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Su vida transcurrió impregnada de rebeldía ante la dictadura franquista y de compromiso con las ideas de izquierda. Militó en el PCE y en CCOO, desarrollando una intensa actividad desde la huelga de mayo de 1962 en la cuenca minera de Puertollano; conformando, junto a otros camaradas y compañeros -Huete, Caballero, 'Tole' y Cejudo- el primer grupo dirigente del sindicato después de aquellos 9 días de huelga. Un reto que le llevó a desarrollar una intensa actividad clandestina y ser objeto de permanente seguimiento por parte de la policía franquista -la Brigada Político Social-.
Su actitud, su compromiso, su trayectoria es un legado para muchas personas de la organización, un legado que marca una rigurosa manera de entender la defensa de los intereses de los trabajadores y trabajadoras. Fue impulsor de acciones colectivas en la clandestinidad, promotor de confrontaciones en defensa de la democracia y la libertad. Destacó su presencia en las Elecciones Sindicales de 1966 que, con aquellas peculiaridades desarrolló el régimen franquista en los centros de trabajo, y lideró un papel combativo de los representantes sindicales en la empresa y en las estructuras del sindicato vertical, concretamente en el sindicato de Combustible.
Fue perseguido, arrestado y tuvo que vivir en clandestinidad; también tuvo que salir exiliado a Francia para evitar la detención en el descabezamiento de los años 70 del PCE y las CCOO en Puertollano. Junto a Julián Ariza, histórico dirigente nacional, desarrolló un intenso trabajo para reconstruir las CCOO en Castilla La Nueva y Extremadura, antes de la legalización de los sindicatos en abril de 1977.
Su vuelta a España, a su puesto de trabajo en la Calvo Sotelo (hoy Repsol Petróleo), se produjo con la Ley de Amnistía muerto el dictador. Se incorporó a la empresa, ganando el correspondiente juicio en la Magistratura de Trabajo, y fue elegido miembro del Comité de Empresa. En su merecida jubilación pudo disfrutar, serenamente, de la familia y amigos; un tiempo diferente sin perder un ápice de sus ideas y ganas de transformación social desde los valores más relevantes del progreso, la libertad, la democracia y la decencia.
Pedro nos acompañará siempre, nos animó a ejercer con firmeza, astucia y perseverancia nuestro papel sindical. Nos impregnó de un claro sentimiento de orgullo y pertenencia a una organización que antepone, por encima de todo, los intereses colectivos. No te olvidaremos. Descansa en paz.
Su vida transcurrió impregnada de rebeldía ante la dictadura franquista y de compromiso con las ideas de izquierda. Militó en el PCE y en CCOO, desarrollando una intensa actividad desde la huelga de mayo de 1962 en la cuenca minera de Puertollano; conformando, junto a otros camaradas y compañeros -Huete, Caballero, 'Tole' y Cejudo- el primer grupo dirigente del sindicato después de aquellos 9 días de huelga. Un reto que le llevó a desarrollar una intensa actividad clandestina y ser objeto de permanente seguimiento por parte de la policía franquista -la Brigada Político Social-.
Su actitud, su compromiso, su trayectoria es un legado para muchas personas de la organización, un legado que marca una rigurosa manera de entender la defensa de los intereses de los trabajadores y trabajadoras. Fue impulsor de acciones colectivas en la clandestinidad, promotor de confrontaciones en defensa de la democracia y la libertad. Destacó su presencia en las Elecciones Sindicales de 1966 que, con aquellas peculiaridades desarrolló el régimen franquista en los centros de trabajo, y lideró un papel combativo de los representantes sindicales en la empresa y en las estructuras del sindicato vertical, concretamente en el sindicato de Combustible.