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Hoy votamos, mañana luchamos

Víctor Manuel Arias

Colectivo Estudiantil de Ciudad Real —

Estos días debemos reconocer que la política ha vuelto a ilusionar a una buena parte de los jóvenes en un campo de batalla, el electoral. Por primera vez en mucho tiempo una coalición de fuerzas progresistas, Unidos Podemos, que va ser capaz de romper de manera definitiva este modelo bipartidista que se ha encargado de aplicar políticas afines a los intereses de los grandes poderes económicos. La certeza cada vez más clara de que el sorpasso al PSOE va ser una realidad y la posibilidad de disputar el primer lugar al Partido Popular ha generado expectativas en torno a que es posible un cambio de políticas en nuestro país. Abandonar unas políticas que han mantenido la tasa de beneficios de los dueños de este país a costa de empobrecer a la mayoría social, e iniciar otra que por lo menos recupere los derechos perdidos por la clase obrera y las capas populares estos últimos años.

Sin embargo debemos ser conscientes que aunque el 26 de Junio se les gane en sus instituciones, los oligarcas no van a entregar su poder. Se refugiarán en sus empresas, bancos, mercados bursátiles, en el BCE y en el FMI; intentarán todos los recursos legales (e ilegales) que sean necesarios para intentar doblegar a un hipotético gobierno progresista en nuestro país. La oligarquía sólo puede ser derrotada si la gran mayoría social trabajadora se organiza en las calles, en los centros de trabajo y de estudio con el fin derrotar y hacer frente todos los intentos regresivos y de comenzar a construir un nuevo poder popular que sirva de contra-poder.

Los que estudiamos historia sabemos que los grandes cambios sociales nunca han venido sólo a través de cambios en las instituciones representativas (sean estas Cortes Estamentales o parlamentos burgueses), siempre han venido acompañadas de la movilización y la organización de las clases sociales que han formado la mayoría trabajadora (esclavos, plebeyos u obreros) Todos recordamos que antaño se consiguieron ciertas cuotas de bienestar que nos permitieron a algunos estudiantes de familias obreras ir a la Universidad, sin embargo no debemos olvidar que estas conquistas no fueron ajenas a las luchas estudiantiles y obreras que tuvieron lugar en nuestro país en los años 60, 70 y 80, ni a una situación internacional convulsa (Mayo francés del 68, guerras anti-coloniales y de liberación nacional en Vietnam, Argelia o América Latina, Guerra Fría contra el comunismo..)

Los poderosos se ven obligados a ceder cuando ven peligrar sus negocios ante las perspectivas de construir una nueva sociedad más justa e igualitaria por una mayoría social. Cuando en el movimiento obrero y estudiantil ha reinado la apatía y el conformismo, no hemos obtenido más que derrotas y retrocesos. Por eso nosotros aunque el próximo domingo te animamos a que vayas a votar, también te llamamos a incorporarte con nosotros en la lucha. Queremos luchar contigo para defender nuestros derechos hoy pero también para construir una nueva sociedad mañana. Por lo tanto vota el domingo, pero sigue luchando el lunes.

Estos días debemos reconocer que la política ha vuelto a ilusionar a una buena parte de los jóvenes en un campo de batalla, el electoral. Por primera vez en mucho tiempo una coalición de fuerzas progresistas, Unidos Podemos, que va ser capaz de romper de manera definitiva este modelo bipartidista que se ha encargado de aplicar políticas afines a los intereses de los grandes poderes económicos. La certeza cada vez más clara de que el sorpasso al PSOE va ser una realidad y la posibilidad de disputar el primer lugar al Partido Popular ha generado expectativas en torno a que es posible un cambio de políticas en nuestro país. Abandonar unas políticas que han mantenido la tasa de beneficios de los dueños de este país a costa de empobrecer a la mayoría social, e iniciar otra que por lo menos recupere los derechos perdidos por la clase obrera y las capas populares estos últimos años.

Sin embargo debemos ser conscientes que aunque el 26 de Junio se les gane en sus instituciones, los oligarcas no van a entregar su poder. Se refugiarán en sus empresas, bancos, mercados bursátiles, en el BCE y en el FMI; intentarán todos los recursos legales (e ilegales) que sean necesarios para intentar doblegar a un hipotético gobierno progresista en nuestro país. La oligarquía sólo puede ser derrotada si la gran mayoría social trabajadora se organiza en las calles, en los centros de trabajo y de estudio con el fin derrotar y hacer frente todos los intentos regresivos y de comenzar a construir un nuevo poder popular que sirva de contra-poder.