Es hora de abrir las puertas de Toledo

¡Somos grandes!

Hemos sido capital de un imperio, cuna de reyes. Toledo ha sido musa de poetas, pintores, cantantes, artistas y cineastas. Culturas muy distintas nos dejaron su arquitectura y costumbres, su legado y todo esto nos hizo Ciudad Patrimonio. Todo esto dentro de una muralla pero todo esto es pasado.

Es hora de abrir las puertas. Que los setenta kilómetros que nos separan de Madrid sean una ventaja y no un inconveniente, que nos unamos todos, que dejemos de mirarnos el ombligo, que hagamos cosas, muchas cosas. Unas saldrán bien, otras no tanto. Nos falta experiencia en eso de la unión. Pero la unión, insisto, la unión nos hará fuertes.

Los más importantes no somos nosotros. Son los visitantes, los turistas, todo tipo de turistas. Debemos conseguir que pateen nuestras calles, que pernocten, que coman, que disfruten y que vuelvan. Ellos y solo ellos nos pueden puntuar. Son los depositarios del título y ellos nos otorgarán la grandeza.

Pero si no aprovechamos esta nueva oportunidad y actuamos con divisiones, individualismos, mirando desde la distancia y, a veces, hacia otro lado, habremos conseguido un título más para un Toledo amurallado, agonizante y vacío a la salida del último tren. Y lo peor, un regusto añejo en las gentes que por aquí pasaron, catalogándola de una ciudad fría, distante, inaccesible, decadente.

Mi reciente experiencia participando en un arriesgado e innovador proyecto del Ayuntamiento de Toledo dentro de la capitalidad española de la gastronomía, aunando cocina y moda se saldó con un gran éxito de público y un buen sabor de boca. Mi agradecimiento a todo el equipo de la Escuela de Hostelería de Toledo y a los diferentes departamentos del Ayuntamiento implicados en el proyecto. Esto me demuestra que la unión hace la fuerza.

Mi sueño sería que todo aquel que visitara mi ciudad, al partir, se sintiera un poco toledano.