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Ciudadanos llegó a la política nacional haciendo bandera de la política útil, aprovechando ese espacio abandonado en el centro para poder aplicar sus políticas liberales mirando tanto hacia un lado como hacia otro. Albacete se adelantó al éxito consiguiendo cuatro concejales en la legislatura de 2015, lo que le sirvió para aplicar sus políticas sin llegar a entrar en el gobierno municipal.
Aprovechando el liderazgo de Albert Rivera en las elecciones de abril de 2019 el partido fue capaz de conseguir cinco concejales en Albacete, resultado que le habilitaba para ser juez y parte en esta legislatura. Nuestra obligación como partido liberal y de centro era aplicar nuestras políticas: eficacia en la gestión, disminución de la presión fiscal, promoción del talento, transparencia, defensa de los valores sociales, defensa de la democracia y de la Constitución, en definitiva, conseguir una sociedad de ciudadanos libres e iguales. Esos cinco concejales tienen el compromiso hacia los votantes de aplicar esas políticas en Albacete, de cambiar el rumbo de la ciudad, de marcar hacia dónde queremos ir.
En Castilla-La Mancha se llegó a un acuerdo de gobernabilidad en tres de las ciudades más importantes, entre ellas Albacete. Ahora que llega mitad de legislatura y toca hacer balance, intento obtener una visión más global y menos concreta sobre los logros conseguidos con ese pacto y me pregunto de qué nos ha servido a nosotros, a Ciudadanos y a los ciudadanos pactar con el PSOE en Albacete; el hospital camina demasiado lento, no hemos arrancado compromisos firmados sobre infraestructuras estratégicas como son las autovías de Jaén y de Cuenca, no sabemos lo que pasará con el corredor del Mediterráneo, la plataforma logística no pasa de ser un deseo, tampoco hemos logrado definir, ni tan siquiera arrancar un compromiso al partido que gobierna en Madrid, en Toledo y en el paseo de la Libertad, por no hablar de la más que cuestionable adquisición del banco de España o el proceso de selección de Gerente del IMD, que teniendo candidatos que sí cumplen los requisitos, queda en suspenso a la espera de que el PSOE, con Modesto Belinchón como responsable, lo manoseen a su antojo para, presuntamente, colmar los deseos de la empresa adjudicataria con un Gerente a la medida.
Me pregunto de qué ha servido estar dos años gobernando la ciudad más grande y próspera de Castilla-La Mancha si finalmente no hemos sido capaces de arrancar compromisos firmes que apuntalen el futuro de Albacete, cual será la huella del paso de Ciudadanos por el Ayuntamiento en esta legislatura, aparte de devolver al PSOE a la Alcaldía de Albacete en un vergonzoso cambio de cromos.
Veníamos a cambiar las cosas, a hacer política útil pero, a mitad de legislatura parece que la utilidad del pacto no la disfrutarán los ciudadanos de Albacete, soy consciente que a estas alturas no se pueden reescribir las reglas, aunque eso no ha impedido que dejen tirada en la cuneta a una compañera de partido incumpliendo el acuerdo de Diputación, firmado como testigos por todos los concejales y Diputados Provinciales, pero es tanto lo que Albacete se juega que tal vez hubiese merecido la pena intentar revisar concienzudamente ese acuerdo de gobernabilidad.
Una oportunidad perdida que, a buen seguro, será imposible volver a disponer. Una pena. Pongo de manifiesto que he hecho lo posible por comunicarme con mis compañeros y con mi partido, pero ha resultado imposible. Allá la conciencia de cada cual, la mía sigue intacta.
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