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“Esta legislatura va a ser la de la industrialización de la provincia de Cuenca”. La frase la pronunció la semana pasada, el vicepresidente primero del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro. Hizo el anuncio en el foro Invierte en Cuenca, que patrocinado por la Diputación, organizó la confederación de empresarios en Madrid. El vicepresidente se comprometió con la industrialización, mientras se destacaban las ventajas de invertir en Cuenca, como zona despoblada (un 40% adicional en ayudas, baja cotización en seguridad social y menores los costes laborales).
En el marco de la iniciativa de industrialización, anunciada por el vicepresidente del gobierno regional, la Junta podría influir en el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, para que emprenda la renovación del tren Aranjuez-Cuenca-Utiel. Bastaría una pequeña inversión pública, para que mejorara la movilidad en los polígonos industriales y las zonas de actividad económica que la línea de Cuenca tiene en su recorrido, con lo que se cumpliría además con la normativa de la Unión Europea.
Para llevar a cabo la modernización del tren, el momento es de lo más apropiado. Téngase en cuenta que en el gobierno del Estado ha habido cambios en el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. Hay un programa más ambicioso, se van a producir traspasos de competencias y nuevas inversiones. Otras circunstancias favorables son, de un lado, que Castilla-La Mancha es de las pocas comunidades alineadas con el gobierno socialista; y del otro, que el Gobierno de España se ha comprometido a prorrogar los descuentos al transporte público durante 2024 y más allá. Por lo tanto, la ocasión es muy propicia para renovar la línea, más aún considerando el crecimiento exponencial que se está produciendo en el tráfico ferroviario de media distancia, gracias a la oferta de buenos trenes, horarios frecuentes y mejores precios.
García-Page, que se siente afectado por el Ministerio de Transportes, podría promover la modernización del tren como proyecto motor de la provincia. Es lo que están haciendo los gobiernos de otras comunidades autónomas, con el propósito de garantizar la cohesión económica y social, combinando el ferrocarril con autobuses, de manera intermodal, para dar servicio a la comunidad.
La Plataforma en Defensa del Ferrocarril Público y Social, la Asociación Pueblos con el Tren y la ciudadanía que se planta los martes a las seis de la tarde en la plaza de España de Cuenca, confían en que la Junta de Castilla-La Mancha influya en el nuevo gobierno para que lleve a cabo la renovación del tren Aranjuez-Cuenca-Utiel, por el futuro de la provincia de Cuenca.
“Esta legislatura va a ser la de la industrialización de la provincia de Cuenca”. La frase la pronunció la semana pasada, el vicepresidente primero del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro. Hizo el anuncio en el foro Invierte en Cuenca, que patrocinado por la Diputación, organizó la confederación de empresarios en Madrid. El vicepresidente se comprometió con la industrialización, mientras se destacaban las ventajas de invertir en Cuenca, como zona despoblada (un 40% adicional en ayudas, baja cotización en seguridad social y menores los costes laborales).
En el marco de la iniciativa de industrialización, anunciada por el vicepresidente del gobierno regional, la Junta podría influir en el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, para que emprenda la renovación del tren Aranjuez-Cuenca-Utiel. Bastaría una pequeña inversión pública, para que mejorara la movilidad en los polígonos industriales y las zonas de actividad económica que la línea de Cuenca tiene en su recorrido, con lo que se cumpliría además con la normativa de la Unión Europea.