrar las expectativas creadas, es anteponer el interés electoral de cada organización a las necesidades del conjunto, al interés general del proyecto. Ganemos CLM no puede ser una acumulación de siglas o una suma de partidos. Debe ser la canalización política de la movilización social. Ganemos CLM es, y debería seguir siendo, la expresión concreta de la ciudadanía en defensa de sus propios intereses. Cualquier intento de monopolizar o dirigir Ganemos CLM, desde el “exterior” al propio proyecto, será la mejor manera de eliminar cualquier posibilidad de que ésta herramienta ciudadana se consolide como una gran potencia política. Las posibilidades de Ganemos CLM son infinitas y su forma definitiva dependerá de la capacidad de las organizaciones para comprender que la estrategia colectiva siempre es la correcta. No existe acuerdo malo.
La militancia y el electorado de Izquierda Unida han demostrado ser coherente, crítica y reflexiva. Somos una minoría, siempre lo hemos sido, con vocación de influir a través del debate y convencer con argumentos. Las necesidades organizativas nunca deben anteponerse a los debates programáticos. En nuestra esencia como organización está la reivindicación permanente del Programa como marco para la negociación política. Todos nuestros recelos son comunes a todas las personas que participan Ganemos CLM. Superemos nuestra desconfianza, las gentes no suelen equivocarse.
Hoy, como hace casi treinta años hizo el PCE, Izquierda Unida tiene que demostrar que es capaz de estar a la altura de las circunstancias. Las posibilidades políticas de Ganemos CLM están en nuestras manos.
Nos vemos en las Asambleas.
Ganemos CLM despierta hoy el mismo entusiasmo e ilusión que en su día representó la fundación, hace ya casi treinta años, de Izquierda Unida como movimiento social y político. En el origen de Izquierda Unida está la dignidad y la generosidad de diferentes formaciones políticas y sociales de las que destaca, por su relevancia histórica, el Partido Comunista de España. El PCE renunció, voluntariamente, a administrar el proceso de constitución de IU. Supo marcar su posición y defender sus posturas, sin imponer su mayoría cuantitativa, dentro del debate constituyente de Izquierda Unida, colaborando así a sumar a gran parte de la izquierda social a la organización que acabaría convirtiéndose en el referente político y electoral de millones de personas. Izquierda Unida surgió de la comprensión, por diferentes organizaciones de la sociedad civil, de reaccionar políticamente ante el momento social excepcional por el que atravesaba el país en los primeros años de recuperación de la democracia. Izquierda Unida brotó de un complejo proceso de convergencia similar al que hoy se inicia con los múltiples Ganemos que se están constituyendo por todo el estado español.
La recuperación de la iniciativa política por parte de la ciudadanía ha sido una constante histórica. En tiempos de profunda crisis del sistema dominante, la ciudadanía recupera el espacio público como reivindicación de su identidad de sujeto político crucial. Nadie debe confundirse; es la ciudadanía re-activada políticamente la que está poniendo en cuestión el sistema de dominación social. No es mérito exclusivo de ninguna organización la gran movilización ciudadana que ha desbordado a los diferentes gobiernos de nuestro país. Las mareas ciudadanas que han inundado las calles con una reivindicación compartida, la defensa de nuestros derechos básicos de ciudadanía, han confluido en una nueva forma de hacer política. Todo el proceso de repolitización ciudadana se basa en esa nueva forma de entender la participación política. El movimiento ha adquirido su legitimidad social en las calles y es de ahí de donde extrae su potencia política. Conviene recordar de dónde venimos para definir hacia dónde vamos.