Castilla-La Mancha Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Sánchez rearma la mayoría de Gobierno el día que Feijóo pide una moción de censura
Miguel esprinta para reabrir su inmobiliaria en Catarroja, Nacho cierra su panadería
Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Recortes sin anestesia

Un amigo mío tiene antecedentes directos de cáncer de colon. Así es que, en los últimos diez años, le han practicado dos colonoscopias, y ahora tocaba la tercera. Hasta el momento se ha librado de la amenaza que pende sobre sus tripas; pero no sabemos qué resultará de la tercera colonoscopia.

Las dos anteriores le hicieron sufrir lo indecible. Aquella masa de aire que se le inyectaba culo adentro le producía una espantosa sensación: todas las vísceras le dolían como si fueran a arrancárselas de cuajo y las paredes del estómago se le antojaban las de un globo de feria a punto de reventar. Tanto fue así que el doctor que hurgaba en sus entrañas con aquellos, dicen, casi dos metros de manguera, que a él le parecieron quince, le anunció que la próxima vez le darían anestesia total, y que no se le olvidara solicitarla.

Pero desde la última colonoscopia hasta hoy, las tijeras inmisericordes de (De) Cospedal han campado por sus respetos en la sanidad pública de Castilla-La Mancha. Y cuando mi amigo ha ido a pedir cita para su tercera, y quién sabe si determinante, colonoscopia, le han soltado que si quiere que se le haga la prueba anestesiado debe esperar dos años, y que sin anestesia en un par de meses se la harían.

Mi amigo se ha vuelto a casa decidido a consultar con su esposa qué decisión tomar. Mira, Paca, estoy por esperarme los dos años. Pero Manué (ella es andaluza), que en doh añoh iguá t’ha zalío un tumó y la hemoh cagao, mi vía. Ya, hija, pero es que eso de la colonoscopia es horroroso, como si tus carnes fueran a estallar de tanto aire. Hijo, pues a mi hermano ze la han hesho doh o treh vezeh y él dize que no paza na. Coño, porque tendrá las tripas acorchadas; pero yo te juro que veo las estrellas, que me pongo a morir. Niño, pero ¿y zi por ehperá la hodemoh? Pues la hemos jodío, pero a mí no me la hacen a pelo, que no.

Total, que al día siguiente fue a confirmar la cita y se pidió la colonoscopia con anestesia. Ayer, o sea, trece meses después, Paca me ha dicho que tuvieron que ir a urgencias porque su marido se desangraba por el culo. Y ahora temen que alguna enfermedad de gravedad irremediable vaya a evitar definitivamente la colonoscopia con anestesia programada para un año más tarde.

¿Es posible que tales criterios lleguen a generalizarse en la sanidad pública de nuestra región y bajo esta presidencia que con tantos dolores padecemos?

Un amigo mío tiene antecedentes directos de cáncer de colon. Así es que, en los últimos diez años, le han practicado dos colonoscopias, y ahora tocaba la tercera. Hasta el momento se ha librado de la amenaza que pende sobre sus tripas; pero no sabemos qué resultará de la tercera colonoscopia.

Las dos anteriores le hicieron sufrir lo indecible. Aquella masa de aire que se le inyectaba culo adentro le producía una espantosa sensación: todas las vísceras le dolían como si fueran a arrancárselas de cuajo y las paredes del estómago se le antojaban las de un globo de feria a punto de reventar. Tanto fue así que el doctor que hurgaba en sus entrañas con aquellos, dicen, casi dos metros de manguera, que a él le parecieron quince, le anunció que la próxima vez le darían anestesia total, y que no se le olvidara solicitarla.